/ martes 19 de julio de 2022

Idealismo en una Realidad | El General Francisco Villa

Dos exhumaciones se han realizado en la tumba del General Francisco Villa. La primera, para arrancar la cabeza de su cadáver, hecho que se registró en febrero de 1926, que de acuerdo a versiones aceptadas, fue por un militar de aquí de Parral para cobrar una supuesta recompensa, ya que fue del dominio popular que el Gobierno de Estados Unidos estaba interesado en llevársela con fines de estudio, aunque se sabía que Villa fue analfabeta, sin embargo también que poseía una inteligencia nata y dotes extraordinarias en cuestión de estrategia militar. O también que ésta profanación haya sido obra de sus enemigos, para causar sensacionalismo en la sociedad.

La otra exhumación documentada se dio aquella mañana lluviosa con sol, cuando sacaron los restos de Villa para trasladarlos al monumento a la Revolución en la Ciudad de México, donde actualmente reposan, por un decreto expedido por el Lic. Luis Echeverría Álvarez, Presidente de México en aquel entonces, quien acaba de fallecer en recientes días. Esta acción de exhumación la condujo un periodista de origen asiático de nombre Oscar W. Ching Vega, autorizado para fungir como exhumador, quien dirigió la extracción de los restos para depositarlos en una urna que fue colocada en un convoy del ejército mexicano y al acorde de la música de una banda militar. Un servidor, junto a otras personas, como ciudadanos curiosos, presenciamos este acontecimiento poco concurrido, pero que representaba de gran interés para los parralenses, ya que fue realizado de manera no oficial, procurando no llegar a levantar algunas resistencias de sus muchos ciudadanos seguidores.

Aunque supuestamente los restos del General Francisco Villa, sin su cabeza, se encuentran en la Ciudad de México, para todos nosotros, el Gral. Villa se encuentra sentimental y espiritualmente en el Panteón de Dolores, en nuestro querido Parral, la tierra que tanto amó, ya que de acuerdo a la voz popular, en varias ocasiones comentó: “Parral me gusta hasta para morirme”, cosa que el cielo le concedió.

La historia nos recuerda que Doroteo Arango, nombre de pila de Villa, llegó a Parral procedente de San Juan del Río, Durango, obligado por las circunstancias familiares y económicas y después de abandonar una banda de saltantes a la que perteneció, fue rectificando el camino y las actividades de bandolero y que por recomendación de Don Pedro de Alvarado, quien fue su gran amigo, se incorporó a la lucha revolucionaria en pro de la defensa de los más necesitados y del ideal de Francisco I. Madero de “Sufragio Efectivo No Reelección”, oponiéndose a la dictadura del General Porfirio Díaz.

La figura de pancho Villa representa una pieza clave en la historia nacional, por su contribución al triunfo de la Revolución Mexicana, y para los parralenses, aparte de ser una figura emblemática en la identidad e historia de nuestra ciudad, es un símbolo de la lucha por la justicia social, porque que aunque a su manera, defendió los derechos de los más desprotegidos, y esto ha quedado en la memoria de todas las generaciones.

No cabe duda que el evento de Jornadas Villistas, que año con año se lleva a cabo, representa para nosotros los parralenses un significativo acontecimiento, al considerar a este legendario personaje revolucionario, como algo muy nuestro, porque a Parral, el sólo nombre de Francisco Villa le ha dado notoriedad a nivel nacional e internacional.


José Félix Bueno | Político, Activista social

Dos exhumaciones se han realizado en la tumba del General Francisco Villa. La primera, para arrancar la cabeza de su cadáver, hecho que se registró en febrero de 1926, que de acuerdo a versiones aceptadas, fue por un militar de aquí de Parral para cobrar una supuesta recompensa, ya que fue del dominio popular que el Gobierno de Estados Unidos estaba interesado en llevársela con fines de estudio, aunque se sabía que Villa fue analfabeta, sin embargo también que poseía una inteligencia nata y dotes extraordinarias en cuestión de estrategia militar. O también que ésta profanación haya sido obra de sus enemigos, para causar sensacionalismo en la sociedad.

La otra exhumación documentada se dio aquella mañana lluviosa con sol, cuando sacaron los restos de Villa para trasladarlos al monumento a la Revolución en la Ciudad de México, donde actualmente reposan, por un decreto expedido por el Lic. Luis Echeverría Álvarez, Presidente de México en aquel entonces, quien acaba de fallecer en recientes días. Esta acción de exhumación la condujo un periodista de origen asiático de nombre Oscar W. Ching Vega, autorizado para fungir como exhumador, quien dirigió la extracción de los restos para depositarlos en una urna que fue colocada en un convoy del ejército mexicano y al acorde de la música de una banda militar. Un servidor, junto a otras personas, como ciudadanos curiosos, presenciamos este acontecimiento poco concurrido, pero que representaba de gran interés para los parralenses, ya que fue realizado de manera no oficial, procurando no llegar a levantar algunas resistencias de sus muchos ciudadanos seguidores.

Aunque supuestamente los restos del General Francisco Villa, sin su cabeza, se encuentran en la Ciudad de México, para todos nosotros, el Gral. Villa se encuentra sentimental y espiritualmente en el Panteón de Dolores, en nuestro querido Parral, la tierra que tanto amó, ya que de acuerdo a la voz popular, en varias ocasiones comentó: “Parral me gusta hasta para morirme”, cosa que el cielo le concedió.

La historia nos recuerda que Doroteo Arango, nombre de pila de Villa, llegó a Parral procedente de San Juan del Río, Durango, obligado por las circunstancias familiares y económicas y después de abandonar una banda de saltantes a la que perteneció, fue rectificando el camino y las actividades de bandolero y que por recomendación de Don Pedro de Alvarado, quien fue su gran amigo, se incorporó a la lucha revolucionaria en pro de la defensa de los más necesitados y del ideal de Francisco I. Madero de “Sufragio Efectivo No Reelección”, oponiéndose a la dictadura del General Porfirio Díaz.

La figura de pancho Villa representa una pieza clave en la historia nacional, por su contribución al triunfo de la Revolución Mexicana, y para los parralenses, aparte de ser una figura emblemática en la identidad e historia de nuestra ciudad, es un símbolo de la lucha por la justicia social, porque que aunque a su manera, defendió los derechos de los más desprotegidos, y esto ha quedado en la memoria de todas las generaciones.

No cabe duda que el evento de Jornadas Villistas, que año con año se lleva a cabo, representa para nosotros los parralenses un significativo acontecimiento, al considerar a este legendario personaje revolucionario, como algo muy nuestro, porque a Parral, el sólo nombre de Francisco Villa le ha dado notoriedad a nivel nacional e internacional.


José Félix Bueno | Político, Activista social