/ martes 29 de diciembre de 2020

Idealismo en una realidad | Los obispos de Parral

Después del fallecimiento de Don José Andrés Corral Arredondo, precisamente un 24 de diciembre del 2011, la Diócesis de Parral recibió con júbilo el nombramiento de Don Eduardo Carmona, procedente de Puerto Escondido, Oaxaca, un 27 de junio del 2012 y posteriormente la designación de Monseñor Mauricio Urrea Carrillo, el pasado 21 de noviembre.

Don José Andrés Corral, originario de Gpe. y Calvo, Chihuahua, de un poblado llamado Colorado de las Vírgenes, del que salió con el propósito de ingresar al seminario impulsado por su familia, hacia la Diócesis de Durango, donde se ordenó sacerdote, con el tiempo fue designado Obispo de Parral, para con ello fundar nuestra diócesis, llegando a nuestra ciudad después de algunas horas de camino, pues viajaba por tierra desde la capital de Durango, para llegar aquel gélido sábado del mes de noviembre de 1992, y que la feligresía esperamos con paciencia y alegría hasta después de su consagración, en la que estuvieron presentes algunos dignatarios de la Iglesia Católica para instaurar nuestra anhelada diócesis, la cual albergaba también algunas regiones de la zona rural y de la Sierra Tarahumara. Ya establecido, Don José Andrés pronto empezó a relacionarse con los diversos grupos religiosos y de oración, así como también con algunos grupos sociales con quienes se reunía al tradicional café. Promovió y apoyó la formación de diferentes clubes de servicio social y organizó el primer Congreso Diocesano.

Por aquel entonces la feligresía católica y los presbíteros esperamos con ansias el nombramiento de un nuevo obispo que llegara a dirigir los destinos religiosos necesarios, cumpliéndose este anhelo con la designación de Don Eduardo Carmona Ortega quien, procedente de Puerto Escondido, Oaxaca, llegó un 27 de junio del 2012. Con una larga trayectoria en el Episcopado, al llegar a Parral se caracterizó como un obispo que entendió rápido las necesidades espirituales de la población, dando un abierto apoyo a los grupos religiosos que promueven los congresos diocesanos y que reúnen a la feligresía de toda la región, para así promover los valores cristianos; así como a otros grupos de la sociedad que realizan actividades en pro de la población más desprotegida, siendo muy cercano con todos los sectores de nuestra sociedad que requirieran un consejo y ayuda, siempre con total y sencilla disposición. Fue designado posteriormente Obispo Coadjutor de Córdova Veracruz, por lo que tuvo que trasladarse a aquella región, no obstante siguió apoyando a nuestra diócesis.

Después de un buen lapso de tiempo de ayuno de un jerarca establecido, Dios Nuestro Señor, a través de las acertadas decisiones de las autoridades eclesiásticas, nos ha traído un nuevo obispo, designado en la persona de Monseñor Mauricio Urrea Carrillo, originario de Nogales Sonora y ordenado sacerdote en el año 2004, en el seminario mayor de Hermosillo, Sonora. Cuenta en su haber con una basta preparación, ya que es Doctor en Filosofía; fue profesor en la Facultad de Filosofía en la Universidad Pontificia de México; impartió diversos seminarios diocesanos; Profesor de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Hermosillo, donde también fungió como Prefecto de estudios; Profesor en el programa de Doctorado en Humanidades de la Universidad de Sonora; también ha sido conferencista en diversos congresos nacionales e internacionales de Filosofía y autor de libros sobre Filosofía Cristiana. Lo anterior y de entrada, lo hace un obispo de mucho futuro para nuestra diócesis y lo recibimos también con alegría y júbilo, esperanzados en que sabrá conducir atinadamente los destinos de esta comunidad religiosa, y por las palabras que él mismo expresó: “caminaré siempre al lado de los presbíteros y de las organizaciones religiosas de la diócesis, con la recomendación muy especial de que busquen a los más necesitados porque en ellos se conoce el verdadero rostro de Dios”.

