/ viernes 10 de julio de 2020

Es tiempo de la sociedad civil organizada

Es innegable la degradación política de nuestro tiempo, me queda claro que nuestros políticos están siempre inmersos en una continua carrera por escalar los peldaños de la estructura del poder y poco interesados en los problemas sociales, mismos que ellos son responsables de resolver.

Cada vez las política y los políticos son más fatuos; los vemos haciendo tik toks para ganar agrado de quienes ignoran y se desentienden de su obligación democrática, los vemos tratando de colgarse la medallita de cosas que se deben hacer por obligación, como hacer justicia, los vemos haciendo anuncios de haber concluido una obra, que de nada sirve. Ignorantes de la ciencia de nuestro tiempo, indiferentes a los grandes problemas, esos que los ciudadanos no pueden resolver porque carecen del poder público, fatuos y deseos de reconocimiento. Así es la política de nuestros tiempos y así son nuestros representantes.

Lo cierto es que no podemos seguir esperando que los políticos de profesión entiendan que deben de trabajar arduo y sin esperar agradecimientos de nadie, pero la ciudadanía tampoco podemos permanecer pasivos y a la espera.

Este tiempo debe ser tiempo de los ciudadanos y de las organizaciones civiles. Es imperioso que los ciudadanos entendamos que provocaremos un cambio mayor si dejamos de necesitar a aquellos que no están cumpliendo a veces con el propósito de mantener los problemas vigentes, para conservarse ellos mismos vigentes. Si la sociedad civil atiende los problemas del agua, la calidad del aire, la pobreza, la educación, etc. De manera directa obligará a la autoridad a ponerse a trabajar.

Probablemente lo más adecuado sería exigir que se haga lo que se debe hacer y se pierda menos tiempo en la promoción personal, pero con rabia vemos que esa receta no ha funcionado, ha sido insuficiente, aún tenemos funcionarios de todos los niveles haciendo más novelas que acciones de fondo.

De tal suerte comenzar a operar acciones fuera del ejercicio del gobierno y desde la sociedad civil organizada puede ser más productivo. Organizaciones civiles con problemas bien definidos y con agendas claras sin duda presionarán a los funcionarios a darle seguimiento a sus tareas sin la capacidad de culpar administraciones pasadas o presentes y sobre todo le dará el conocimiento necesario y acumulado para visualizar con claridad la ruta a seguir de manera más eficiente, pues al ser un país en el que regularmente no se cuenta con la profesionalización de la burocracia, se debe aprender cada 3 o seis años la tarea.

Sé que el planteamiento que realizo aquí no es sencillo, pero seguro es más eficaz que lo que hemos venido haciendo, pues existen amplios casos y ejemplo de sociedades civiles que sin duda están haciendo un mejor trabajo en nuestro estado en problemas concretos que aquellas acciones emprendidas por el gobierno.

Es innegable la degradación política de nuestro tiempo, me queda claro que nuestros políticos están siempre inmersos en una continua carrera por escalar los peldaños de la estructura del poder y poco interesados en los problemas sociales, mismos que ellos son responsables de resolver.

Cada vez las política y los políticos son más fatuos; los vemos haciendo tik toks para ganar agrado de quienes ignoran y se desentienden de su obligación democrática, los vemos tratando de colgarse la medallita de cosas que se deben hacer por obligación, como hacer justicia, los vemos haciendo anuncios de haber concluido una obra, que de nada sirve. Ignorantes de la ciencia de nuestro tiempo, indiferentes a los grandes problemas, esos que los ciudadanos no pueden resolver porque carecen del poder público, fatuos y deseos de reconocimiento. Así es la política de nuestros tiempos y así son nuestros representantes.

Lo cierto es que no podemos seguir esperando que los políticos de profesión entiendan que deben de trabajar arduo y sin esperar agradecimientos de nadie, pero la ciudadanía tampoco podemos permanecer pasivos y a la espera.

Este tiempo debe ser tiempo de los ciudadanos y de las organizaciones civiles. Es imperioso que los ciudadanos entendamos que provocaremos un cambio mayor si dejamos de necesitar a aquellos que no están cumpliendo a veces con el propósito de mantener los problemas vigentes, para conservarse ellos mismos vigentes. Si la sociedad civil atiende los problemas del agua, la calidad del aire, la pobreza, la educación, etc. De manera directa obligará a la autoridad a ponerse a trabajar.

Probablemente lo más adecuado sería exigir que se haga lo que se debe hacer y se pierda menos tiempo en la promoción personal, pero con rabia vemos que esa receta no ha funcionado, ha sido insuficiente, aún tenemos funcionarios de todos los niveles haciendo más novelas que acciones de fondo.

De tal suerte comenzar a operar acciones fuera del ejercicio del gobierno y desde la sociedad civil organizada puede ser más productivo. Organizaciones civiles con problemas bien definidos y con agendas claras sin duda presionarán a los funcionarios a darle seguimiento a sus tareas sin la capacidad de culpar administraciones pasadas o presentes y sobre todo le dará el conocimiento necesario y acumulado para visualizar con claridad la ruta a seguir de manera más eficiente, pues al ser un país en el que regularmente no se cuenta con la profesionalización de la burocracia, se debe aprender cada 3 o seis años la tarea.

Sé que el planteamiento que realizo aquí no es sencillo, pero seguro es más eficaz que lo que hemos venido haciendo, pues existen amplios casos y ejemplo de sociedades civiles que sin duda están haciendo un mejor trabajo en nuestro estado en problemas concretos que aquellas acciones emprendidas por el gobierno.