/ martes 17 de noviembre de 2020

Idealismo en una realidad | Covid-19 vs el poder de Dios

Actualmente enfrentamos una pandemia de enfermedad por Coronavirus, COVID-19, que tiene asediado a gran parte del mundo y hoy quiero asemejar ésta situación de emergencia sanitaria por la que estamos atravesando, con aquel hecho bíblico - histórico descrito según el antiguo testamento, en la época de nuestro padre Noé y su “Arca por el diluvio”.

Este relato de la biblia católica en el que se narra cómo por orden de Dios (Yahvé o Jehová ), en los capítulos del 6 al 9, del libro del Génesis, Noé fue escogido por Dios entre los habitantes de ese entonces por ser un hombre justo y recto entre sus contemporáneos, para advertirle que habría un diluvio y que antes de que éste llegara, construyera un “Arca” o embarcación, para quienes creyeran en la promesa de “salvación”; sin embargo el relato asegura que sólo fue Noé, su esposa e hijos, Sem, Cam y Jalet, con sus respectivas esposas, más un grupo de animales, hembra y macho, en distintas especies para asegurar una futura generación.

Todo esto sucedió precisamente porque Dios observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la tierra y la violencia y la maldad crecían alarmantemente, (algo semejante a lo que ahora en la actualidad estamos padeciendo) y ante los ojos del todo Poderoso, la tierra estaba arruinada, por lo que decidió destruir aquella generación.

El periodo de tiempo de la construcción del Arca es indeterminado; algunos escritores interpretan que fue en 120 años (en aquel entonces había otra forma de medir el tiempo) o bien, un plazo antes del diluvio porque así lo tenía contemplado Dios. El diluvio duró 40 días y 40 noches según este pasaje de la biblia, en el que también se menciona que Dios dijo: “exterminaré sobre la faz de la tierra a todos los seres que hice; será como un castigo” y finalmente después de 150 días el Arca se asentó en el monte del Ararat y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las cimas de las montaña; entonces Noé envió una paloma para verificar que las aguas se secaron sobre la tierra y cuando la paloma regresó, le trajo en su pico una hoja de olivo.

Las dimensiones del Arca eran 300 codos de longitud, o sea, 150 metros de largo; 50 codos de ancho, es decir, 25 metros de manga; 30 codos de alto, equivalente a 15 metros de puntal.

Cuando Noé completo el Arca aquel día, fueron rotas las fuentes del grande abismo, las cataratas del cielo fueron abiertas y hubo lluvia intensa sobre la tierra durante ese tiempo, entonces Noé ofreció un sacrificio a Yahvé y por cuyo hecho Dios decidió que no volvería a exterminar a todos los seres vivos con aguas del diluvio, ni habría más diluvios para destruir la tierra, es decir, Dios perdonó al mundo.

Este hermoso relato me hace trae a la mente una reflexión: “vamos a apostarle al maravilloso “Poder de Dios”, más que al poder del mal, que puede representarse como el poder de satanás contra la humanidad, por lo que podemos tener la confianza y fe en que el Creador escuche las plegaria de su Iglesia, las poderosas oraciones de nuestro Papa Francisco y las oraciones que en lo particular se hacen en cada hogar del mundo, las cuales llegarán a nuestro Padre Dios, para superar ésta crisis de la humanidad.

José Félix Bueno


Actualmente enfrentamos una pandemia de enfermedad por Coronavirus, COVID-19, que tiene asediado a gran parte del mundo y hoy quiero asemejar ésta situación de emergencia sanitaria por la que estamos atravesando, con aquel hecho bíblico - histórico descrito según el antiguo testamento, en la época de nuestro padre Noé y su “Arca por el diluvio”.

Este relato de la biblia católica en el que se narra cómo por orden de Dios (Yahvé o Jehová ), en los capítulos del 6 al 9, del libro del Génesis, Noé fue escogido por Dios entre los habitantes de ese entonces por ser un hombre justo y recto entre sus contemporáneos, para advertirle que habría un diluvio y que antes de que éste llegara, construyera un “Arca” o embarcación, para quienes creyeran en la promesa de “salvación”; sin embargo el relato asegura que sólo fue Noé, su esposa e hijos, Sem, Cam y Jalet, con sus respectivas esposas, más un grupo de animales, hembra y macho, en distintas especies para asegurar una futura generación.

Todo esto sucedió precisamente porque Dios observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la tierra y la violencia y la maldad crecían alarmantemente, (algo semejante a lo que ahora en la actualidad estamos padeciendo) y ante los ojos del todo Poderoso, la tierra estaba arruinada, por lo que decidió destruir aquella generación.

El periodo de tiempo de la construcción del Arca es indeterminado; algunos escritores interpretan que fue en 120 años (en aquel entonces había otra forma de medir el tiempo) o bien, un plazo antes del diluvio porque así lo tenía contemplado Dios. El diluvio duró 40 días y 40 noches según este pasaje de la biblia, en el que también se menciona que Dios dijo: “exterminaré sobre la faz de la tierra a todos los seres que hice; será como un castigo” y finalmente después de 150 días el Arca se asentó en el monte del Ararat y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las cimas de las montaña; entonces Noé envió una paloma para verificar que las aguas se secaron sobre la tierra y cuando la paloma regresó, le trajo en su pico una hoja de olivo.

Las dimensiones del Arca eran 300 codos de longitud, o sea, 150 metros de largo; 50 codos de ancho, es decir, 25 metros de manga; 30 codos de alto, equivalente a 15 metros de puntal.

Cuando Noé completo el Arca aquel día, fueron rotas las fuentes del grande abismo, las cataratas del cielo fueron abiertas y hubo lluvia intensa sobre la tierra durante ese tiempo, entonces Noé ofreció un sacrificio a Yahvé y por cuyo hecho Dios decidió que no volvería a exterminar a todos los seres vivos con aguas del diluvio, ni habría más diluvios para destruir la tierra, es decir, Dios perdonó al mundo.

Este hermoso relato me hace trae a la mente una reflexión: “vamos a apostarle al maravilloso “Poder de Dios”, más que al poder del mal, que puede representarse como el poder de satanás contra la humanidad, por lo que podemos tener la confianza y fe en que el Creador escuche las plegaria de su Iglesia, las poderosas oraciones de nuestro Papa Francisco y las oraciones que en lo particular se hacen en cada hogar del mundo, las cuales llegarán a nuestro Padre Dios, para superar ésta crisis de la humanidad.

José Félix Bueno