José Félix Bueno

Diciembre 2020.


Después del fallecimiento de Don José Andrés Corral Arredondo, precisamente un 24 de diciembre del 2011, la Diócesis de Parral recibió con júbilo el nombramiento de Don Eduardo Carmona, procedente de Puerto Escondido, Oaxaca, un 27 de junio del 2012 y posteriormente la designación de Monseñor Mauricio Urrea Carrillo, el pasado 21 de noviembre.

Don José Andrés Corral, originario de Gpe. y Calvo, Chihuahua, de un poblado llamado Colorado de las Vírgenes, del que salió con el propósito de ingresar al seminario impulsado por su familia, hacia la Diócesis de Durango, donde se ordenó sacerdote, con el tiempo fue designado Obispo de Parral, para con ello fundar nuestra diócesis, llegando a nuestra ciudad después de algunas horas de camino, pues viajaba por tierra desde la capital de Durango, para llegar aquel gélido sábado del mes de noviembre de 1992, y que la feligresía esperamos con paciencia y alegría hasta después de su consagración, en la que estuvieron presentes algunos dignatarios de la Iglesia Católica para instaurar nuestra anhelada diócesis, la cual albergaba también algunas regiones de la zona rural y de la Sierra Tarahumara. Ya establecido, Don José Andrés pronto empezó a relacionarse con los diversos grupos religiosos y de oración, así como también con algunos grupos sociales con quienes se reunía al tradicional café. Promovió y apoyó la formación de diferentes clubes de servicio social y organizó el primer Congreso Diocesano.

Por aquel entonces la feligresía católica y los presbíteros esperamos con ansias el nombramiento de un nuevo obispo que llegara a dirigir los destinos religiosos necesarios, cumpliéndose este anhelo con la designación de Don Eduardo Carmona Ortega quien, procedente de Puerto Escondido, Oaxaca, llegó un 27 de junio del 2012. Con una larga trayectoria en el Episcopado, al llegar a Parral se caracterizó como un obispo que entendió rápido las necesidades espirituales de la población, dando un abierto apoyo a los grupos religiosos que promueven los congresos diocesanos y que reúnen a la feligresía de toda la región, para así promover los valores cristianos; así como a otros grupos de la sociedad que realizan actividades en pro de la población más desprotegida, siendo muy cercano con todos los sectores de nuestra sociedad que requirieran un consejo y ayuda, siempre con total y sencilla disposición. Fue designado posteriormente Obispo Coadjutor de Córdova Veracruz, por lo que tuvo que trasladarse a aquella región, no obstante siguió apoyando a nuestra diócesis.

Después de un buen lapso de tiempo de ayuno de un jerarca establecido, Dios Nuestro Señor, a través de las acertadas decisiones de las autoridades eclesiásticas, nos ha traído un nuevo obispo, designado en la persona de Monseñor Mauricio Urrea Carrillo, originario de Nogales Sonora y ordenado sacerdote en el año 2004, en el seminario mayor de Hermosillo, Sonora. Cuenta en su haber con una basta preparación, ya que es Doctor en Filosofía; fue profesor en la Facultad de Filosofía en la Universidad Pontificia de México; impartió diversos seminarios diocesanos; Profesor de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Hermosillo, donde también fungió como Prefecto de estudios; Profesor en el programa de Doctorado en Humanidades de la Universidad de Sonora; también ha sido conferencista en diversos congresos nacionales e internacionales de Filosofía y autor de libros sobre Filosofía Cristiana. Lo anterior y de entrada, lo hace un obispo de mucho futuro para nuestra diócesis y lo recibimos también con alegría y júbilo, esperanzados en que sabrá conducir atinadamente los destinos de esta comunidad religiosa, y por las palabras que él mismo expresó: “caminaré siempre al lado de los presbíteros y de las organizaciones religiosas de la diócesis, con la recomendación muy especial de que busquen a los más necesitados porque en ellos se conoce el verdadero rostro de Dios”.

José Félix Bueno

Diciembre 2020.