/ martes 27 de octubre de 2020

Idealismo en una realidad | Otro amigo que se va

Juan Pablo Hernández Ríos, quien acaba de ser llamado a terminar su cometido en estas latitudes, para pasar al lugar especial donde indiscutiblemente se encuentra ahora, y desde donde el Ser Superior le puede preguntar: “Y tú que hiciste para tus semejantes?, Qué recibieron de ti?, Qué satisfacción recibieron de tu amistad?, Les tendiste la mano a quienes te lo solicitaron, como a ti lo hicieron en algún momento de tu vida?,Diste una palabra de aliento que estimuló a alguien a sentirse bien, cómo cuando lo hicieron contigo al sentir que estabas solo?......

Así fue un amigo que siempre lo fue. Un ser humano lleno de optimismo, carismático, trabajador, siempre presto a ayudar a los demás, que no escatimaba esfuerzo alguno para hacer llegar mensajes de solidaridad y de apoyo a las personas que de acuerdo a él más lo necesitaban. Se fomentó desde un inicio una entrañable amistad, fundada en el coincidir de los ideales de Don Manuel Gómez Morín, a quien estudió y admiró y de los principios de doctrina de PAN, no obstante a aquellos momentos de rebeldía propia juvenil, que lo llevaron a separarse del partido para ir en busca de otras satisfacciones que pensó pudiese encontrar con los mismos propósitos.

Su vida política empieza en su colonia San Antonio de las Huertas, cuando en sus inicios el Pan desempeñaba una actividad pro económica vendiendo alimentos para allegarse de recursos económicos, ya que en aquel entonces no había financiamiento público a los partidos. Juan Pablo y su hermano Isidro se sumaron a estas actividades y posteriormente empezaron a participar en las reuniones partidistas.

Era el año de 1983, cuando un grupo de jóvenes inquietos, activos participantes en la elección que el PAN ganó por primera vez, fueron premiados con un viaje a la Ciudad de México, entre ellos Juan Pablo, para asistir a un curso de capacitación política, cuyo beneficio les sirvió para que se afianzaran en los principios ideológicos que resultaban nuevos para su vida. De éste grupo de jóvenes surgieron líderes políticos con proyección municipal y estatal, siendo Juan Pablo quien encabezó a este grupo de jóvenes que llevaron la doctrina y principios de Acción Nacional a las colonias y barrios de nuestra ciudad, logrando posicionarlo como una verdadera alternancia de cambio que en ese momento se necesitaba.

De personalidad extrovertida, con su natural carisma y una gran capacidad de liderazgo nato, aunado a su poder de convocatoria, pronto encabezó a un puñado de más jóvenes, hombres y mujeres, cuya inquietud los llevó a realizar una serie de actividades que influyeron en otros jóvenes y que posteriormente con la madurez, les llegó la oportunidad de una participación activa en la vida política de nuestra localidad.

Así fue como en la lucha por el respeto al voto y a la democracia en el histórico “Verano Ardiente” en el posterior año de 1986, la figura de Juan Pablo quedará en la historia, en aquella toma de la casona de la Presidencia Municipal, por su actuar valiente y decidido, que arriesgando su propia vida, al igual que otros jóvenes y personas en aquel momento, realizó un acto definitivo de valentía que obtuvo el reconocimiento de la sociedad, quien respaldó aquellas acciones.

Posteriormente Juan Pablo transitó por otros derroteros que le proporcionó la vida al convertirse en empresario, viviendo de manera tranquila y con la misma calidad emprendedora, honesta y decidida; su vida será siempre recordada con respecto y admiración por quienes lo conocimos y tratamos. Descanse en Paz nuestro muy querido amigo Juan Pablo.


Juan Pablo Hernández Ríos, quien acaba de ser llamado a terminar su cometido en estas latitudes, para pasar al lugar especial donde indiscutiblemente se encuentra ahora, y desde donde el Ser Superior le puede preguntar: “Y tú que hiciste para tus semejantes?, Qué recibieron de ti?, Qué satisfacción recibieron de tu amistad?, Les tendiste la mano a quienes te lo solicitaron, como a ti lo hicieron en algún momento de tu vida?,Diste una palabra de aliento que estimuló a alguien a sentirse bien, cómo cuando lo hicieron contigo al sentir que estabas solo?......

Así fue un amigo que siempre lo fue. Un ser humano lleno de optimismo, carismático, trabajador, siempre presto a ayudar a los demás, que no escatimaba esfuerzo alguno para hacer llegar mensajes de solidaridad y de apoyo a las personas que de acuerdo a él más lo necesitaban. Se fomentó desde un inicio una entrañable amistad, fundada en el coincidir de los ideales de Don Manuel Gómez Morín, a quien estudió y admiró y de los principios de doctrina de PAN, no obstante a aquellos momentos de rebeldía propia juvenil, que lo llevaron a separarse del partido para ir en busca de otras satisfacciones que pensó pudiese encontrar con los mismos propósitos.

Su vida política empieza en su colonia San Antonio de las Huertas, cuando en sus inicios el Pan desempeñaba una actividad pro económica vendiendo alimentos para allegarse de recursos económicos, ya que en aquel entonces no había financiamiento público a los partidos. Juan Pablo y su hermano Isidro se sumaron a estas actividades y posteriormente empezaron a participar en las reuniones partidistas.

Era el año de 1983, cuando un grupo de jóvenes inquietos, activos participantes en la elección que el PAN ganó por primera vez, fueron premiados con un viaje a la Ciudad de México, entre ellos Juan Pablo, para asistir a un curso de capacitación política, cuyo beneficio les sirvió para que se afianzaran en los principios ideológicos que resultaban nuevos para su vida. De éste grupo de jóvenes surgieron líderes políticos con proyección municipal y estatal, siendo Juan Pablo quien encabezó a este grupo de jóvenes que llevaron la doctrina y principios de Acción Nacional a las colonias y barrios de nuestra ciudad, logrando posicionarlo como una verdadera alternancia de cambio que en ese momento se necesitaba.

De personalidad extrovertida, con su natural carisma y una gran capacidad de liderazgo nato, aunado a su poder de convocatoria, pronto encabezó a un puñado de más jóvenes, hombres y mujeres, cuya inquietud los llevó a realizar una serie de actividades que influyeron en otros jóvenes y que posteriormente con la madurez, les llegó la oportunidad de una participación activa en la vida política de nuestra localidad.

Así fue como en la lucha por el respeto al voto y a la democracia en el histórico “Verano Ardiente” en el posterior año de 1986, la figura de Juan Pablo quedará en la historia, en aquella toma de la casona de la Presidencia Municipal, por su actuar valiente y decidido, que arriesgando su propia vida, al igual que otros jóvenes y personas en aquel momento, realizó un acto definitivo de valentía que obtuvo el reconocimiento de la sociedad, quien respaldó aquellas acciones.

Posteriormente Juan Pablo transitó por otros derroteros que le proporcionó la vida al convertirse en empresario, viviendo de manera tranquila y con la misma calidad emprendedora, honesta y decidida; su vida será siempre recordada con respecto y admiración por quienes lo conocimos y tratamos. Descanse en Paz nuestro muy querido amigo Juan Pablo.