/ martes 23 de julio de 2019

Jornadas Villistas

¿Qué es nuestra vida? una ruta que busca constantemente la felicidad, los senderos elegidos varían, las personas que emprenden el camino a nuestro lado también, las circunstancias, hechos, desiciones, y, me atrevo a afirmar, “Diosidencias” influyen en alcanzar esa quimera utópica, en saborearla, abrazarla y tratar de retenerla en nuestra mente para que siga produciendo las endorfinas necesarias que hacen posible escalar peldaños de alegría y bienestar emocional y social.

Cito como breve preámbulo introductorio al soneto “Tiempo” de Renato Leduc, musicalizado por Rubén Fontes e interpretado por José José y Marco Antonio Muñiz: “Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatarse a tiempo…”, agregando a éste: “sabia virtud de reconocer y agradecer, que sea a tiempo y se exprese en tiempo.”

Gracias a las autoridades municipales y al gran equipo de colaboradores que conforman el honorable ayuntamiento de esta ciudad, por esas jornadas villistas que año con año, invitan a la población nacional e internacional a visitarnos y conocer este corazón indomable que se encuentra situado en las entrañas de la gran Mina la Negrita y al patrimonio de riquezas artísticas y culturales que permiten que seamos mejores seres humanos.

Estuvimos de jolgorio en ésta bella capital del mundo, celebrando el 387 aniversario de su fundación. Nuestras autoridades municipales se anticiparon a esta magna fiesta, reparando y embelleciendo con antelación algunos de los lugares más representativos, preparando una serie de eventos que dieron respuesta una vez más, al por qué Parral es reconocida como la “Capital Cultural”.

Desde la misma entrada de la ciudad, la puerta del tiempo muestra a los visitantes las dos caras representativas del pasado y el futuro; reconociendo con orgullo el legado histórico de nuestros antepasados y la visualización a un mejor mañana; presentando una variedad de lugares para visitar y reconocer los hechos y personajes que dieron vida a esta noble ciudad, tales como: el Palacio de Alvarado, El Museo Regional, Museo de Villa, Teatro Hidalgo; paseos en el TranVilla y PyOjito.

Pudimos deleitarnos desde presentaciones de libros, conferencias impartidas por historiadores, obras de teatro, callejoneadas, exposiciones pictóricas, noches mexicanas, grupos musicales, cuartetos, mariachi, presentaciones circenses, voladores de Papantla, entre otros; teniendo como escenario: la plaza de la Identidad, parroquia de San José, Teatro de Cámara, Plaza El Quijote, Salón “Salvaje”, pueblito minero, etc.

El Foro Villista brilló en todo su esplendor, con una diversidad de géneros, ritmos y voces; brindando a la comunidad un espacio acogedor, seguro, cómodo y sobre todo muy económico, al alcance de toda la población, para aisitir, cantar y disfrutar al máximo con los artistas invitados.

Cada noche el escenario principal se iluminó de acuerdo a los distintos géneros musicales; conforme se perdía el astro Rey en el horizonte, la gente empezaba a arribar al lugar, llenando el espacio de alegría, barullo, sonrisas y emociones compartidas; conforme avanzaba el reloj su inexorable marcha; hacía su aparición algún invitado especial como preambulo que abre la puerta a los grandes concertistas invitados. Desde ese momento, la gente olvidaba sus tristezas, problemas y empezaba el encuentro espiritual de la música con el alma, conectando el propio yo, con la comunidad, emociones que permiten aflore la mejor esencia del ser humano, sediento de paz y armonía, buscador incansable de felicidad.

Por espacio de más de tres horas, cada noche se repitió este fenomeno, donde la comunidad se dio tiempo de vibrar al unísono con Molotov, Cristian Nodal, las notas armoniosas del piano de Raúl D Blassio, Gupo Laberinto, la voz extraordinaria de Edith Márquez, la alegría de Bronco, donde el objetivo principal fue compartir, convivir, cantar, reir, bailar, aplaudir y divertirse en grande.

A las 11:00 pm el cielo se iluminaba con las luces que extendían su brillo por el firmamento, emociones que llegaban al cerebro por todos los sentidos.

Francisco Villa, héroe nacional oriundo del vecino estado de Durango, acribillado en esta histórica ciudad; es el ícono principal, su nombre e historia se escucha desde distintas perspectivas, llámese conferencias, pláticas, talleres, libros, representaciones en vivo y directo sobre su vida, sus amores, su boda, ejecución, velatorio y entierro.

Una semana pletórica de grandes aprendizajes; recibiendo con los brazos abiertos a las distintas agrupaciones masivas que arribaron a nuestra ciudad formando parte nuclear del evento: concentración motociclista, ciclistas veteranos, cabalgata Villista.

Cito a Italo Calvino quien dijo: “Las ciudades son producto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de intercambio…de palabras, de deseos, de recuerdos”.

Con un grato sabor, expreso mi reconocimiento y agradecimiento a quienes hicieron posible estos festejos, a quienes se dieron tiempo de buscar y encontrar esos pedacitos de felicidad, ubicados en distintos contextos y espacios de este hermoso lugar en el que tenemos la suerte de coincidir.


