“Bajo el sol de Kenia” libro del mes de junio, cuya previa lectura, nos reunió al grupo entusiasta que conformamos la sala “leyendo y reconstruyendo” en el local que ocupa la oficina de pensionados y jubilados D-IV-2 de nuestra hermosa ciudad; estamos conscientes de la importancia de leer, analizar y comentar los textos para favorecer el desarrollo personal y social. Este análisis conlleva el reconocimiento de la autora, los contextos históricos y culturales descritos, las partes del texto y su interrelación en la conformación del todo « estructura», género, perfil de los personajes, argumento, trama, lenguaje utilizado, nuevo vocabulario, semejanzas encontradas con nuestro país, situaciones que siguen reproduciéndose a través del tiempo, emociones y sentimientos que se generan durante y al final de su lectura y lo más importante, la convivencia y diálogos armónicos de los integrantes, suscitados tras las bambalinas del escenario literario.
El viaje comienza desde la selección del texto, la interacción constante en el grupo de WhatsApp con citas de fragmentos, frases, nuevos aprendizajes encontrados, describiendo el universo que el autor/a va presentando ante nuestros ojos, mismo que va incursionando en las estructuras mentales del conocimiento y se convierte en base para adquirir nuevos significados; creando la incertidumbre de saber que sigue a continuación, desarrollando la imaginación, el pensamiento crítico, la reflexión, y lo más importante, nos proporciona bienestar y placer.
Dijo Jorge Luis Borges: “La lectura debe ser una de las formas de la felicidad”, y de acuerdo a la Real Academia Española (RAE), “la felicidad es un estado de grata satisfacción espiritual y física”, que experimentamos cuando hacemos cosas que nos agradan. Sensaciones que pueden quedar aletargadas, adormecidas ante la falta del “hábito lector”, que puede agazaparse en cualquier rincón del olvido ante la gran cantidad de actividades y responsabilidades que diariamente nos atañen.
Estamos conscientes de las dificultades y fragilidad de este práctica, de los muchos distractores existentes; pero también, de la importancia de hacer de la lectura un hábito por pasión y convicción, que requiere perseverancia, disciplina y tiempo, y que una vez constituido, es una fuente generadora de bienestar emocional que acompaña en soledades, alegrías y tristezas y que cobra vida en cuanto incursionamos en sus páginas, permitiendo, sin egoísmos, que cada lector otorgué significados disímbolos, le ponga rostro a cada personaje, dibuje sus propios escenarios y lo haga parte de sí mismo.
En esta sala de lectura, leemos por placer, para crecer y también para contribuir con la sociedad, porque la palabra educa, pero el ejemplo arrasa. Utilizamos las bondades de la tecnología para estar en constante comunicación, compartiendo esos momentos placenteros que se han generado en nuestras rutinas, reconociendo, que debimos cambiar algunos hábitos y de esa manera, al soltar, pudimos abrir espacios para abrazar esta nueva aventura.
Cada inmersión en la lectura va conformando el envoltorio y moño de este regalo especial, es el viaje donde nos gozamos con las paradas y el escenario que vamos reconstruyendo; la recompensa, es cuando terminamos la última página y llegamos a nuestro destino final; esa reunión presencial, donde podemos ser testigos del gozo que fuimos cultivando y que en ese momento se convierte en palabras, rostros que retratan las emociones vividas, la ilusión de expresar, abrazar y compartir.
Cada mes cerramos un ciclo e iniciamos otro, con nuevas expectativas, hemos recorrido autores e historias de diversos continentes, hemos llorado, reído y soñado, porque como dijo Calderón de la Barca, “La vida es un sueño y los sueños, sueños son”.
María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra jubilada - escritora
