Dentro de unos días seremos testigos de un hecho histórico para nuestra ciudad de Parral y para la Diócesis que lleva su nombre. El próximo 19 de marzo será ordenado don Mauricio Urrea Carrillo, sacerdote originario de la diócesis de Nogales Sonora, y nombrado por el Papa tercer obispo para esta diócesis del sur del Estado.
El 6 de noviembre del 2019, por medio del boletín oficial del Vaticano nos enteramos que don Eduardo Carmona sería transferido a la diócesis de Córdoba, Veracruz. Con este anuncio iniciaba el proceso de sede vacante de nuestra diócesis, iniciado oficialmente el 3 de enero, cuando don Eduardo llegó a tomar posesión de su nuevo encargo en aquellas tierras. Don Eduardo quedó como Administrador apostólico, mientras se nombraba un sucesor.
Antes de hablar de don Mauricio, quiero resaltar este elemento: “La sucesión apostólica”. Cuando la Iglesia católica profesa su credo proclama que la Iglesia es una, santa, católica y apostólica. Este último elemento se refiere a que los obispos son sucesores de los apóstoles y garantía de unirnos en el tiempo como la primitiva Iglesia. Los apóstoles de Jesucristo impusieron las manos a presbíteros para conferirles este grado en el orden sacerdotal. En otras palabras, podremos decir que a don Mauricio lo consagrarán obispos, que ellos fueron consagrados por obispos… y así la cadena hasta uno de los apóstoles, sin interrupción alguna.
Cumplimos un año y casi cuatro meses desde aquel anuncio donde se trasferiría de lugar a nuestro obispo, y sabíamos que en unos meses se nos asignaría un nuevo pastor, labor que realiza minuciosamente el Nuncio apostólico al proponer al Papa candidatos idóneos para el desempeño de este ministerio. Fue hasta el 21 de noviembre del 2020 que se dio a conocer a don Mauricio, sacerdote del clero de Nogales, párroco de la Purísima Concepción y doctor en filosofía, quien sería nuestro tercer obispo.
Esta cadena de apóstoles, nos da la seguridad de estar en la Iglesia fundada por Cristo y sin negar periodos oscuros y de poco testimonio en la historia, el ministerio episcopal se convierte en la garantía del depósito de la Fe. La función de un obispo es Enseñar, Santificar y Gobernar una diócesis, haciendo las veces de Cristo y poseyendo la plenitud sacramental. Es decir, un obispo puede celebrar todos los sacramentos en su diócesis, incluso ordenar colaboradores como son los presbíteros y diáconos. Todos los signos dentro de la celebración de ordenación refieren la grandeza y responsabilidad de este ministerio.
Será un momento histórico, bajo la protección de San José (19 de marzo), y en la Catedral dedicada a nuestra Madre, la Virgen María de Guadalupe, será el primer obispo ordenado en esta ciudad. Anteriormente, llegaron obispos ya consagrados, ahora será un presbítero, quien será elevado a esta dignidad por nombramiento del Papa Francisco (“Bula papal”) y la imposición de manos de los obispos que asistirán. Los invito a seguir las transmisiones que se harán de estos eventos. A las 10am la profesión de fe desde el templo de San José y a las 12pm la Ordenación Episcopal, desde nuestra Catedral. Es motivo de una inmensa alegría, ser testigos de la ordenación de un Sucesor de los apóstoles. Bienvenido don Mauricio.
