/ domingo 9 de febrero de 2020

Florecer en Otoño

En la actualidad, el desierto de Atacama, en Chile, es el más árido del mundo, sin embargo, tiene una época en que florece, y brinda uno de los espectáculos visuales más hermosos que nos podemos imaginar. Desafiando a la lógica climática, el desierto de tiempo en tiempo se transforma en medio de épocas difíciles.

Los bosques de Australia, que después de haber sido desbastados por el fuego, ahora están floreciendo ofreciendo a la vista un verdadero espectáculo de esperanza de vida.

En la Biblia está llena de relatos de héroes y de heroínas anónimos que hoy están en la historia, sin importar las circunstancias que vivieron. Hoy se conoce su historia porque florecieron, se levantaron y siguieron adelante en medio de sus circunstancias, aparentemente negativas.

Y en la vida hay situaciones que a veces nos hacen llorar, momentos difíciles que nos rodean, pero Dios nos promete que estará con nosotros (Ex. 33:14; Mt. 28:20) El profeta Isaías, en el capítulo treinta y cinco habla de la restauración de Israel. En su visión se encuentra una promesa, que a pesar de vivir en el desierto, vendría un tiempo de júbilo y esperanza para Israel. Así como la primavera es un tiempo hermoso porque el frío desaparece y comienza a salir las flores, así dice el profeta que florecerán en el desierto. Donde aparentemente no florece nada, Dios lo utiliza como terreno fértil para que haya vida.

Quizás usted mismo, estimado lector, pueda estar pasando por “desierto” donde sólo la soledad le acompaña. Pero ¡ánimo! Dice la palabra de Dios En Isaías 53:1 “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa” Esto es una promesa para el que cree, de que en medio del desierto crecerá y florecerá. En las circunstancias adversas de la vida, sus ojos verán cuando la semilla comienza a brotar y las plantitas a crecer; verá sus hojas salir y sus raíces profundizar de nuevo y se gozará a pesar de tus circunstancias.

Precisamente, esas circunstancias, aparentemente negativa será el abono que Dios utilizará para que su terreno sea fértil y florezcas, “pues los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan para bien” (Rom. 8:28) Dios toma las circunstancias para formar algo grande y hermoso en aquellos que confían en Él. Muchas veces, Él espera una época de necesidad para bendecir, para multiplicar, es decir para hacernos florecer, y para que los demás digan: “Grandes cosas ha hecho Jehová con estos” (Sal. 126:3) ¡Dios nos hace florecer! Nunca perdamos de vista las promesas que Dios ha hecho. Nuestra actitud de fe en medio de tus circunstancias determinará el éxito o el fracaso. El desierto no es permanente, es sólo una temporada, es sólo un estación más en el viaje dela vida. Es un proceso que nos prepara para entrar a un nuevo nivel de vida.

Lo maravilloso es que, muchas veces Dios permite algunos momentos desérticos, no para lastimarnos, sino para platicar con nosotros. En el desierto aprendemos a platicar con Dios y a escucharlo. Oseas 2:14 dice: “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón” Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”

Es por eso que en este día quiero decirle que, en estos tiempos de gran crisis y necesidad mundial, Dios nos anima por medio de su palabra a tener mal alguno a pesar de lo que esté aconteciendo a nivel mundial, en Jeremías 29:11 nos dice “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”

Es decir para darles un futuro y una esperanza. Por ¡ánimo! No temamos, porque este tiempo, es el tiempo de florecer. La orquídea litofita se caracteriza por utilizar las rocas para crecer y desarrollarse. Así también nosotros, apoyados en Cristo, quien es la Roca eterna, podemos florecer (1 Pedro 2:4)

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

En la actualidad, el desierto de Atacama, en Chile, es el más árido del mundo, sin embargo, tiene una época en que florece, y brinda uno de los espectáculos visuales más hermosos que nos podemos imaginar. Desafiando a la lógica climática, el desierto de tiempo en tiempo se transforma en medio de épocas difíciles.

Los bosques de Australia, que después de haber sido desbastados por el fuego, ahora están floreciendo ofreciendo a la vista un verdadero espectáculo de esperanza de vida.

En la Biblia está llena de relatos de héroes y de heroínas anónimos que hoy están en la historia, sin importar las circunstancias que vivieron. Hoy se conoce su historia porque florecieron, se levantaron y siguieron adelante en medio de sus circunstancias, aparentemente negativas.

Y en la vida hay situaciones que a veces nos hacen llorar, momentos difíciles que nos rodean, pero Dios nos promete que estará con nosotros (Ex. 33:14; Mt. 28:20) El profeta Isaías, en el capítulo treinta y cinco habla de la restauración de Israel. En su visión se encuentra una promesa, que a pesar de vivir en el desierto, vendría un tiempo de júbilo y esperanza para Israel. Así como la primavera es un tiempo hermoso porque el frío desaparece y comienza a salir las flores, así dice el profeta que florecerán en el desierto. Donde aparentemente no florece nada, Dios lo utiliza como terreno fértil para que haya vida.

Quizás usted mismo, estimado lector, pueda estar pasando por “desierto” donde sólo la soledad le acompaña. Pero ¡ánimo! Dice la palabra de Dios En Isaías 53:1 “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa” Esto es una promesa para el que cree, de que en medio del desierto crecerá y florecerá. En las circunstancias adversas de la vida, sus ojos verán cuando la semilla comienza a brotar y las plantitas a crecer; verá sus hojas salir y sus raíces profundizar de nuevo y se gozará a pesar de tus circunstancias.

Precisamente, esas circunstancias, aparentemente negativa será el abono que Dios utilizará para que su terreno sea fértil y florezcas, “pues los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan para bien” (Rom. 8:28) Dios toma las circunstancias para formar algo grande y hermoso en aquellos que confían en Él. Muchas veces, Él espera una época de necesidad para bendecir, para multiplicar, es decir para hacernos florecer, y para que los demás digan: “Grandes cosas ha hecho Jehová con estos” (Sal. 126:3) ¡Dios nos hace florecer! Nunca perdamos de vista las promesas que Dios ha hecho. Nuestra actitud de fe en medio de tus circunstancias determinará el éxito o el fracaso. El desierto no es permanente, es sólo una temporada, es sólo un estación más en el viaje dela vida. Es un proceso que nos prepara para entrar a un nuevo nivel de vida.

Lo maravilloso es que, muchas veces Dios permite algunos momentos desérticos, no para lastimarnos, sino para platicar con nosotros. En el desierto aprendemos a platicar con Dios y a escucharlo. Oseas 2:14 dice: “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón” Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”

Es por eso que en este día quiero decirle que, en estos tiempos de gran crisis y necesidad mundial, Dios nos anima por medio de su palabra a tener mal alguno a pesar de lo que esté aconteciendo a nivel mundial, en Jeremías 29:11 nos dice “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”

Es decir para darles un futuro y una esperanza. Por ¡ánimo! No temamos, porque este tiempo, es el tiempo de florecer. La orquídea litofita se caracteriza por utilizar las rocas para crecer y desarrollarse. Así también nosotros, apoyados en Cristo, quien es la Roca eterna, podemos florecer (1 Pedro 2:4)

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.