/ lunes 15 de junio de 2020

Esclavitud moderna

LUPITA: Profe ¿Verdad que la esclavitud ya no existe?

PROFESOR PUEBLINO: No lo queremos ver, pero, al igual que los esclavos de la antigüedad, los siervos de la edad media, los obreros de las primeras revoluciones industriales, estamos hoy en día frente a una clase totalmente esclavizada

MORAIMA: ¡No es cierto!

PROFESOR PUEBLINO: La esclavitud humana impera en nuestro sistema económico. El trabajo te roba tu fuerza y tu energía vital hasta que no puedes más. Algunos incluso son adictos a su esclavitud trabajadora

SOLEDAD: ¿Todavía hay esclavitud en nuestro planeta?

PROFESOR PUEBLINO: La servidumbre moderna es una esclavitud voluntaria, consentida por la multitud de esclavos. Ellos mismos compran las mercancías que los esclavizan cada vez más. Ellos mismos buscan trabajos cada vez más alienantes que se les otorgan si demuestran estar suficientemente preparados. Ellos mismos eligen los amos a quienes deberán servir

INDALECIO: ¿No lo saben o no lo quieren saber?

PROFESOR PUEBLINO: Para que esta tragedia absurda tenga lugar, ha sido necesario despojar a esa clase social de la conciencia de su explotación y de su alienación. Aceptan sin discutir la vida lamentable que se planeó para ellos. La renuncia y la resignación son la fuente de su desgracia. La opresión se moderniza expandiendo por todas partes las formas de mistificación que permiten ocultar nuestra condición de esclavos

TODOS: ¡Guau!

MANUELITO: ¡Ilústrenos más!

PROFESOR PUEBLINO: El esclavo moderno dispone cada vez de menos tiempo para preparar la comida que ingiere. Se ve reducido a consumir a la carrera lo que la industria agroquímica produce. La concentración inhumana de esa masa de esclavos se asemeja a las jaulas, a las cárceles, a las cavernas, pero a diferencia del esclavo o del prisionero, el explotado de la época moderna debe pagar por su jaula. Este mundo se vuelve la cárcel donde tendrán que vivir. Un mundo sórdido, sin sabor ni olor, que lleva en sí la miseria del modo de producción dominante, el mundo se vuelve como una fábrica, cada vez más sucio y ruidoso

PRIMTIVO: ¿Somos anormales?

PROFESOR PUEBLINO: No es el hombre, sino el mundo, el que se vuelve anormal. Para entrar en la ronda del consumo frenético hay que tener dinero, y para tenerlo, hay que trabajar. Es decir, venderse. El sistema dominante ha hecho del trabajo su principal valor, y los esclavos deben trabajar cada vez más para pagar a crédito su vida miserable

PANCRACIO: ¿Pero no es malo trabajar? ¿O sí?

PROFESOR PUEBLINO: La naturaleza no creó amos ni esclavos. La palabra trabajo, proviene del latín “tri palium” (tres palos), un instrumento de tortura. Como todos los seres oprimidos de la historia, el esclavo moderno necesita de su mística y de su dios para anestesiar el mal que le atormenta, y el sufrimiento que le agobia. Pero este nuevo dios a quien entregó su alma, no es nada más que un trozo de papel, un simple número que tiene sentido sólo porque todos han decidido dárselo. Es por este nuevo dios que trabaja, riñe, se vende y está dispuesto a hacer lo que sea

LUPITA: Los ricos ¿También son esclavos?

PROFESOR PUEBLINO: Él cree, que entre más plata posea, más se liberará de la coacción que lo sujeta. Como si la posesión fuera de la mano de la libertad. La liberación está en el ser y no en el tener…

SOLEDAD: Entonces ¿Somos esclavos?

TODOS: ¡Esclavos modernos!…

PROFESOR PUEBLINO: A fuerza de obedecer se obtienen reflejos de sumisión. Somos esclavos de tiempo completo

DR. MARIO ALBERTO GAYTÁN URBINA

LUPITA: Profe ¿Verdad que la esclavitud ya no existe?

