/ miércoles 26 de septiembre de 2018

Este Otoño

El otoño es una de las estaciones que más disfruto: Es el preámbulo al invierno, inicia la ausencia de calor y los días son más frescos y agradables. Sin lugar a dudas, la vida es cíclica, viene el otoño, se va y regresa… Pero vendrán los temporales y no seremos los mismos, vamos acumulando experiencias y sapiencias. Disfrutemos este otoño, con una taza de te, con una copa de vino, disfrutando las tardes frescas y tranquilas, ese viento agradable sobre nuestro rostro.

Este Otoño,

Con las hojas marchitas, urdiré una mortaja,

me fundiré en la míes que, tras la cosecha,

ha quedado yerma.

Mis lágrimas se perderán en la niebla que se disipa, tras la emigración de las aves…

Quisiera volar y acompañarlas en busca de mejores temporales, huyendo del frío y los vendavales.

De la nostalgia y la melancolía, de esta carencia de lozanía, de este verdor que se esfuma, de tu presencia que me esquiva, de tu boca que evita la mía, de tu cuerpo huidizo, de esa piel que se desliza, con esa indiferencia, con apatía…

Palidece la tarde, se convierte en noche,

la calidez de tu cuerpo me abandona, el abatimiento me aprisiona. Los días sombríos,

los árboles antes escaparates coloridos y radiantes ahora se han convertido en lúgubres testigos de mis lamentos, de este luto tan mío,

por que aunque tu vuelvas,

no será lo mismo.

mail: torres_anav@hotmail.com

El otoño es una de las estaciones que más disfruto: Es el preámbulo al invierno, inicia la ausencia de calor y los días son más frescos y agradables. Sin lugar a dudas, la vida es cíclica, viene el otoño, se va y regresa… Pero vendrán los temporales y no seremos los mismos, vamos acumulando experiencias y sapiencias. Disfrutemos este otoño, con una taza de te, con una copa de vino, disfrutando las tardes frescas y tranquilas, ese viento agradable sobre nuestro rostro.

Este Otoño,

Con las hojas marchitas, urdiré una mortaja,

me fundiré en la míes que, tras la cosecha,

ha quedado yerma.

Mis lágrimas se perderán en la niebla que se disipa, tras la emigración de las aves…

Quisiera volar y acompañarlas en busca de mejores temporales, huyendo del frío y los vendavales.

De la nostalgia y la melancolía, de esta carencia de lozanía, de este verdor que se esfuma, de tu presencia que me esquiva, de tu boca que evita la mía, de tu cuerpo huidizo, de esa piel que se desliza, con esa indiferencia, con apatía…

Palidece la tarde, se convierte en noche,

la calidez de tu cuerpo me abandona, el abatimiento me aprisiona. Los días sombríos,

los árboles antes escaparates coloridos y radiantes ahora se han convertido en lúgubres testigos de mis lamentos, de este luto tan mío,

por que aunque tu vuelvas,

no será lo mismo.

mail: torres_anav@hotmail.com