/ jueves 22 de octubre de 2020

Espejos de vida | La poesía como fuente de catarsis

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, catarsis es la purificación de los estados del ánimo mediante las emociones que provoca la contemplación de una situación dolorosa.

Los seres humanos vivimos inmersos en duelos constantes, que van desde la pérdida de una mascota, del empleo, del amigo, crisis financieras, tambaleo de la salud y el despedirnos de un ser amado. Lo importante no es lo que enfrentamos, sino la manera en que reaccionamos y las decisiones de vida que tomamos.

En este artículo, se presenta la poesía como un bálsamo de sanación, no solo el escucharla, sino el ir aprendiendo a crearla. El escritor Bécquer dijo:

¿Qué es poesía?

dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas

Poesía eres tú.

Esclareciendo el concepto que se tiene al respecto, se entiende que todo y todos somos poesía. Esta, es un género literario que tiene sus orígenes desde la cuna de la civilización griega, entendiéndose como una manifestación del sentimiento, que utiliza recursos estéticos para expresarse.

En la medida que se va interiorizando, se aprende a discernir y comprender el mensaje, se enlaza una comunicación biunívoca con el poeta, haciendo las letras propias, como un traje a la medida de quien la crea y quien la escucha.

Esta semana nutrí esa parte interior de mi ser, escuchando al poeta argentino Alberto Cortes, quien desafortunadamente falleció el año pasado, pero deja un legado de letras a la humanidad. “Qué suerte he tenido de nacer”, “Mi árbol y yo”, “El vino”, entre otros, son un alimento que fortalece espíritu y alma y trastoca el bienestar físico y emocional de quien las escucha, pues además de ser compositor, agrega armonía musical, voz y ritmo a sus composiciones. La música, es un elemento que por sí solo otorga bienestar a quien la disfruta, pero cuando se combina con el poema, es un engarce que cautiva y atrapa las emociones, llevando al recuerdo personal, familiar y de entornos cercanos, así como al tránsito de distintas etapas de la vida.

De igual manera, escuché a otros poetas y a sus poemas musicalizados, como: Amado Nervo, con “Vida estamos en paz” (1916), cuya musicalización presenta diversos géneros musicales, desde la voz del pueblo de Cornelio Reyna, Miguel y Miguel y Pablo Milanés.

Como formadora de docentes, reconozco el papel fundamental de la poesía en la salud emocional, por lo que es importante recurrir a esta, nadie ama lo que desconoce, y para conocer algo, es necesario traerlo a nuestro contexto e irnos apropiando de sus manifestaciones.

Invito a la comunidad docente, a que vuelva su mirada a este género literario, que lleven a sus alumnos de la mano por su reconocimiento y grandes exponentes a través del tiempo y que finalmente, le expongan a un contexto impregnado de poesía, de catarsis de emociones y flujo de sensaciones, que permiten forjar una personalidad más justa, racional y humana.

Cito el verso de Antonio Machado (1973):

Caminante, son tus huellas el camino, y nada más;

caminante, no hay camino: se hace camino al andar.

Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, catarsis es la purificación de los estados del ánimo mediante las emociones que provoca la contemplación de una situación dolorosa.

Los seres humanos vivimos inmersos en duelos constantes, que van desde la pérdida de una mascota, del empleo, del amigo, crisis financieras, tambaleo de la salud y el despedirnos de un ser amado. Lo importante no es lo que enfrentamos, sino la manera en que reaccionamos y las decisiones de vida que tomamos.

En este artículo, se presenta la poesía como un bálsamo de sanación, no solo el escucharla, sino el ir aprendiendo a crearla. El escritor Bécquer dijo:

¿Qué es poesía?

dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas

Poesía eres tú.

Esclareciendo el concepto que se tiene al respecto, se entiende que todo y todos somos poesía. Esta, es un género literario que tiene sus orígenes desde la cuna de la civilización griega, entendiéndose como una manifestación del sentimiento, que utiliza recursos estéticos para expresarse.

En la medida que se va interiorizando, se aprende a discernir y comprender el mensaje, se enlaza una comunicación biunívoca con el poeta, haciendo las letras propias, como un traje a la medida de quien la crea y quien la escucha.

Esta semana nutrí esa parte interior de mi ser, escuchando al poeta argentino Alberto Cortes, quien desafortunadamente falleció el año pasado, pero deja un legado de letras a la humanidad. “Qué suerte he tenido de nacer”, “Mi árbol y yo”, “El vino”, entre otros, son un alimento que fortalece espíritu y alma y trastoca el bienestar físico y emocional de quien las escucha, pues además de ser compositor, agrega armonía musical, voz y ritmo a sus composiciones. La música, es un elemento que por sí solo otorga bienestar a quien la disfruta, pero cuando se combina con el poema, es un engarce que cautiva y atrapa las emociones, llevando al recuerdo personal, familiar y de entornos cercanos, así como al tránsito de distintas etapas de la vida.

De igual manera, escuché a otros poetas y a sus poemas musicalizados, como: Amado Nervo, con “Vida estamos en paz” (1916), cuya musicalización presenta diversos géneros musicales, desde la voz del pueblo de Cornelio Reyna, Miguel y Miguel y Pablo Milanés.

Como formadora de docentes, reconozco el papel fundamental de la poesía en la salud emocional, por lo que es importante recurrir a esta, nadie ama lo que desconoce, y para conocer algo, es necesario traerlo a nuestro contexto e irnos apropiando de sus manifestaciones.

Invito a la comunidad docente, a que vuelva su mirada a este género literario, que lleven a sus alumnos de la mano por su reconocimiento y grandes exponentes a través del tiempo y que finalmente, le expongan a un contexto impregnado de poesía, de catarsis de emociones y flujo de sensaciones, que permiten forjar una personalidad más justa, racional y humana.

Cito el verso de Antonio Machado (1973):

Caminante, son tus huellas el camino, y nada más;

caminante, no hay camino: se hace camino al andar.

Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.