/ martes 15 de diciembre de 2020

Idealismo en una realidad | Antepasados de María Virgen, madre de Jesús

Es prudente por estas fechas dejar de lado la opinión política para abordar un tema a doc a las festividades decembrinas y de nuevo año, que nos dejen un mensaje o alguna ilustración.

La tradición cristiana habla de Santa Ana como la madre de María Virgen, casada con Joaquín, y por lo tanto se les considera abuelos de Jesús de Nazaret. Su nombre es conocido en hebreo y árabe como Hannah y todo lo que se conoce sobre su vida, incluso su nombre, está basado en evangelios apócrifos, no admitidos por la Iglesia dentro de los libros canónicos, según los cuales Santa Ana era natural de Belén, sus padres eran Mathan y Emerenciana, descendientes del Rey David y de la Tribu de Levi (casta sacerdotal). Los levitas estaban dedicados al servicio del templo.

Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Un día Joaquín fue rechazado al llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia, incluso sus vecinos se burlaban de él por esta circunstancia. Apenado Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña donde le pidió a Dios que le diera un hijo y ayunó para ello 40 días y 40 noches. Mientras tanto Ana lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente anunciándoles que sus rezos habían sido escuchados y que concebirían un hijo. Fue así como Ana prometió dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los 9 meses dio a luz una niña a la que llamó Miriam (María). Al cumplir los tres años de edad, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para consagrarla a Dios como habían prometido. Entonces María vivió en el templo hasta los 12 años de edad en que fue entregada a José como esposa, siendo realmente todavía una niña.

En el Islam a Santa Ana se le reconoce su vida de devoción, fe y esperanza, de manera similar que en los evangelios apócrifos ya mencionados: Hannah era esposa de Imram (San Joaquín) quien llevaba una vida modesta en la ciudad de Nazaret al igual que Facud, su padre, y ambos contaban ya una edad avanzada al momento de ser padres. Un día Hannah quedó fascinada al ver un pájaro alimentando a sus críos bajo un árbol y esto suscitó en ella el deseo de ser madre. Oró a Dios por un hijo y prometió consagrarlo a su servicio en el templo.

Finalmente ella concibió y en efecto dio a luz, pero Imram Joaquín murió antes del nacimiento de la criatura, quien resultó ser contraria a sus expectativas (una niña). Las palabras de Hannah al nacer su hija fueron: ¡”Señor, lo que he dado a luz es una hembra, bien sabía mi Dios lo que había dado a luz y un varón no es igual que una hembra. Le he puesto por nombre Miriam y al igual te la consagro!”.

No se suele mostrar a Ana en el nacimiento de cristo pero frecuentemente se le representa con el niño Jesús en el templo y en la circuncisión de Jesús, sin embargo no es representada con Jesús adulto pues se considera que murió durante la juventud de él, al igual que los padres de ella.

A Santa Ana se le podía reconocer por su larga túnica, generalmente roja y un manto que le cubre la cabeza y a menudo sosteniendo un libro. También puede encontrársele acompañando a María, quien a su vez sostiene en sus brazos al niño Jesús.

Aunque la historia de los antepasados de María nuestra madre no es conocida a ciencia cierta, podemos suponer que vivieron como una familia entregada al servicio de Dios y como familia representan un ejemplo de vida a seguir al servicio de Dios nuestro Señor.

Feliz Navidad y Prosperidad en este nuevo año 2021


Es prudente por estas fechas dejar de lado la opinión política para abordar un tema a doc a las festividades decembrinas y de nuevo año, que nos dejen un mensaje o alguna ilustración.

La tradición cristiana habla de Santa Ana como la madre de María Virgen, casada con Joaquín, y por lo tanto se les considera abuelos de Jesús de Nazaret. Su nombre es conocido en hebreo y árabe como Hannah y todo lo que se conoce sobre su vida, incluso su nombre, está basado en evangelios apócrifos, no admitidos por la Iglesia dentro de los libros canónicos, según los cuales Santa Ana era natural de Belén, sus padres eran Mathan y Emerenciana, descendientes del Rey David y de la Tribu de Levi (casta sacerdotal). Los levitas estaban dedicados al servicio del templo.

Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Un día Joaquín fue rechazado al llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia, incluso sus vecinos se burlaban de él por esta circunstancia. Apenado Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña donde le pidió a Dios que le diera un hijo y ayunó para ello 40 días y 40 noches. Mientras tanto Ana lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente anunciándoles que sus rezos habían sido escuchados y que concebirían un hijo. Fue así como Ana prometió dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los 9 meses dio a luz una niña a la que llamó Miriam (María). Al cumplir los tres años de edad, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para consagrarla a Dios como habían prometido. Entonces María vivió en el templo hasta los 12 años de edad en que fue entregada a José como esposa, siendo realmente todavía una niña.

En el Islam a Santa Ana se le reconoce su vida de devoción, fe y esperanza, de manera similar que en los evangelios apócrifos ya mencionados: Hannah era esposa de Imram (San Joaquín) quien llevaba una vida modesta en la ciudad de Nazaret al igual que Facud, su padre, y ambos contaban ya una edad avanzada al momento de ser padres. Un día Hannah quedó fascinada al ver un pájaro alimentando a sus críos bajo un árbol y esto suscitó en ella el deseo de ser madre. Oró a Dios por un hijo y prometió consagrarlo a su servicio en el templo.

Finalmente ella concibió y en efecto dio a luz, pero Imram Joaquín murió antes del nacimiento de la criatura, quien resultó ser contraria a sus expectativas (una niña). Las palabras de Hannah al nacer su hija fueron: ¡”Señor, lo que he dado a luz es una hembra, bien sabía mi Dios lo que había dado a luz y un varón no es igual que una hembra. Le he puesto por nombre Miriam y al igual te la consagro!”.

No se suele mostrar a Ana en el nacimiento de cristo pero frecuentemente se le representa con el niño Jesús en el templo y en la circuncisión de Jesús, sin embargo no es representada con Jesús adulto pues se considera que murió durante la juventud de él, al igual que los padres de ella.

A Santa Ana se le podía reconocer por su larga túnica, generalmente roja y un manto que le cubre la cabeza y a menudo sosteniendo un libro. También puede encontrársele acompañando a María, quien a su vez sostiene en sus brazos al niño Jesús.

Aunque la historia de los antepasados de María nuestra madre no es conocida a ciencia cierta, podemos suponer que vivieron como una familia entregada al servicio de Dios y como familia representan un ejemplo de vida a seguir al servicio de Dios nuestro Señor.

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