/ martes 1 de octubre de 2019

Espiritu cientifico de las ciencias de la salud

El espíritu científico ha movido a la humanidad desde el principio de su tiempo a superar obstáculos y encontrar respuestas, en especial, encaminadas a cómo sobrevivir de la mejor manera en nuestro paso por el mundo. El asombro del espíritu científico en ciencias enfocadas a la salud ha dado grandes avances que nos permiten vivir más y mejor, aunque desgraciadamente no de manera equitativa ni justa, pero ese es ya otro tema.

Ciencias en el área de la medicina son de las que más nos beneficiamos por lo que es congruente que sean de las más remuneradas. La salud es tan importante que paradójicamente los ricos pueden gastar toda su riqueza a cambio de sentirse saludables y vivir mejor y más tiempo. Las personas sanas en verdad pueden jactarse de un gran tesoro.

Las ciencias de la salud en general estudian la vida, salud, enfermedades y la muerte. Ciencias como la medicina en sus cientos de especialidades, tratan de aplicar el conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplican un diagnostico, tratamiento y prevención de las enfermedades. Realmente la medicina es más efectiva de hace unos cien años para acá, pues durante muchísimos siglos los médicos podían hacer muy poco y hasta de dar risa si lo comparamos con lo que se hace en nuestros días, aun así la ciencia está en deuda con ellos, con un padre de la medicina como Hipócrates o un genio superdotado como el persa Avicenas y otros tantos antepasados como chamanes y curanderas quienes todavía dan vida a nuestro actual espíritu científico.

La curiosidad que alimenta a los espíritus científicos trabajan día a día buscando el bienestar y la verdad. Aunque tal parece que entre más descubrimos más y más problemas y dudas sabotean a las ciencias. Cuantas veces en la historia podemos observar que cuando se ha avanzado un poco en cuestiones científicas también se ha destruido y retrocedido en el conocimiento, por ejemplo cuando se quemó la biblioteca de Alejandría y otros cientos más exterminando millones de años de conocimientos y avances científicos en todas las áreas, incluida la medicina. Errores en nombre de la religión, o de un rey o de quien tuviera el poder, como si descubrir la verdad fuera pecado, el caso es que a veces se avanza un poco y se retrocede otro tanto. Durante miles de años abrir un cadáver para investigación científica fue un pecado que se condenaba con la pena de muerte al instante. Ahora es hasta humanitario donar los órganos de alguien muerto a alguna persona necesitada. Las ciencias siguen teniendo obstáculos ya no solo religiosos, éticos, económicos y de todo tipo de burocracia. Y tanto se apoya como se ataca. Sin embargo siempre están los espíritus científicos para luchar contra miedos, tabúes, sistemas, y toda clase de viento y marea con una mente objetiva, racional, crítica en busca de la verdad

El espíritu científico ha movido a la humanidad desde el principio de su tiempo a superar obstáculos y encontrar respuestas, en especial, encaminadas a cómo sobrevivir de la mejor manera en nuestro paso por el mundo. El asombro del espíritu científico en ciencias enfocadas a la salud ha dado grandes avances que nos permiten vivir más y mejor, aunque desgraciadamente no de manera equitativa ni justa, pero ese es ya otro tema.

Ciencias en el área de la medicina son de las que más nos beneficiamos por lo que es congruente que sean de las más remuneradas. La salud es tan importante que paradójicamente los ricos pueden gastar toda su riqueza a cambio de sentirse saludables y vivir mejor y más tiempo. Las personas sanas en verdad pueden jactarse de un gran tesoro.

Las ciencias de la salud en general estudian la vida, salud, enfermedades y la muerte. Ciencias como la medicina en sus cientos de especialidades, tratan de aplicar el conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplican un diagnostico, tratamiento y prevención de las enfermedades. Realmente la medicina es más efectiva de hace unos cien años para acá, pues durante muchísimos siglos los médicos podían hacer muy poco y hasta de dar risa si lo comparamos con lo que se hace en nuestros días, aun así la ciencia está en deuda con ellos, con un padre de la medicina como Hipócrates o un genio superdotado como el persa Avicenas y otros tantos antepasados como chamanes y curanderas quienes todavía dan vida a nuestro actual espíritu científico.

La curiosidad que alimenta a los espíritus científicos trabajan día a día buscando el bienestar y la verdad. Aunque tal parece que entre más descubrimos más y más problemas y dudas sabotean a las ciencias. Cuantas veces en la historia podemos observar que cuando se ha avanzado un poco en cuestiones científicas también se ha destruido y retrocedido en el conocimiento, por ejemplo cuando se quemó la biblioteca de Alejandría y otros cientos más exterminando millones de años de conocimientos y avances científicos en todas las áreas, incluida la medicina. Errores en nombre de la religión, o de un rey o de quien tuviera el poder, como si descubrir la verdad fuera pecado, el caso es que a veces se avanza un poco y se retrocede otro tanto. Durante miles de años abrir un cadáver para investigación científica fue un pecado que se condenaba con la pena de muerte al instante. Ahora es hasta humanitario donar los órganos de alguien muerto a alguna persona necesitada. Las ciencias siguen teniendo obstáculos ya no solo religiosos, éticos, económicos y de todo tipo de burocracia. Y tanto se apoya como se ataca. Sin embargo siempre están los espíritus científicos para luchar contra miedos, tabúes, sistemas, y toda clase de viento y marea con una mente objetiva, racional, crítica en busca de la verdad

ÚLTIMASCOLUMNAS
Cargar Más