/ martes 24 de mayo de 2022

Idealismo en una Realidad | San Simón "El Cananeo"

En ésta ocasión me voy a referir a Simón Apóstol, llamado también Simón El Cananeo o Simón El Zelotes. El apodo “Cananeo” significa “hombre lleno de celo” y aunque algunos piensan que cananeo se refiere a que nació en Caná de Galilea, más bien se debe al “celo”, también entendido como orgullo, que mostraba por provenir de la ley judía, antes de su conversión. Perteneció también a la secta judía conocida como Los Zelotes, que fue una facción religiosa y política fundada en el año 6 d.c. por Judas El Galileo. En el texto de los Hechos de los Apóstoles lo mencionan como un ejemplo de falso mesías.

El evangelio de San Juan 14: 22,23, lo menciona por su parte, como uno de los elegidos por Cristo, que recibió el espíritu santo en Pentecostés. El nombre Simón aparece en todos los Evangelios Sinópticos y en el Libro de los Hechos cada vez que aparece una lista de apóstoles y aunque es el apóstol del que menos información existe, se dice que predicó el Evangelio en Egipto y luego se unió al apóstol San Judas Tadeo.

Según los relatos históricos reunidos por el dominico Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII, Simón el cananeo y Judas Tadeo eran hermanos de Santiago el Menor e hijos de María de Cleofás, que estaba casada con Alfeo. La Enciclopedia Católica sugiere entonces que sería primo de Jesús o hijo de José de un matrimonio anterior.

Algunas tradiciones dicen que estableció el cristianismo en Egipto, junto con Marcos y en Siria acompañado de Felipe. Pudo también haber evangelizado por el norte de África, Asia Menor y España. Se cree que viajó con Judas Tadeo a Mesopotamia, Siria y Persia. Otra tradición sostiene que se convirtió en el segundo obispo de Jerusalén, a pesar de que nació en Galilea.

Es asociado con Judas Tadeo ya que se reunieron en Mesopotamia donde ambos predicaron varios años en Persia y fueron posteriormente martirizados ahí. Por ello la iglesia de occidente los recuerda y celebra juntos, en su veneración el 28 de octubre.

Las diversas leyendas se contradicen entre sí; unas afirman que Simón murió apaciblemente en Edessa, pero otras afirman que Simón fue martirizado al ser cortado por la mitad con una sierra sobre el año 70 de la era cristiana.

Está enterrado en la misma tumba que San Judas Tadeo, en el crucero izquierdo de la Basílica de San Pedro, en Roma, bajo el altar de San José.

Por su forma en que murió, se le considera que es el patrono de los curtidores y aserradores.

Al leer la vida de los santos encontré a San Simón, personaje del que como menciono, no existe mucha información, pero que considero como ejemplar, porque se puede deducir que fue un hombre de una gran fe, que se entregó férreamente a la propagación del cristianismo, lo que le valió al parecer, ser perseguido y martirizado de una forma brutalmente cruel. Trabajó incansable y valientemente, viajando y visitando pueblos, difundiendo las enseñanzas de Jesús, como muestra del gran amor hacia él y hacia sus semejantes, y al igual que los demás apóstoles, ofrendó su vida en favor de la causa de Cristo.


C. José Félix Bueno | Político, Activista social

En ésta ocasión me voy a referir a Simón Apóstol, llamado también Simón El Cananeo o Simón El Zelotes. El apodo “Cananeo” significa “hombre lleno de celo” y aunque algunos piensan que cananeo se refiere a que nació en Caná de Galilea, más bien se debe al “celo”, también entendido como orgullo, que mostraba por provenir de la ley judía, antes de su conversión. Perteneció también a la secta judía conocida como Los Zelotes, que fue una facción religiosa y política fundada en el año 6 d.c. por Judas El Galileo. En el texto de los Hechos de los Apóstoles lo mencionan como un ejemplo de falso mesías.

El evangelio de San Juan 14: 22,23, lo menciona por su parte, como uno de los elegidos por Cristo, que recibió el espíritu santo en Pentecostés. El nombre Simón aparece en todos los Evangelios Sinópticos y en el Libro de los Hechos cada vez que aparece una lista de apóstoles y aunque es el apóstol del que menos información existe, se dice que predicó el Evangelio en Egipto y luego se unió al apóstol San Judas Tadeo.

Según los relatos históricos reunidos por el dominico Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII, Simón el cananeo y Judas Tadeo eran hermanos de Santiago el Menor e hijos de María de Cleofás, que estaba casada con Alfeo. La Enciclopedia Católica sugiere entonces que sería primo de Jesús o hijo de José de un matrimonio anterior.

Algunas tradiciones dicen que estableció el cristianismo en Egipto, junto con Marcos y en Siria acompañado de Felipe. Pudo también haber evangelizado por el norte de África, Asia Menor y España. Se cree que viajó con Judas Tadeo a Mesopotamia, Siria y Persia. Otra tradición sostiene que se convirtió en el segundo obispo de Jerusalén, a pesar de que nació en Galilea.

Es asociado con Judas Tadeo ya que se reunieron en Mesopotamia donde ambos predicaron varios años en Persia y fueron posteriormente martirizados ahí. Por ello la iglesia de occidente los recuerda y celebra juntos, en su veneración el 28 de octubre.

Las diversas leyendas se contradicen entre sí; unas afirman que Simón murió apaciblemente en Edessa, pero otras afirman que Simón fue martirizado al ser cortado por la mitad con una sierra sobre el año 70 de la era cristiana.

Está enterrado en la misma tumba que San Judas Tadeo, en el crucero izquierdo de la Basílica de San Pedro, en Roma, bajo el altar de San José.

Por su forma en que murió, se le considera que es el patrono de los curtidores y aserradores.

Al leer la vida de los santos encontré a San Simón, personaje del que como menciono, no existe mucha información, pero que considero como ejemplar, porque se puede deducir que fue un hombre de una gran fe, que se entregó férreamente a la propagación del cristianismo, lo que le valió al parecer, ser perseguido y martirizado de una forma brutalmente cruel. Trabajó incansable y valientemente, viajando y visitando pueblos, difundiendo las enseñanzas de Jesús, como muestra del gran amor hacia él y hacia sus semejantes, y al igual que los demás apóstoles, ofrendó su vida en favor de la causa de Cristo.


C. José Félix Bueno | Político, Activista social