/ jueves 5 de diciembre de 2019

Iniciemos el mes de diciembre llenos de emoción y buenos deseos

Diciembre, mes de la navidad, el mes de la alegría, de la paz espiritual, cuando se nos debe contagiar el amor y la alegría propia de la navidad, de bienestar espiritual, de brindar por la paz y la prosperidad de todas las personas; con el favor de Dios ojalá nos vaya bien a todos, nos enseñe el camino del amor, la unión y la prosperidad, cambie nuestras mentalidades para bien y en positivo, que seamos iluminados a la hora de tomar una decisión, que se respeten las ideas y la creatividad; que cada quien tome sus propias decisiones.

En Diciembre la vida palpita en otro sentido, no es como agosto o marzo, es muy distinto, es más bondadoso y envolvente, diciembre siempre llega con una personalidad más fuerte, cautivante, cargado de alegrías y dolores como ningún otro mes del año; diciembre tiene otro tono, diciembre tiene otra alma, es como un viejo que viene cargado: cargado de recuerdos de los que nadie puede escaparse, además no hay a donde huir; es el mes donde abunda la propaganda insensible con estereotipos importados, es el mes en que las frustraciones aumentan, porque en todos los días de diciembre se escucha y se ve imágenes idealizadas que no corresponden al ser humano promedio, en diciembre los deseos se confunden entre lo que realmente las personas quieren y lo que el mercado de consumo impone, el mes que relaciona amor con regalos, no con sentimiento, es el mes de los recuerdos, de los abrazos, el mes del nudo en la garganta por tantos sentimientos mezclados; es el mes de la nostalgia de lo bueno que se fue, más que comprar regalos o llenar una mesa completa de comida (que estoy seguro que sobrará como para una semana), lo importante es compartir, convivir en familia y tratar de mantener esa comunicación viva, porque diciembre es un mes para que la familia entienda que a pesar de sus muchas diferencias y de los grandes retos que nos deparan como familia, y recordar que el apoyo de cada uno de ellos es fundamental para que la convivencia y comunicación sea cada vez mejor.

Diciembre, para nuestros hijos pequeños es sinónimo de alegrías y vacaciones, quienes se ilusionan con los regalos de Santa Claus; para nosotros los adultos, es la oportunidad de celebrar y rememorar todo lo bueno de los tiempos pasados y disfrutar como un triunfo a las cosas buenas que hemos conseguido, de acuerdo a la forma como hemos vivido, especialmente en la casa, junto a la familia; trayéndonos la oportunidad de luchar por un futuro mejor, pidiendo con ilusión para que la vida nos pueda reparar lo que soñamos y por lo que tanto nos hemos esforzado, lo cierto es que resulta saludable para el alma comunicarnos más y dejar que broten las palabras más acompañadas de sentimiento. Durante todo el mes de diciembre la solidaridad despierta en la mayoría de las personas y se intenta ayudar a los menos favorecidos de diversas formas, recordemos algo y no solo este mes: la solidaridad y la unión que nos trae esta época navideña nos hace recordar que todos somos iguales, pero no solo en navidad si no durante todo el año y que siempre debemos estar para apoyarnos, pues muchas veces creemos que los mejores regalos son los que se envuelven, mas no es así, muchas veces una sonrisa, un apretón de manos o unas dulces palabras son mejores regalos que aquellos que se pueden envolver, pues son regalos que se sienten y abren en el corazón; es hora de cambiar nuestro modo de mirar el mes de diciembre.

Diciembre es el mes que representa el amor, la paz, la esperanza y la unión de las personas, además de ser el mes de las grandes celebraciones del año.

Diciembre, mes de la navidad, el mes de la alegría, de la paz espiritual, cuando se nos debe contagiar el amor y la alegría propia de la navidad, de bienestar espiritual, de brindar por la paz y la prosperidad de todas las personas; con el favor de Dios ojalá nos vaya bien a todos, nos enseñe el camino del amor, la unión y la prosperidad, cambie nuestras mentalidades para bien y en positivo, que seamos iluminados a la hora de tomar una decisión, que se respeten las ideas y la creatividad; que cada quien tome sus propias decisiones.

En Diciembre la vida palpita en otro sentido, no es como agosto o marzo, es muy distinto, es más bondadoso y envolvente, diciembre siempre llega con una personalidad más fuerte, cautivante, cargado de alegrías y dolores como ningún otro mes del año; diciembre tiene otro tono, diciembre tiene otra alma, es como un viejo que viene cargado: cargado de recuerdos de los que nadie puede escaparse, además no hay a donde huir; es el mes donde abunda la propaganda insensible con estereotipos importados, es el mes en que las frustraciones aumentan, porque en todos los días de diciembre se escucha y se ve imágenes idealizadas que no corresponden al ser humano promedio, en diciembre los deseos se confunden entre lo que realmente las personas quieren y lo que el mercado de consumo impone, el mes que relaciona amor con regalos, no con sentimiento, es el mes de los recuerdos, de los abrazos, el mes del nudo en la garganta por tantos sentimientos mezclados; es el mes de la nostalgia de lo bueno que se fue, más que comprar regalos o llenar una mesa completa de comida (que estoy seguro que sobrará como para una semana), lo importante es compartir, convivir en familia y tratar de mantener esa comunicación viva, porque diciembre es un mes para que la familia entienda que a pesar de sus muchas diferencias y de los grandes retos que nos deparan como familia, y recordar que el apoyo de cada uno de ellos es fundamental para que la convivencia y comunicación sea cada vez mejor.

Diciembre, para nuestros hijos pequeños es sinónimo de alegrías y vacaciones, quienes se ilusionan con los regalos de Santa Claus; para nosotros los adultos, es la oportunidad de celebrar y rememorar todo lo bueno de los tiempos pasados y disfrutar como un triunfo a las cosas buenas que hemos conseguido, de acuerdo a la forma como hemos vivido, especialmente en la casa, junto a la familia; trayéndonos la oportunidad de luchar por un futuro mejor, pidiendo con ilusión para que la vida nos pueda reparar lo que soñamos y por lo que tanto nos hemos esforzado, lo cierto es que resulta saludable para el alma comunicarnos más y dejar que broten las palabras más acompañadas de sentimiento. Durante todo el mes de diciembre la solidaridad despierta en la mayoría de las personas y se intenta ayudar a los menos favorecidos de diversas formas, recordemos algo y no solo este mes: la solidaridad y la unión que nos trae esta época navideña nos hace recordar que todos somos iguales, pero no solo en navidad si no durante todo el año y que siempre debemos estar para apoyarnos, pues muchas veces creemos que los mejores regalos son los que se envuelven, mas no es así, muchas veces una sonrisa, un apretón de manos o unas dulces palabras son mejores regalos que aquellos que se pueden envolver, pues son regalos que se sienten y abren en el corazón; es hora de cambiar nuestro modo de mirar el mes de diciembre.

Diciembre es el mes que representa el amor, la paz, la esperanza y la unión de las personas, además de ser el mes de las grandes celebraciones del año.