/ miércoles 27 de mayo de 2020

Hagamos cuentas

En México vivimos la fase tres, con la curva ascendente de contagios y defunciones por el coronavirus, y una guerra de cifras y de informaciones antagónicas en el plano nacional e internacional. Son tantas las especulaciones que resulta complicado distinguir el temor natural al miedo colectivo. Amigos de diversos países preguntan cómo vivimos la catástrofe sanitaria. Resulta que hoy como nunca a través de las redes sociales podemos tener acceso a la forma de vida que subyace en otras partes del mundo.

Lo cual nos hace ver que incluso en nuestro país las situaciones a las que nos enfrentamos son diversas, el confinamiento para unos significa perder la primavera el verano, para otros es la fuente de trabajo, el pan de cada día; para unos son vacaciones, retiro espiritual, oportunidad de trabajo creativo, para otros el riesgo de perder empresas, empleos, ingresos, bienes, salud, la vida misma.

La pandemia deja al descubierto el nefasto impacto de las desigualdades en todas las sociedades, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados,. La humanidad se enfrenta a un efecto concatenado de pérdidas en distintos sentidos.

Existen millones de personas que con escaso acceso a la atención sanitaria y que, por necesidad, viven en condiciones de hacinamiento, con un saneamiento deficiente y sin red de seguridad, sin agua limpia, serán los que más sufran. Es menos probable que puedan protegerse del virus, y menos probable que soporten una fuerte caída de sus ingresos.

Debemos tomar todas las medidas recomendadas para la prevención y además, trabajar en nuestras herramientas de gestión de emociones para prevenir que nuestra salud psíquica sea infectada por nuestros miedos, desesperaciones y ansiedades.

En nuestro país, la salud es materia prioritaria, pero ¿cuál es el lugar de México en las estadísticas internacionales de salud?

Del gasto en salud general que incluye, la prevención, curación, rehabilitación, terapia y tratamientos, México se encuentra muy por debajo del promedio internacional, que es de $3992 USD per cápita, cifra que incluye la aportación personal y gubernamental, casi equivalentes. Nuestro país, apenas se ubica por encima de India, Indonesia, China, Colombia y Sudáfrica con $1138 USD, cifra casi diez veces menor que la de Estados Unidos, el país que más invierte en su salud.

El gasto total en salud incluye insumos farmacéuticos tales como los medicamentos recetados, automedicación y los administrados en los centros de salud. En México, este gasto asciende al 22.7% del total, formando parte de los países que más invierten en la industria farmacéutica como Rusia, Hungría, Letonia, Grecia, Eslovaquia y Lituania. Se aleja considerablemente de Dinamarca, el país que menos invierte en este campo, con 6% de su gasto total en salud.

Por lo tanto, en las próximas campañas políticas es momento de poner sobre la mesa el tema de un verdadero sistema de salud pública que incluya la salud mental como prioridad, y un reajuste presupuestario en esencia vigilando el bienestar integral del ciudadano.

Los ciudadanos debemos tener una visión analítica sobre las próximas elecciones, y las decisiones políticas que se toman . Los datos fueron tomados de la siguiente página: https://codigof.mx/estadisticas-en-salud-de-mexico-actualizacion-de-estadisticas-de-salud-de-la-ocde-2019/

En México vivimos la fase tres, con la curva ascendente de contagios y defunciones por el coronavirus, y una guerra de cifras y de informaciones antagónicas en el plano nacional e internacional. Son tantas las especulaciones que resulta complicado distinguir el temor natural al miedo colectivo. Amigos de diversos países preguntan cómo vivimos la catástrofe sanitaria. Resulta que hoy como nunca a través de las redes sociales podemos tener acceso a la forma de vida que subyace en otras partes del mundo.

Lo cual nos hace ver que incluso en nuestro país las situaciones a las que nos enfrentamos son diversas, el confinamiento para unos significa perder la primavera el verano, para otros es la fuente de trabajo, el pan de cada día; para unos son vacaciones, retiro espiritual, oportunidad de trabajo creativo, para otros el riesgo de perder empresas, empleos, ingresos, bienes, salud, la vida misma.

La pandemia deja al descubierto el nefasto impacto de las desigualdades en todas las sociedades, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados,. La humanidad se enfrenta a un efecto concatenado de pérdidas en distintos sentidos.

Existen millones de personas que con escaso acceso a la atención sanitaria y que, por necesidad, viven en condiciones de hacinamiento, con un saneamiento deficiente y sin red de seguridad, sin agua limpia, serán los que más sufran. Es menos probable que puedan protegerse del virus, y menos probable que soporten una fuerte caída de sus ingresos.

Debemos tomar todas las medidas recomendadas para la prevención y además, trabajar en nuestras herramientas de gestión de emociones para prevenir que nuestra salud psíquica sea infectada por nuestros miedos, desesperaciones y ansiedades.

En nuestro país, la salud es materia prioritaria, pero ¿cuál es el lugar de México en las estadísticas internacionales de salud?

Del gasto en salud general que incluye, la prevención, curación, rehabilitación, terapia y tratamientos, México se encuentra muy por debajo del promedio internacional, que es de $3992 USD per cápita, cifra que incluye la aportación personal y gubernamental, casi equivalentes. Nuestro país, apenas se ubica por encima de India, Indonesia, China, Colombia y Sudáfrica con $1138 USD, cifra casi diez veces menor que la de Estados Unidos, el país que más invierte en su salud.

El gasto total en salud incluye insumos farmacéuticos tales como los medicamentos recetados, automedicación y los administrados en los centros de salud. En México, este gasto asciende al 22.7% del total, formando parte de los países que más invierten en la industria farmacéutica como Rusia, Hungría, Letonia, Grecia, Eslovaquia y Lituania. Se aleja considerablemente de Dinamarca, el país que menos invierte en este campo, con 6% de su gasto total en salud.

Por lo tanto, en las próximas campañas políticas es momento de poner sobre la mesa el tema de un verdadero sistema de salud pública que incluya la salud mental como prioridad, y un reajuste presupuestario en esencia vigilando el bienestar integral del ciudadano.

Los ciudadanos debemos tener una visión analítica sobre las próximas elecciones, y las decisiones políticas que se toman . Los datos fueron tomados de la siguiente página: https://codigof.mx/estadisticas-en-salud-de-mexico-actualizacion-de-estadisticas-de-salud-de-la-ocde-2019/