/ lunes 30 de agosto de 2021

Intrigas | Los jamás escuchados

PROFESOR PUEBLINO: La madrugada del 1 de enero de 1994, justo el día en que entró el vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), tuvo lugar un levantamiento rebelde en el estado mexicano de Chiapas por parte del autodenominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Exigían justicia e igualdad.

PRIMITIVO: Rebeldes ¡Armados!

PROFESOR PUEBLINO: Los insurgentes tomaron por las armas cinco cabeceras municipales del estado de Chiapas. Los “zapatistas”, como serían conocidos públicamente, provenían de los pueblos Mam, tzeltal, tzotzil, chol y tojolabal, todos ellos de la familia maya.

LUPITA: ¿Sólo indígenas?

PROFESOR PUEBLINO: Los integrantes fueron tanto indígenas como mestizos, víctimas de los robos de sus recursos, además de no recibir ayuda del gobierno a quien exigían justicia, paz, libertad, independencia, democracia, educación, tierras, viviendas dignas, trabajo, salud y alimentación.

SOLEDAD: ¡Les debían mucho!

PROFESOR PUEBLINO: 1,300 insurrectos, le declararon la guerra al Ejército Federal, a quienes acusaba de ser protectores de la dictadura del presidente Carlos Salinas Gortari, quien fue visto como un mandatario ilegítimo que, según ellos había ganado las elecciones de 1988 de manera fraudulenta. Pretendían desenmascarar al gobierno nacional y regional de la corrupción, despotismo, incapacidad y neoliberalismo dirigido en contra de la población indígena.

MORAIMA: Desplazados, abusados y denigrados por parte del gobierno.

PROFESOR PUEBLINO: La poca o nula respuesta a sus demandas por parte de las autoridades federales, estatales o locales, y la permanente violación a sus derechos fundamentales, puede explicar las causas por las que optaron en 1994 por la vía armada. La reacción del gobierno federal fue el envío de tropas a Chiapas para sofocar la rebelión, se llegó a manejar la cifra de 70 mil efectivos del Ejército Mexicano.

LUPITA: ¡70,000 soldados!

PROFESOR PUEBLINO: La sociedad civil se movilizó para detener el enfrentamiento. Los combates entre ambas fuerzas duraron 11 días. Y a los 12 días de conflicto armado, el gobierno federal declara de manera unilateral alto al fuego. Se establecieron las mesas de diálogo. Vinieron los diálogos de la Catedral y más tarde las negociaciones en las llamadas mesas de San Andrés, pero los acuerdos no llegaron a concretarse en las leyes mexicanas.

MANUELITO: ¡Qué extraño!

PROFESOR PUEBLINO: Los Acuerdos de San Andrés fueron desconocidos por el Presidente Ernesto Zedillo. Respondió con una nueva ofensiva militar, se emitieron ordenes de aprehensión contra los dirigentes del EZLN y el hostigamiento contra las comunidades zapatistas. Se acentuó una política de cerco y asedio que, organizada por el gobierno federal y local con el apoyo de los terratenientes y los ganaderos, organizó fuerzas paramilitares entrenadas por el propio ejército y asignó considerables recursos a la cooptación de ciudadanos y de grupos, al tiempo que acentuaba la expulsión de los opositores de sus tierras y de sus pueblos.

INDALECIO: Violencia militar y paramilitar.

PROFESOR PUEBLINO: El Manifiesto Zapatista dice: Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos… Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas… Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos… Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia y libertad.

Formador de docentes jubilado

PROFESOR PUEBLINO: La madrugada del 1 de enero de 1994, justo el día en que entró el vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), tuvo lugar un levantamiento rebelde en el estado mexicano de Chiapas por parte del autodenominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Exigían justicia e igualdad.

PRIMITIVO: Rebeldes ¡Armados!

PROFESOR PUEBLINO: Los insurgentes tomaron por las armas cinco cabeceras municipales del estado de Chiapas. Los “zapatistas”, como serían conocidos públicamente, provenían de los pueblos Mam, tzeltal, tzotzil, chol y tojolabal, todos ellos de la familia maya.

LUPITA: ¿Sólo indígenas?

PROFESOR PUEBLINO: Los integrantes fueron tanto indígenas como mestizos, víctimas de los robos de sus recursos, además de no recibir ayuda del gobierno a quien exigían justicia, paz, libertad, independencia, democracia, educación, tierras, viviendas dignas, trabajo, salud y alimentación.

SOLEDAD: ¡Les debían mucho!

PROFESOR PUEBLINO: 1,300 insurrectos, le declararon la guerra al Ejército Federal, a quienes acusaba de ser protectores de la dictadura del presidente Carlos Salinas Gortari, quien fue visto como un mandatario ilegítimo que, según ellos había ganado las elecciones de 1988 de manera fraudulenta. Pretendían desenmascarar al gobierno nacional y regional de la corrupción, despotismo, incapacidad y neoliberalismo dirigido en contra de la población indígena.

MORAIMA: Desplazados, abusados y denigrados por parte del gobierno.

PROFESOR PUEBLINO: La poca o nula respuesta a sus demandas por parte de las autoridades federales, estatales o locales, y la permanente violación a sus derechos fundamentales, puede explicar las causas por las que optaron en 1994 por la vía armada. La reacción del gobierno federal fue el envío de tropas a Chiapas para sofocar la rebelión, se llegó a manejar la cifra de 70 mil efectivos del Ejército Mexicano.

LUPITA: ¡70,000 soldados!

PROFESOR PUEBLINO: La sociedad civil se movilizó para detener el enfrentamiento. Los combates entre ambas fuerzas duraron 11 días. Y a los 12 días de conflicto armado, el gobierno federal declara de manera unilateral alto al fuego. Se establecieron las mesas de diálogo. Vinieron los diálogos de la Catedral y más tarde las negociaciones en las llamadas mesas de San Andrés, pero los acuerdos no llegaron a concretarse en las leyes mexicanas.

MANUELITO: ¡Qué extraño!

PROFESOR PUEBLINO: Los Acuerdos de San Andrés fueron desconocidos por el Presidente Ernesto Zedillo. Respondió con una nueva ofensiva militar, se emitieron ordenes de aprehensión contra los dirigentes del EZLN y el hostigamiento contra las comunidades zapatistas. Se acentuó una política de cerco y asedio que, organizada por el gobierno federal y local con el apoyo de los terratenientes y los ganaderos, organizó fuerzas paramilitares entrenadas por el propio ejército y asignó considerables recursos a la cooptación de ciudadanos y de grupos, al tiempo que acentuaba la expulsión de los opositores de sus tierras y de sus pueblos.

INDALECIO: Violencia militar y paramilitar.

PROFESOR PUEBLINO: El Manifiesto Zapatista dice: Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos… Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas… Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos… Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia y libertad.

Formador de docentes jubilado