/ sábado 10 de agosto de 2019

¿Gloria o Cenizas?

Isaías 61:1-3 Es un bello pasaje que describe el ministerio terrenal de CRISTO. Hace el anuncio de buenas y nuevas noticias de salvación para el mundo entero. Las viejas y malas noticias son “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) También anuncia que Cristo viene sanar a los quebrantados de corazón, a lo que tienen el corazón lastimado o roto en mil pedazos. También anuncia liberar a los cautivos en cualquier vicio, o en cualquier situación emocional. Y con fanfarrias es proclamado un tiempo nuevo de la buena voluntad de Dios. En Jeremías 29:11 dice Dios que Él tiene pensamientos de bien y no de mal para sus hijos y tiene esperanza y un futuro para sus vidas. Esa es nuestra herencia de los que recibimos a Cristo como Señor y Salvador.

En versículo tres, Dios ha ordenado específicamente tres cosas para quienes ponen su fe y confianza en Él: Dios ha ordenado gloria en lugar de cenizas. Óleo de gozo en lugar de luto, Y manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Hoy deseo compartir un poco solo de la primera…a ordenar que a los afligidos se les dé gloria en lugar de ceniza…

En el lenguaje bíblico, y especialmente en el citado pasaje, la palabra ordenar se utiliza como dar o servir. Poner delante. Establecer. En otras palabras, Dios ordena que a los afligidos se les dé - se lea sirva –se les ponga delante - y se les establezca con gloria.

En la biblia, la ceniza representa, entre otras cosas, vergüenza, dolor, aflicción, tribulación. Cuando alguien esteba pasando por tiempos difíciles se echaba ceniza sobre su cabeza, o se sentaba sobre ella, como Job cuando se sentó sobre ceniza a causa de su dolor extremo por las pérdidas tan grandes y dolorosas que había sufrido: La muerte de sus hijos. La pérdida de sus bienes y ganados. El escarnio de sus amigos, el reproche de su mujer y la enfermedad que repentinamente le había venido. “Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza” (Job 2:8) Cuando el pueblo de Israel estaba al punto del exterminio por medio de la mano de Amán que odiaba al pueblo de Dios, el pueblo se acostaba sobre cilicio y ceniza. “Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos” (Ester 4:3) Otro caso fue el de una joven llamada Tamar. Ella había sido abusada por su hermano Amnón, sus sueños se habían consumido, lo había perdido todo dentro de sus tradiciones. Sus sueños y esperanzas se habían derrumbado, y como una manifestación de un profundo dolor, esparció ceniza sobre su cabeza. “Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando” (2 Samuel 13:19)

La ceniza representaba lo que ya no tenía esperanza humanamente hablando, lo que ya estaba totalmente destruido, lo que ya había sido consumido completamente y que solamente quedaban cenizas. Quizás hay quienes pueden pensar que ya todo se acabó, que sus vidas son cenizas, que sus sueños se han consumido. Quizás donde se quemaron sueños queda cenizas. Donde se quemó la esperanza queda cenizas. Donde se quemó la economía queda cenizas. Donde se quemó el amor queda cenizas. Donde se quemó la salud queda cenizas. Donde se quemó la esperanza y los sueños quedan cenizas.

¡Pero dice la palabra de Dios hay una gloria que viene, es una gloria que Dios ha ordenado¡ ¡Viene gloria después del sufrimiento¡

¡Vienen tiempos del favor de Dios en vez de cenizas¡ Es una gloria que no viene después del canto. No viene de una gran celebración. No es una gloria que viene después de una gran victoria. Es una gloria que no viene después del júbilo. Es una gloria que viene de las cenizas, de la agonía, del “fracaso” Es una gloria que viene del dolor y la vergüenza. Es una gloria que viene de en medio de las circunstancias adversas. Es una gloria que viene del fondo de la situación cuando parece que ya todo está perdido. Dios es especialista en visitar tus cenizas, la tierra seca y árida. Dios visita en medio del horno de fuego y trae una nueva gloria, una nueva esperanza, un nuevo amor, una nueva economía, una nueva salud, una nueva vida. ¡DIOS HA ORDENADO GLORIA PARA USTED, ESTIMADO LECTOR.

Job no estuvo sentado toda su vida en ceniza, le vino una gloria mejor. El pueblo de Israel no estuvo toda la vida sentado en cilicio y ceniza, ellos vieron la gloria de Dios en la victoria. Tamar fue consolada y vengada por su hermano Absalón.

¡Dios ha ordenado gloria para usted en lugar de ceniza¡ ¡Créalo¡ ¡Dios tiene el poder de cambiar sus cenizas en gloria¡ Las cenizas en manos de Dios son como el barro en manos del alfarero. ¿Qué desea? ¿Gloria o cenizas?