¿Qué es nuestra vida? una ruta que busca constantemente la felicidad, los senderos elegidos varían, las personas que emprenden el camino a nuestro lado también, las circunstancias, hechos, desiciones, y, me atrevo a afirmar, “Diosidencias” influyen en alcanzar esa quimera utópica, en saborearla, abrazarla y tratar de retenerla en nuestra mente para que siga produciendo las endorfinas necesarias que hacen posible escalar peldaños de alegría y bienestar emocional y social.

Cito como breve preámbulo introductorio al soneto “Tiempo” de Renato Leduc, musicalizado por Rubén Fontes e interpretado por José José y Marco Antonio Muñiz: “Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatarse a tiempo…”, agregando a éste: “sabia virtud de reconocer y agradecer, que sea a tiempo y se exprese en tiempo.”

Gracias a las autoridades municipales y al gran equipo de colaboradores que conforman el honorable ayuntamiento de esta ciudad, por esas jornadas villistas que año con año, invitan a la población nacional e internacional a visitarnos y conocer este corazón indomable que se encuentra situado en las entrañas de la gran Mina la Negrita y al patrimonio de riquezas artísticas y culturales que permiten que seamos mejores seres humanos.

Estuvimos de jolgorio en ésta bella capital del mundo, celebrando el 387 aniversario de su fundación. Nuestras autoridades municipales se anticiparon a esta magna fiesta, reparando y embelleciendo con antelación algunos de los lugares más representativos, preparando una serie de eventos que dieron respuesta una vez más, al por qué Parral es reconocida como la “Capital Cultural”.

Desde la misma entrada de la ciudad, la puerta del tiempo muestra a los visitantes las dos caras representativas del pasado y el futuro; reconociendo con orgullo el legado histórico de nuestros antepasados y la visualización a un mejor mañana; presentando una variedad de lugares para visitar y reconocer los hechos y personajes que dieron vida a esta noble ciudad, tales como: el Palacio de Alvarado, El Museo Regional, Museo de Villa, Teatro Hidalgo; paseos en el TranVilla y PyOjito.

Pudimos deleitarnos desde presentaciones de libros, conferencias impartidas por historiadores, obras de teatro, callejoneadas, exposiciones pictóricas, noches mexicanas, grupos musicales, cuartetos, mariachi, presentaciones circenses, voladores de Papantla, entre otros; teniendo como escenario: la plaza de la Identidad, parroquia de San José, Teatro de Cámara, Plaza El Quijote, Salón “Salvaje”, pueblito minero, etc.

El Foro Villista brilló en todo su esplendor, con una diversidad de géneros, ritmos y voces; brindando a la comunidad un espacio acogedor, seguro, cómodo y sobre todo muy económico, al alcance de toda la población, para aisitir, cantar y disfrutar al máximo con los artistas invitados.

Cada noche el escenario principal se iluminó de acuerdo a los distintos géneros musicales; conforme se perdía el astro Rey en el horizonte, la gente empezaba a arribar al lugar, llenando el espacio de alegría, barullo, sonrisas y emociones compartidas; conforme avanzaba el reloj su inexorable marcha; hacía su aparición algún invitado especial como preambulo que abre la puerta a los grandes concertistas invitados. Desde ese momento, la gente olvidaba sus tristezas, problemas y empezaba el encuentro espiritual de la música con el alma, conectando el propio yo, con la comunidad, emociones que permiten aflore la mejor esencia del ser humano, sediento de paz y armonía, buscador incansable de felicidad.

Por espacio de más de tres horas, cada noche se repitió este fenomeno, donde la comunidad se dio tiempo de vibrar al unísono con Molotov, Cristian Nodal, las notas armoniosas del piano de Raúl D Blassio, Gupo Laberinto, la voz extraordinaria de Edith Márquez, la alegría de Bronco, donde el objetivo principal fue compartir, convivir, cantar, reir, bailar, aplaudir y divertirse en grande.

A las 11:00 pm el cielo se iluminaba con las luces que extendían su brillo por el firmamento, emociones que llegaban al cerebro por todos los sentidos.

Francisco Villa, héroe nacional oriundo del vecino estado de Durango, acribillado en esta histórica ciudad; es el ícono principal, su nombre e historia se escucha desde distintas perspectivas, llámese conferencias, pláticas, talleres, libros, representaciones en vivo y directo sobre su vida, sus amores, su boda, ejecución, velatorio y entierro.

Una semana pletórica de grandes aprendizajes; recibiendo con los brazos abiertos a las distintas agrupaciones masivas que arribaron a nuestra ciudad formando parte nuclear del evento: concentración motociclista, ciclistas veteranos, cabalgata Villista.

Cito a Italo Calvino quien dijo: “Las ciudades son producto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de intercambio…de palabras, de deseos, de recuerdos”.

Con un grato sabor, expreso mi reconocimiento y agradecimiento a quienes hicieron posible estos festejos, a quienes se dieron tiempo de buscar y encontrar esos pedacitos de felicidad, ubicados en distintos contextos y espacios de este hermoso lugar en el que tenemos la suerte de coincidir.


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