El imperio secreto que el judaísmo ha construido a la fecha, es una gigantesca pirámide que corroe al catolicismo. Manifiestan ser los únicos depositarios de los mensajes divinos y elegidos para guiar al mundo. Los expertos en la ley de Moisés han sostenido incansablemente una rivalidad bimilenaria contra el cristianismo por ser el referente espiritual de la humanidad. La obra redentora de Jesús, encontró una encarnizada oposición en los profesionales del antiguo testamento; su falta de fe no les permite reconocerlo, prefieren exterminarlo junto con su verdadera Iglesia, “La Universal o Católica”.
El problema es antiguo, parece una historia lejana pero persiste en la actualidad. Ahora ante su impotencia personal, se unieron en alianza tenebrosa con el mundialismo o elitismo; con la masonería contemporánea especulativa y otras sociedades secretas. Aducen que la espiritualidad no puede ser patrimonio de nadie y pugnan por un objetivo profundo: “La creación de un gobierno mundial o República Universal” y destruir por así decirlo al monopolio católico, que forjó los lineamientos de ésta civilización.
La nueva Babel ha liberado una serie de comportamientos humanos denigrantes y perversos; han alterado y conducido a las sociedades hacia una ideología mundanista de apariencia inofensiva. Crearon un ágape invertido donde el bien se vuelve mal y el mal se vuelve bien; adulteraron conceptos y crearon una gran división y variedad de fieles en todas las religiones llegando al grado de judaizar el Islam, el cristianismo y en parte el catolicismo. Todo eso impide la ascensión mental de la humanidad y facilita la comunión del pensamiento adecuado para establecer una sola religión universal a modo, y así dar paso triunfal a los creadores del nuevo orden mundial.
El poder de este imperialismo está asombrosamente avanzado; la auto llamada “marcha irresistible” llegó al apogeo de su expansión. Ahora ellos llegaron a un grado tal que dicen y deciden cuando, como y donde aparecerá el nuevo mesías en la tierra y de qué manera. Dan la impresión de una victoria absoluta; más no será el caso; el maligno gana batallas pero no la guerra. Dios ya vino a la tierra y es Jesús.
El cielo no es propio de almas débiles, sino de espíritus grandes que se contentan solo con Dios. Para ser apostatas << alejarse de>> basta guardar silencio cuando debemos defender nuestra Fe y luchar por ella, no se necesita renunciar a ese elemento tan singular, a veces pequeño, minimizado y hasta despreciado. Luego del incendio provocado a Notre Dame, pues hay muestras de ello; corrió una nueva voz: “La República es Laica, pero Francia es Católica”, igualmente “La República mexicana la hicieron laica, pero México es y será católico”. Continuará………
