/ viernes 7 de mayo de 2021

Espejos de vida | Todos somos Colombia

#Todos somos Colombia

Recientemente leí el libro “El olvido que seremos”, (2005) testimonio logrado por la magistral pluma del escritor colombiano Héctor Abad Fasciolince. El título lo toma de un poema de Jorge Luis Borges que dice: “Ya somos el olvido que seremos/el polvo elemental que nos ignora/y que fue el rojo Adán y que es ahora/todos los hombres y que no veremos…

Este libro es una carta, testimonio, ensayo y biografía, contiene relatos desgarradores de los acontecimientos violentos que se han suscitado en Colombia desde el siglo pasado. Consta de 42 capítulos y ha sido traducido a nueve idiomas.

El eje temático versa sobre un hijo que hace hasta lo imposible por rescatar la memoria de su padre asesinado, del olvido que todos llegaremos a ser; el protagonista principal es el mismo escritor, quien relata la vida de su progenitor, un médico y activista colombiano, Héctor Abad Gómez, quien puso su vida y conocimiento al servicio de la igualdad social y de los derechos humanos de la población; luchó porque los colombianos conocieran mejores formas de vida, exigió al gobierno el agua potable, a los habitantes les concientizó sobre la importancia de estar en contextos limpios, a sembrar y cultivar frutas y hortalizas; pues él comentaba que los problemas de enfermedades se solucionarían si el estómago tuviera alimento y el gobierno hiciera su parte al brindar las condiciones básicas de subsistencia. Como médico, su vida transcurrió en medio de luchas sociales, en ser testigo de levantamientos y desapariciones, en levantar la voz en espacios públicos y en escribir los hechos y sucesos que estaban lastimando a la nación; denunciando a los ejecutores y perpetuadores de la violencia

Como padre, sembró una semilla de amor en el corazón de sus cinco hijas y el único varón, quien es el autor del libro. Explicita en varios capítulos, ese vínculo especial que tejieron; las conversaciones que les acompañaban, siempre sintiendo el apego y mano protectora sobre sus hombros.

Un padre que se preocupó por el alimento del intelecto, permitiendo que abordaran una dosis alta de lecturas, textos de distintos géneros, que posteriormente estaban en la mesa de diálogo; escucharan música instrumental, fueran conocedores del arte y tuvieran la libertad de palabra y acción.

El autor fue educado en medio de dos caminos bifurcados, por una parte, dentro de la doctrina católica, en una extrema política e ideológica, donde florecían las discusiones teológicas, la oración, la asistencia cotidiana al templo; por otra parte, un padre, científico que todo se cuestionaba, y estaba en contra de los simbolismos y ritos que se promovían dentro de la fe; era marxista en la economía y un pensador liberal de la política. A lo largo del texto puede rescatarse esta lucha ideológica del autor. Describe al hombre, al médico al servicio de las causas justas y al padre vencido por el dolor y la impotencia de no encontrar cura para el cáncer que invadió a su hermosa hija. Un libro que condensa el dolor e impotencia ante la violencia que crece como una maraña que va trastocando hogares, pueblos y países; cuya única arma de defensa es la palabra, páginas impregnadas de memorias, sangre y mucho amor. Esta breve reseña, lleva la intención de servir como preámbulo de conciencia, reflexión y análisis a los recientes acontecimientos de Colombia. Un pueblo que se levanta contra la injusticia y que es sometido y lastimado por la fuerza militar. Hoy, todos somos Colombia y mostramos apoyo y solidaridad ante nuestros hermanos.


#Todos somos Colombia

Recientemente leí el libro “El olvido que seremos”, (2005) testimonio logrado por la magistral pluma del escritor colombiano Héctor Abad Fasciolince. El título lo toma de un poema de Jorge Luis Borges que dice: “Ya somos el olvido que seremos/el polvo elemental que nos ignora/y que fue el rojo Adán y que es ahora/todos los hombres y que no veremos…

Este libro es una carta, testimonio, ensayo y biografía, contiene relatos desgarradores de los acontecimientos violentos que se han suscitado en Colombia desde el siglo pasado. Consta de 42 capítulos y ha sido traducido a nueve idiomas.

El eje temático versa sobre un hijo que hace hasta lo imposible por rescatar la memoria de su padre asesinado, del olvido que todos llegaremos a ser; el protagonista principal es el mismo escritor, quien relata la vida de su progenitor, un médico y activista colombiano, Héctor Abad Gómez, quien puso su vida y conocimiento al servicio de la igualdad social y de los derechos humanos de la población; luchó porque los colombianos conocieran mejores formas de vida, exigió al gobierno el agua potable, a los habitantes les concientizó sobre la importancia de estar en contextos limpios, a sembrar y cultivar frutas y hortalizas; pues él comentaba que los problemas de enfermedades se solucionarían si el estómago tuviera alimento y el gobierno hiciera su parte al brindar las condiciones básicas de subsistencia. Como médico, su vida transcurrió en medio de luchas sociales, en ser testigo de levantamientos y desapariciones, en levantar la voz en espacios públicos y en escribir los hechos y sucesos que estaban lastimando a la nación; denunciando a los ejecutores y perpetuadores de la violencia

Como padre, sembró una semilla de amor en el corazón de sus cinco hijas y el único varón, quien es el autor del libro. Explicita en varios capítulos, ese vínculo especial que tejieron; las conversaciones que les acompañaban, siempre sintiendo el apego y mano protectora sobre sus hombros.

Un padre que se preocupó por el alimento del intelecto, permitiendo que abordaran una dosis alta de lecturas, textos de distintos géneros, que posteriormente estaban en la mesa de diálogo; escucharan música instrumental, fueran conocedores del arte y tuvieran la libertad de palabra y acción.

El autor fue educado en medio de dos caminos bifurcados, por una parte, dentro de la doctrina católica, en una extrema política e ideológica, donde florecían las discusiones teológicas, la oración, la asistencia cotidiana al templo; por otra parte, un padre, científico que todo se cuestionaba, y estaba en contra de los simbolismos y ritos que se promovían dentro de la fe; era marxista en la economía y un pensador liberal de la política. A lo largo del texto puede rescatarse esta lucha ideológica del autor. Describe al hombre, al médico al servicio de las causas justas y al padre vencido por el dolor y la impotencia de no encontrar cura para el cáncer que invadió a su hermosa hija. Un libro que condensa el dolor e impotencia ante la violencia que crece como una maraña que va trastocando hogares, pueblos y países; cuya única arma de defensa es la palabra, páginas impregnadas de memorias, sangre y mucho amor. Esta breve reseña, lleva la intención de servir como preámbulo de conciencia, reflexión y análisis a los recientes acontecimientos de Colombia. Un pueblo que se levanta contra la injusticia y que es sometido y lastimado por la fuerza militar. Hoy, todos somos Colombia y mostramos apoyo y solidaridad ante nuestros hermanos.