/ viernes 8 de abril de 2022

Espejos de vida | Mediadoras de lectura

Mediación significa la intervención de una o varias personas que buscan incidir en algo determinado. Leer es una competencia que empieza a desarrollarse desde temprana edad, cuando aprendemos a decodificar imágenes y conceptualizarlas con palabras; a reconocer las letras del alfabeto y aprender sus múltiples combinaciones que permiten crear la magia de las historias, narradas en forma de cuento, novela, fábula, o cualquier otro género literario.

La apropiación de la lectura permite la interacción social y cultural, enriquece la vida misma, cada vez que se incursiona en el escudriño de un texto, se interactúa con el autor, hay un diálogo permanente en búsqueda de sentido que brinde significado y coherencia al pensamiento; he ahí, donde el papel del mediador adquiere singular importancia, porque ayuda a construir andamios que propician el acercamiento y construcción del significado.

Los primeros mediadores se encuentran en el núcleo familiar, los niños aprenden al imitar las conductas de los padres y el ejemplo arrasa con más fuerza que las palabras. El siguiente contexto lector se encuentra en el espacio escolar; el docente se convierte en esa figura que va cimentando los hábitos y pasión por descubrir y aprender, utilizando los recursos que están a su alcance y que hoy en día se han diversificado en gran manera.

A partir de la última década del siglo XX, se presenta una serie de cambios acelerados, producto de la globalización, esta se basa en el aumento continuo de interconexión entre las diferentes naciones del mundo; los avances en el desarrollo de las tecnologías, que indudablemente, repercuten en los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales de la humanidad.

El problema educativo no solo versó en la cobertura nacional, sino en alfabetizar a la gran mayoría de la población, por lo que se implementan varias estrategias que conllevan el apoyar a los fines y propósitos de tener una sociedad más informada y letrada. Los libros son visualizados como herramientas que ayudan a construir el camino de la literacidad, conceptualizada, como las formas de entender la lectura y escritura, actividades situadas en el espacio contextual entre el pensamiento y el texto. Leer y escribir son prácticas sociales que se realizan en la vida cotidiana, se leen instructivos, recetas de cocina, cartas, mensajes, etc.

En 1995 nace el Programa Nacional de Lectura, cuyo objetivo primordial es impulsar iniciativas ciudadanas orientadas a la promoción de la lectura. Entre las estrategias implementadas se encuentra la formación pedagógica del mediador, por ser la persona encargada de despertar la pasión por leer, que promueve la difusión constante y acercamiento a los textos. Las salas de lectura no necesitan un espacio físico en particular, pueden ser itinerantes y llegar hasta los lugares donde encuentren cobijo; para que funcione, se requiere de tres elementos: la lectura, los lectores y el mediador.

Hay una dirección general, estatal y regional que enlazan las actividades, brindando escenarios de compartimiento y aprendizaje entre pares. Me uno recientemente a este equipo de trabajo, nuestra sala regional se denomina “Sembradores de esperanza” y la sala conformada por quince mediadoras entusiastas lleva el nombre de “Leyendo y reconstruyendo”.

Este artículo tiene la finalidad de dar a conocer a la comunidad lo que hacemos y a la vez, ponernos a la orden, para llevar espacios de lectura a quien lo requiera y solicite.


Maestra María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra Jubilada

Mediación significa la intervención de una o varias personas que buscan incidir en algo determinado. Leer es una competencia que empieza a desarrollarse desde temprana edad, cuando aprendemos a decodificar imágenes y conceptualizarlas con palabras; a reconocer las letras del alfabeto y aprender sus múltiples combinaciones que permiten crear la magia de las historias, narradas en forma de cuento, novela, fábula, o cualquier otro género literario.

La apropiación de la lectura permite la interacción social y cultural, enriquece la vida misma, cada vez que se incursiona en el escudriño de un texto, se interactúa con el autor, hay un diálogo permanente en búsqueda de sentido que brinde significado y coherencia al pensamiento; he ahí, donde el papel del mediador adquiere singular importancia, porque ayuda a construir andamios que propician el acercamiento y construcción del significado.

Los primeros mediadores se encuentran en el núcleo familiar, los niños aprenden al imitar las conductas de los padres y el ejemplo arrasa con más fuerza que las palabras. El siguiente contexto lector se encuentra en el espacio escolar; el docente se convierte en esa figura que va cimentando los hábitos y pasión por descubrir y aprender, utilizando los recursos que están a su alcance y que hoy en día se han diversificado en gran manera.

A partir de la última década del siglo XX, se presenta una serie de cambios acelerados, producto de la globalización, esta se basa en el aumento continuo de interconexión entre las diferentes naciones del mundo; los avances en el desarrollo de las tecnologías, que indudablemente, repercuten en los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales de la humanidad.

El problema educativo no solo versó en la cobertura nacional, sino en alfabetizar a la gran mayoría de la población, por lo que se implementan varias estrategias que conllevan el apoyar a los fines y propósitos de tener una sociedad más informada y letrada. Los libros son visualizados como herramientas que ayudan a construir el camino de la literacidad, conceptualizada, como las formas de entender la lectura y escritura, actividades situadas en el espacio contextual entre el pensamiento y el texto. Leer y escribir son prácticas sociales que se realizan en la vida cotidiana, se leen instructivos, recetas de cocina, cartas, mensajes, etc.

En 1995 nace el Programa Nacional de Lectura, cuyo objetivo primordial es impulsar iniciativas ciudadanas orientadas a la promoción de la lectura. Entre las estrategias implementadas se encuentra la formación pedagógica del mediador, por ser la persona encargada de despertar la pasión por leer, que promueve la difusión constante y acercamiento a los textos. Las salas de lectura no necesitan un espacio físico en particular, pueden ser itinerantes y llegar hasta los lugares donde encuentren cobijo; para que funcione, se requiere de tres elementos: la lectura, los lectores y el mediador.

Hay una dirección general, estatal y regional que enlazan las actividades, brindando escenarios de compartimiento y aprendizaje entre pares. Me uno recientemente a este equipo de trabajo, nuestra sala regional se denomina “Sembradores de esperanza” y la sala conformada por quince mediadoras entusiastas lleva el nombre de “Leyendo y reconstruyendo”.

Este artículo tiene la finalidad de dar a conocer a la comunidad lo que hacemos y a la vez, ponernos a la orden, para llevar espacios de lectura a quien lo requiera y solicite.


Maestra María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra Jubilada