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Isaías 61:1-3 Es un bello pasaje que describe el ministerio terrenal de CRISTO. Hace el anuncio de buenas y nuevas noticias de salvación para el mundo entero. Las viejas y malas noticias son “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) También anuncia que Cristo viene sanar a los quebrantados de corazón, a lo que tienen el corazón lastimado o roto en mil pedazos. También anuncia liberar a los cautivos en cualquier vicio, o en cualquier situación emocional. Y con fanfarrias es proclamado un tiempo nuevo de la buena voluntad de Dios. En Jeremías 29:11 dice Dios que Él tiene pensamientos de bien y no de mal para sus hijos y tiene esperanza y un futuro para sus vidas. Esa es nuestra herencia de los que recibimos a Cristo como Señor y Salvador.

En versículo tres, Dios ha ordenado específicamente tres cosas para quienes ponen su fe y confianza en Él: Dios ha ordenado gloria en lugar de cenizas. Óleo de gozo en lugar de luto, Y manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Hoy deseo compartir un poco solo de la primera…a ordenar que a los afligidos se les dé gloria en lugar de ceniza…

En el lenguaje bíblico, y especialmente en el citado pasaje, la palabra ordenar se utiliza como dar o servir. Poner delante. Establecer. En otras palabras, Dios ordena que a los afligidos se les dé - se lea sirva –se les ponga delante - y se les establezca con gloria.

En la biblia, la ceniza representa, entre otras cosas, vergüenza, dolor, aflicción, tribulación. Cuando alguien esteba pasando por tiempos difíciles se echaba ceniza sobre su cabeza, o se sentaba sobre ella, como Job cuando se sentó sobre ceniza a causa de su dolor extremo por las pérdidas tan grandes y dolorosas que había sufrido: La muerte de sus hijos. La pérdida de sus bienes y ganados. El escarnio de sus amigos, el reproche de su mujer y la enfermedad que repentinamente le había venido. “Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza” (Job 2:8) Cuando el pueblo de Israel estaba al punto del exterminio por medio de la mano de Amán que odiaba al pueblo de Dios, el pueblo se acostaba sobre cilicio y ceniza. “Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos” (Ester 4:3) Otro caso fue el de una joven llamada Tamar. Ella había sido abusada por su hermano Amnón, sus sueños se habían consumido, lo había perdido todo dentro de sus tradiciones. Sus sueños y esperanzas se habían derrumbado, y como una manifestación de un profundo dolor, esparció ceniza sobre su cabeza. “Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando” (2 Samuel 13:19)

La ceniza representaba lo que ya no tenía esperanza humanamente hablando, lo que ya estaba totalmente destruido, lo que ya había sido consumido completamente y que solamente quedaban cenizas. Quizás hay quienes pueden pensar que ya todo se acabó, que sus vidas son cenizas, que sus sueños se han consumido. Quizás donde se quemaron sueños queda cenizas. Donde se quemó la esperanza queda cenizas. Donde se quemó la economía queda cenizas. Donde se quemó el amor queda cenizas. Donde se quemó la salud queda cenizas. Donde se quemó la esperanza y los sueños quedan cenizas.

¡Pero dice la palabra de Dios hay una gloria que viene, es una gloria que Dios ha ordenado¡ ¡Viene gloria después del sufrimiento¡

¡Vienen tiempos del favor de Dios en vez de cenizas¡ Es una gloria que no viene después del canto. No viene de una gran celebración. No es una gloria que viene después de una gran victoria. Es una gloria que no viene después del júbilo. Es una gloria que viene de las cenizas, de la agonía, del “fracaso” Es una gloria que viene del dolor y la vergüenza. Es una gloria que viene de en medio de las circunstancias adversas. Es una gloria que viene del fondo de la situación cuando parece que ya todo está perdido. Dios es especialista en visitar tus cenizas, la tierra seca y árida. Dios visita en medio del horno de fuego y trae una nueva gloria, una nueva esperanza, un nuevo amor, una nueva economía, una nueva salud, una nueva vida. ¡DIOS HA ORDENADO GLORIA PARA USTED, ESTIMADO LECTOR.

Job no estuvo sentado toda su vida en ceniza, le vino una gloria mejor. El pueblo de Israel no estuvo toda la vida sentado en cilicio y ceniza, ellos vieron la gloria de Dios en la victoria. Tamar fue consolada y vengada por su hermano Absalón.

¡Dios ha ordenado gloria para usted en lugar de ceniza¡ ¡Créalo¡ ¡Dios tiene el poder de cambiar sus cenizas en gloria¡ Las cenizas en manos de Dios son como el barro en manos del alfarero. ¿Qué desea? ¿Gloria o cenizas?

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.