/ viernes 21 de octubre de 2022

Espejos de vida | Soy, aprendo y comparto

El universo es infinito, así mismo es el aprendizaje. Decía Sor Juana Inés de la Cruz: “Yo no estudio para saber más, sino para ignorar menos”. De acuerdo a esa premisa, se entiende la importancia de la delimitación de un campo de estudio y de la abstracción por categorías cuando se requiere incursionar en un campo determinado. Siendo de esta manera como surgen las especializaciones en las diversas ramas del conocimiento: ciencias físico, matemático y de las ingenierías, ciencias biológicas, químicas y de la salud, ciencias sociales, humanidades y de las artes.

El hombre en sus múltiples posibilidades de aprendizaje, va incursionando en alguna rama específica, adquiriendo conocimiento que le permite desempeñarse con éxito dentro de su vida personal, familiar y social; si es que no logra finiquitar sus estudios que lo acredite como profesionista, tiene la posibilidad de aprender un oficio o carrera técnica, mismo que a la vez que le brinda sustento económico y seguridad, se convierte en una carta de presentación ante el contexto en que se desenvuelve.

Cualquier profesionista o persona, puede especializarse en determinada rama o tarea, sucediendo algo similar en el mundo de los deportes, las bellas artes, la política, religión, escritura, lectura y todas las demás cosas o actividades que se hacen en la vida ordinaria; sin embargo, la historia nos ha enseñado que el hecho de ser portador de más saberes o desarrollo de habilidades, no garantiza la calidad ética y moral en su Ser y Hacer, solo por nombrar algunos, se hace mención de grandes científicos que sirvieron al genocidio generado por los Nazis en Alemania, de mentes ilustres que están al servicio de la construcción de armas biológicas letales que pueden destruir el mundo con solo apretar un botón; de quienes utilizan la inteligencia, experiencia y sagacidad para convertirse en líderes que encabezan la violencia, corrupción y destrucción del ser humano y de su hábitat,.

En contraparte, entre más conozco, más me asombro y maravillo ante la mente y huella dejada de grandes genios de la humanidad, quienes, en un contexto y época determinada, pudieron visualizar, comprender y concretizar una idea, hasta ver la germinación de un proyecto, tal es el caso de los filósofos, cuyas premisas siguen siendo punta de análisis y escrutinio, de Jesús, profeta tan importante que a partir de su nacimiento empiezan a contabilizarse los años en la línea del tiempo; los genios e inventores que fueron punta de lanza a partir del Renacimiento: “Leonardo Da Vinci”, “Galileo Galilei”, “Marie Curie”, “Thomas Edison”, “Benjamín Franklin”, la décima musa “Sor Juana Inés de la Cruz”, “Alan Turin”, “Samuel Morse”, entre otros muchos más, hombres y mujeres destacados en diversas ramas del conocimiento cuyas contribuciones cambiaron el rumbo de la humanidad.

Del siglo pasado a la fecha, se han vivido grandes cambios y expansión en el conocimiento, hoy en día, está al alcance de todos gracias a la globalización, y detrás de esta, se encuentran las figuras que lo hicieron posible: “Steve Jobs” «fundador de “Apple”», Sergey Brin y Larry Page, científicos del internet y de la informática, creadores del buscador Google, “Bill Gates”, filántropo y humanista, considerado como una de las mentes más brillantes de la humanidad.

Cierro citando al filósofo, politólogo y profesor austriaco Karl Popper: Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita.

María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra jubilada

El universo es infinito, así mismo es el aprendizaje. Decía Sor Juana Inés de la Cruz: “Yo no estudio para saber más, sino para ignorar menos”. De acuerdo a esa premisa, se entiende la importancia de la delimitación de un campo de estudio y de la abstracción por categorías cuando se requiere incursionar en un campo determinado. Siendo de esta manera como surgen las especializaciones en las diversas ramas del conocimiento: ciencias físico, matemático y de las ingenierías, ciencias biológicas, químicas y de la salud, ciencias sociales, humanidades y de las artes.

El hombre en sus múltiples posibilidades de aprendizaje, va incursionando en alguna rama específica, adquiriendo conocimiento que le permite desempeñarse con éxito dentro de su vida personal, familiar y social; si es que no logra finiquitar sus estudios que lo acredite como profesionista, tiene la posibilidad de aprender un oficio o carrera técnica, mismo que a la vez que le brinda sustento económico y seguridad, se convierte en una carta de presentación ante el contexto en que se desenvuelve.

Cualquier profesionista o persona, puede especializarse en determinada rama o tarea, sucediendo algo similar en el mundo de los deportes, las bellas artes, la política, religión, escritura, lectura y todas las demás cosas o actividades que se hacen en la vida ordinaria; sin embargo, la historia nos ha enseñado que el hecho de ser portador de más saberes o desarrollo de habilidades, no garantiza la calidad ética y moral en su Ser y Hacer, solo por nombrar algunos, se hace mención de grandes científicos que sirvieron al genocidio generado por los Nazis en Alemania, de mentes ilustres que están al servicio de la construcción de armas biológicas letales que pueden destruir el mundo con solo apretar un botón; de quienes utilizan la inteligencia, experiencia y sagacidad para convertirse en líderes que encabezan la violencia, corrupción y destrucción del ser humano y de su hábitat,.

En contraparte, entre más conozco, más me asombro y maravillo ante la mente y huella dejada de grandes genios de la humanidad, quienes, en un contexto y época determinada, pudieron visualizar, comprender y concretizar una idea, hasta ver la germinación de un proyecto, tal es el caso de los filósofos, cuyas premisas siguen siendo punta de análisis y escrutinio, de Jesús, profeta tan importante que a partir de su nacimiento empiezan a contabilizarse los años en la línea del tiempo; los genios e inventores que fueron punta de lanza a partir del Renacimiento: “Leonardo Da Vinci”, “Galileo Galilei”, “Marie Curie”, “Thomas Edison”, “Benjamín Franklin”, la décima musa “Sor Juana Inés de la Cruz”, “Alan Turin”, “Samuel Morse”, entre otros muchos más, hombres y mujeres destacados en diversas ramas del conocimiento cuyas contribuciones cambiaron el rumbo de la humanidad.

Del siglo pasado a la fecha, se han vivido grandes cambios y expansión en el conocimiento, hoy en día, está al alcance de todos gracias a la globalización, y detrás de esta, se encuentran las figuras que lo hicieron posible: “Steve Jobs” «fundador de “Apple”», Sergey Brin y Larry Page, científicos del internet y de la informática, creadores del buscador Google, “Bill Gates”, filántropo y humanista, considerado como una de las mentes más brillantes de la humanidad.

Cierro citando al filósofo, politólogo y profesor austriaco Karl Popper: Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita.

María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra jubilada