/ martes 22 de diciembre de 2020

Idealismo en una realidad | Las Torres Gemelas de Parral

Cual si visionariamente hubiesen sido construidas para el objetivo requerido, ahí están las dos torres de piedra y cemento de la Catedral de la Diócesis de Parral.

Para cuando se erigió esta diócesis, era necesario el establecimiento de una catedral que poseyera dos columnas, lo que hizo surgir como propuesta única el templo de Guadalupe, ya que ningún otro edificio religioso en nuestra ciudad reunía este requisito, si observamos por ejemplo el hermoso templo de San José que tiene una sola torre, así como el templo de nuestra Señora del Rayo de igual forma.

Esta grandiosa obra del templo de Nuestra Señora de Guadalupe aumenta la gran herencia que a Parral le otorgó el padre Agustín Pelayo Brambila, quien tuvo la grandeza de visión para construir este santuario que antiguamente tenía su frente hacia la plazuela Guadalupe Victoria y que él mismo modificó con entrada principal por la plaza Guillermo Baca, mirando hacia el templo de San Juan de Dios.

Quizá pocos observen que esta construcción contempla en medio de sus dos torres la figura de San Juan Diego, con su tilma mostrando la prueba de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.

No existe en esta obra ninguna anotación de algún arquitecto o Ingeniero que hayan asesorado al Padre Pelayo en los trabajos de dirección de la construcción, lo que hace presumir que él mismo fue el arquitecto de tan magna obra. Por lo anterior se presume que este proyecto transformado en una magna obra ha perdurado por décadas, manteniéndose incólume a todas las circunstancias climatológicas del tiempo, incluso a un movimiento telúrico registrado en Parral en años recientes, lo que pone de manifiesto que este gran sacerdote, en paz descanse, Pelayo Brambila, tuvo el apoyo divino, en su visión, para realizar este inmueble, que en una vista aérea se yergue majestuosa y simbólica en el centro histórico de nuestra ciudad.

Las nuevas generaciones mucho tendrán para comentar, lo que a través del tiempo seguirá simbolizando la fe religiosa en nuestra amada Madre María de Guadalupe, así como algo que perdurará en el presente y futuro turístico de Parral y su región.

Envío mis mejores deseos de bienestar y prosperidad en este próximo 2021.

José Félix Bueno.


Cual si visionariamente hubiesen sido construidas para el objetivo requerido, ahí están las dos torres de piedra y cemento de la Catedral de la Diócesis de Parral.

Para cuando se erigió esta diócesis, era necesario el establecimiento de una catedral que poseyera dos columnas, lo que hizo surgir como propuesta única el templo de Guadalupe, ya que ningún otro edificio religioso en nuestra ciudad reunía este requisito, si observamos por ejemplo el hermoso templo de San José que tiene una sola torre, así como el templo de nuestra Señora del Rayo de igual forma.

Esta grandiosa obra del templo de Nuestra Señora de Guadalupe aumenta la gran herencia que a Parral le otorgó el padre Agustín Pelayo Brambila, quien tuvo la grandeza de visión para construir este santuario que antiguamente tenía su frente hacia la plazuela Guadalupe Victoria y que él mismo modificó con entrada principal por la plaza Guillermo Baca, mirando hacia el templo de San Juan de Dios.

Quizá pocos observen que esta construcción contempla en medio de sus dos torres la figura de San Juan Diego, con su tilma mostrando la prueba de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.

No existe en esta obra ninguna anotación de algún arquitecto o Ingeniero que hayan asesorado al Padre Pelayo en los trabajos de dirección de la construcción, lo que hace presumir que él mismo fue el arquitecto de tan magna obra. Por lo anterior se presume que este proyecto transformado en una magna obra ha perdurado por décadas, manteniéndose incólume a todas las circunstancias climatológicas del tiempo, incluso a un movimiento telúrico registrado en Parral en años recientes, lo que pone de manifiesto que este gran sacerdote, en paz descanse, Pelayo Brambila, tuvo el apoyo divino, en su visión, para realizar este inmueble, que en una vista aérea se yergue majestuosa y simbólica en el centro histórico de nuestra ciudad.

Las nuevas generaciones mucho tendrán para comentar, lo que a través del tiempo seguirá simbolizando la fe religiosa en nuestra amada Madre María de Guadalupe, así como algo que perdurará en el presente y futuro turístico de Parral y su región.

Envío mis mejores deseos de bienestar y prosperidad en este próximo 2021.

José Félix Bueno.