/ viernes 4 de septiembre de 2020

Filosofía en tiempos del Smartphone

¿En nuestro tiempo sirve de algo la filosofía? Es una interrogante valida, una duda racional. Bueno, después de todo vivimos en el tiempo de los teléfonos inteligentes; los Smartphone, que probablemente como hace cualquier tecnología remplaza una habilidad o la hace descansar en la máquina. Ahora nuestro teléfonos tienen más información que nuestras cabezas e incluso entre foros de consulta más reflexiones que las que nosotros mismos pudiéramos elaborar. Entonces, al tener una maquina omnisapiente, es importante preguntarnos sobre la funcionalidad del quehacer filosófico.

Para poder abordar esa interrogante deberemos de preguntarnos primero; ¿Qué es la filosofía y para que sirvió o ha servido con antelación a la humanidad y los humanos?

Es importante no asumir que la filosofía es el pensamiento completo, sería bastante descabellado calcular que las personas comenzaron la actividad racional y de pensamiento hasta que se declaró iniciado el pensamiento filosófico. Hay que entender que la filosofía inicia en Grecia con una impronta muy clara; la duda continua y la evasión de todo dogmatismo. Para los primeros filósofos la gran tarea de la filosofía era erradicar el pensamiento dogmático y buscar las explicaciones racionales para los eventos, así como superar toda convención social.

En ese entendido hay que notar entonces que nuestra primera pregunta se contesta más o menos de la misma manera, ¿Sirve la filosofía de algo en nuestro tiempo? Sí, sigue teniendo exactamente el mismo uso que hace más de dos mil años; cuestionar todo aquello que creemos es real porque así ha sido. Quien entiende el pensamiento filosófico, comprende también que no existe teléfono inteligente, más inteligente que una persona capaz de dudar.

Los campos de la filosofía están olvidados en la enseñanza; la lógica, la ética, la filosofía o reflexión por el lenguaje y otros, campos que ayudan a las personas a cimentar su realidad y entenderla. Aunque la filosofía está vigente su enseñanza es escasa y ello conlleva una confusión generalizada, vivimos tiempos de oscuridad tecnológica.

A la educación moderna le hace falta retomar el interés por la filosofía y sus reflexiones. Podría ser una forma de cimentar los puntos de vista que regularmente nos resuelve el teléfono y sus múltiples foros, llenos de imprecisiones y vaguedades del pensamiento. La información está a la mano, pero de nada sirve si no contamos con un pensamiento organizado y crítico, capaz de discriminar el conocimiento de lo que no lo es.

La filosofía o el pensamiento filosófico cumple con el mismo que desde sus albores, liberarnos de cualquier dogmatismo y dar sentido a nuestro pensamiento y existencia.

¿En nuestro tiempo sirve de algo la filosofía? Es una interrogante valida, una duda racional. Bueno, después de todo vivimos en el tiempo de los teléfonos inteligentes; los Smartphone, que probablemente como hace cualquier tecnología remplaza una habilidad o la hace descansar en la máquina. Ahora nuestro teléfonos tienen más información que nuestras cabezas e incluso entre foros de consulta más reflexiones que las que nosotros mismos pudiéramos elaborar. Entonces, al tener una maquina omnisapiente, es importante preguntarnos sobre la funcionalidad del quehacer filosófico.

Para poder abordar esa interrogante deberemos de preguntarnos primero; ¿Qué es la filosofía y para que sirvió o ha servido con antelación a la humanidad y los humanos?

Es importante no asumir que la filosofía es el pensamiento completo, sería bastante descabellado calcular que las personas comenzaron la actividad racional y de pensamiento hasta que se declaró iniciado el pensamiento filosófico. Hay que entender que la filosofía inicia en Grecia con una impronta muy clara; la duda continua y la evasión de todo dogmatismo. Para los primeros filósofos la gran tarea de la filosofía era erradicar el pensamiento dogmático y buscar las explicaciones racionales para los eventos, así como superar toda convención social.

En ese entendido hay que notar entonces que nuestra primera pregunta se contesta más o menos de la misma manera, ¿Sirve la filosofía de algo en nuestro tiempo? Sí, sigue teniendo exactamente el mismo uso que hace más de dos mil años; cuestionar todo aquello que creemos es real porque así ha sido. Quien entiende el pensamiento filosófico, comprende también que no existe teléfono inteligente, más inteligente que una persona capaz de dudar.

Los campos de la filosofía están olvidados en la enseñanza; la lógica, la ética, la filosofía o reflexión por el lenguaje y otros, campos que ayudan a las personas a cimentar su realidad y entenderla. Aunque la filosofía está vigente su enseñanza es escasa y ello conlleva una confusión generalizada, vivimos tiempos de oscuridad tecnológica.

A la educación moderna le hace falta retomar el interés por la filosofía y sus reflexiones. Podría ser una forma de cimentar los puntos de vista que regularmente nos resuelve el teléfono y sus múltiples foros, llenos de imprecisiones y vaguedades del pensamiento. La información está a la mano, pero de nada sirve si no contamos con un pensamiento organizado y crítico, capaz de discriminar el conocimiento de lo que no lo es.

La filosofía o el pensamiento filosófico cumple con el mismo que desde sus albores, liberarnos de cualquier dogmatismo y dar sentido a nuestro pensamiento y existencia.