/ viernes 13 de mayo de 2022

Espejos de Vida | Mayo

Las fechas específicas son puerta de entrada que permiten abrir un abanico de acciones como el hacer un alto y efectuar una introspección reflexiva que lleva a la memoria a rescatar recuerdos y que surja la necesidad de compartirlos ya sea en forma oral o escrita; procesos comunicativos que rescatan el conocimiento del ayer y la permanencia de muchas tradiciones que son parte de nuestra cultura.

Cada mes trae consigo las efemérides internacionales, nacionales, además de las celebraciones propias, por lo que son esperados con interés y regocijo. En mayo iniciamos celebrando el día del trabajo, como un homenaje especial a todos los que lucharon para la reivindicación de los derechos laborales. El cinco de mayo, recordamos la batalla de Puebla, un evento histórico en el país, cuando el ejército mexicano derrotó a los invasores de Francia. El diez de mayo, conmemoramos a la mujer que nos formó en su vientre y acunó en su pecho; a ese amor incondicional que los hijos expresamos por medio de serenatas, ramilletes musicales, flores, regalos, cartas; mezcla de emociones y sentimientos encontrados, ya sea por la ausencia definitiva del hijo o de la madre, o por existir la separación geográfica que impide abrazar y expresar el más genuino agradecimiento a ese ser dador de vida.

El día 15 de mayo, se rinde homenaje al maestro, iniciativa propuesta en 1917 por un grupo de diputados. El ejercer como docente por más de treinta años y hoy en día, como maestra jubilada, me ha permitido ser festejada por las distintas autoridades municipales, sindicales y educativas, así como por mis apreciados e inolvidables alumnos. Extendiendo felicitaciones especiales a mis hijos Edgar, Yadira, Rubí y Alexandro que se encuentran laborando en el ámbito laboral.

Como alumna, gocé intensamente el festejo del día 23, fecha que data su celebración desde 1929, cuando un grupo de estudiantes decide protestar por la autonomía universitaria. Como docente, contribuí con afán y entusiasmo a la organización de esos eventos; hoy contemplo la expectación y alegría de mis nietos para disfrutar esa conmemoración.

En lo particular, que es el contexto más cercano e inmediato, encuentro especial cada día de mi vida, agradeciendo al ser omnipotente por ser partícipe del milagro del amanecer, sin embargo, reconozco la importancia de inmortalizar esas fechas tatuadas en el calendario de nuestra vida familiar: el 28 de mayo de 1923 nació mi querida madre; cuatro décadas más tarde, un día 29, cobijó mi nacimiento en el pueblo de Balleza, Chihuahua; Rubí y Carlos, mis amados hijos, también llegaron al mundo en este quinto mes, llenando mi alma de contento y felicidad; aunado a la conmemoración de aniversario de vida de mi cuñado Germán Pérez.

Sírvanse estas letras para expresar mi más genuina felicitación envuelta en cariño con listones de parabienes y bendiciones; deseando abundancia de salud, paz y afecto; que los valores universales sigan prevaleciendo en nuestro entorno y el amor y la unión sea la sazón principal de nuestros alimentos diarios. Que sigamos escribiendo en el libro de la vida, páginas pletóricas de recuerdos, sueños y añoranzas, para que ese árbol genealógico encuentre sus raíces y siga alimentándose a través de la fuente inagotable de memorias familiares.

Felicitando también a todos los compañeros docentes, deseando que sigan esparciendo esa semilla del conocimiento, dejando huella en mente y corazón de sus pupilos. A mis compañeros jubilados, porque aún y cuando no ejerzamos más la docencia, es un título que ganamos con estudio, esfuerzo y dedicación.


María del Refugio Sandoval | Maestra Jubilada

Las fechas específicas son puerta de entrada que permiten abrir un abanico de acciones como el hacer un alto y efectuar una introspección reflexiva que lleva a la memoria a rescatar recuerdos y que surja la necesidad de compartirlos ya sea en forma oral o escrita; procesos comunicativos que rescatan el conocimiento del ayer y la permanencia de muchas tradiciones que son parte de nuestra cultura.

Cada mes trae consigo las efemérides internacionales, nacionales, además de las celebraciones propias, por lo que son esperados con interés y regocijo. En mayo iniciamos celebrando el día del trabajo, como un homenaje especial a todos los que lucharon para la reivindicación de los derechos laborales. El cinco de mayo, recordamos la batalla de Puebla, un evento histórico en el país, cuando el ejército mexicano derrotó a los invasores de Francia. El diez de mayo, conmemoramos a la mujer que nos formó en su vientre y acunó en su pecho; a ese amor incondicional que los hijos expresamos por medio de serenatas, ramilletes musicales, flores, regalos, cartas; mezcla de emociones y sentimientos encontrados, ya sea por la ausencia definitiva del hijo o de la madre, o por existir la separación geográfica que impide abrazar y expresar el más genuino agradecimiento a ese ser dador de vida.

El día 15 de mayo, se rinde homenaje al maestro, iniciativa propuesta en 1917 por un grupo de diputados. El ejercer como docente por más de treinta años y hoy en día, como maestra jubilada, me ha permitido ser festejada por las distintas autoridades municipales, sindicales y educativas, así como por mis apreciados e inolvidables alumnos. Extendiendo felicitaciones especiales a mis hijos Edgar, Yadira, Rubí y Alexandro que se encuentran laborando en el ámbito laboral.

Como alumna, gocé intensamente el festejo del día 23, fecha que data su celebración desde 1929, cuando un grupo de estudiantes decide protestar por la autonomía universitaria. Como docente, contribuí con afán y entusiasmo a la organización de esos eventos; hoy contemplo la expectación y alegría de mis nietos para disfrutar esa conmemoración.

En lo particular, que es el contexto más cercano e inmediato, encuentro especial cada día de mi vida, agradeciendo al ser omnipotente por ser partícipe del milagro del amanecer, sin embargo, reconozco la importancia de inmortalizar esas fechas tatuadas en el calendario de nuestra vida familiar: el 28 de mayo de 1923 nació mi querida madre; cuatro décadas más tarde, un día 29, cobijó mi nacimiento en el pueblo de Balleza, Chihuahua; Rubí y Carlos, mis amados hijos, también llegaron al mundo en este quinto mes, llenando mi alma de contento y felicidad; aunado a la conmemoración de aniversario de vida de mi cuñado Germán Pérez.

Sírvanse estas letras para expresar mi más genuina felicitación envuelta en cariño con listones de parabienes y bendiciones; deseando abundancia de salud, paz y afecto; que los valores universales sigan prevaleciendo en nuestro entorno y el amor y la unión sea la sazón principal de nuestros alimentos diarios. Que sigamos escribiendo en el libro de la vida, páginas pletóricas de recuerdos, sueños y añoranzas, para que ese árbol genealógico encuentre sus raíces y siga alimentándose a través de la fuente inagotable de memorias familiares.

Felicitando también a todos los compañeros docentes, deseando que sigan esparciendo esa semilla del conocimiento, dejando huella en mente y corazón de sus pupilos. A mis compañeros jubilados, porque aún y cuando no ejerzamos más la docencia, es un título que ganamos con estudio, esfuerzo y dedicación.


María del Refugio Sandoval | Maestra Jubilada