PROFESOR PUEBLINO: No lo queremos ver, pero, al igual que los esclavos de la antigüedad, los siervos de la edad media, los obreros de las primeras revoluciones industriales, estamos hoy en día frente a una clase totalmente esclavizada

MORAIMA: ¡No es cierto!

PROFESOR PUEBLINO: La esclavitud humana impera en nuestro sistema económico. El trabajo te roba tu fuerza y tu energía vital hasta que no puedes más. Algunos incluso son adictos a su esclavitud trabajadora

SOLEDAD: ¿Todavía hay esclavitud en nuestro planeta?

PROFESOR PUEBLINO: La servidumbre moderna es una esclavitud voluntaria, consentida por la multitud de esclavos. Ellos mismos compran las mercancías que los esclavizan cada vez más. Ellos mismos buscan trabajos cada vez más alienantes que se les otorgan si demuestran estar suficientemente preparados. Ellos mismos eligen los amos a quienes deberán servir

INDALECIO: ¿No lo saben o no lo quieren saber?

PROFESOR PUEBLINO: Para que esta tragedia absurda tenga lugar, ha sido necesario despojar a esa clase social de la conciencia de su explotación y de su alienación. Aceptan sin discutir la vida lamentable que se planeó para ellos. La renuncia y la resignación son la fuente de su desgracia. La opresión se moderniza expandiendo por todas partes las formas de mistificación que permiten ocultar nuestra condición de esclavos

TODOS: ¡Guau!

MANUELITO: ¡Ilústrenos más!

PROFESOR PUEBLINO: El esclavo moderno dispone cada vez de menos tiempo para preparar la comida que ingiere. Se ve reducido a consumir a la carrera lo que la industria agroquímica produce. La concentración inhumana de esa masa de esclavos se asemeja a las jaulas, a las cárceles, a las cavernas, pero a diferencia del esclavo o del prisionero, el explotado de la época moderna debe pagar por su jaula. Este mundo se vuelve la cárcel donde tendrán que vivir. Un mundo sórdido, sin sabor ni olor, que lleva en sí la miseria del modo de producción dominante, el mundo se vuelve como una fábrica, cada vez más sucio y ruidoso

PRIMTIVO: ¿Somos anormales?

PROFESOR PUEBLINO: No es el hombre, sino el mundo, el que se vuelve anormal. Para entrar en la ronda del consumo frenético hay que tener dinero, y para tenerlo, hay que trabajar. Es decir, venderse. El sistema dominante ha hecho del trabajo su principal valor, y los esclavos deben trabajar cada vez más para pagar a crédito su vida miserable

PANCRACIO: ¿Pero no es malo trabajar? ¿O sí?

PROFESOR PUEBLINO: La naturaleza no creó amos ni esclavos. La palabra trabajo, proviene del latín “tri palium” (tres palos), un instrumento de tortura. Como todos los seres oprimidos de la historia, el esclavo moderno necesita de su mística y de su dios para anestesiar el mal que le atormenta, y el sufrimiento que le agobia. Pero este nuevo dios a quien entregó su alma, no es nada más que un trozo de papel, un simple número que tiene sentido sólo porque todos han decidido dárselo. Es por este nuevo dios que trabaja, riñe, se vende y está dispuesto a hacer lo que sea

LUPITA: Los ricos ¿También son esclavos?

PROFESOR PUEBLINO: Él cree, que entre más plata posea, más se liberará de la coacción que lo sujeta. Como si la posesión fuera de la mano de la libertad. La liberación está en el ser y no en el tener…

SOLEDAD: Entonces ¿Somos esclavos?

TODOS: ¡Esclavos modernos!…

PROFESOR PUEBLINO: A fuerza de obedecer se obtienen reflejos de sumisión. Somos esclavos de tiempo completo

DR. MARIO ALBERTO GAYTÁN URBINA