/ sábado 10 de julio de 2021

Entre voces | Solo indulgentes

En mis estudios en la Facultad de Ciencias Sociales me topé con un autor holandés de apellido Hofsted quien ha promovido un modelo primero de cinco y ahora ampliado a seis dimensiones para evaluar las culturas de los países, las seis categorías culturales son: distancia jerárquica (PDI), individualismo (IDV), masculinidad (MAS), control de la incertidumbre (UAI), orientación a largo plazo (LTO) y la indulgencia contra la contención (IVR).

Al hacer varios análisis de manera global, en muchos países del mundo los resultados son realmente sorprendentes, para conocer la manera de ser de las diversas culturas. Sabemos que los individuos dan cuenta de sus actos al ejercerlos con libertad, pero generamos cultura y ciertos patrones por los cuales se nos evalúa en lo colectivo. Aquí les presento los datos respecto a México. En PDI: 81. Es decir, aceptamos que otros nos manden y tendemos a la subordinación. En el IDV: 30, lo que significa que somos más colectivos. En el indicador MAS: 69, predomina lo masculino, el vivir para trabajar, y no valorar el vivir bien como medida de éxito. En UAI: 82, con gran incertidumbre y rígidos en códigos llegando a la intolerancia fácilmente. La quinta dimensión cultural según este modelo es la LTO y México tiene una calificación de 24, en su descripción se dice que amamos las tradiciones y somos lentos para innovar el futuro. Por último, la IVR, es de 97, que manifiesta una actitud positiva ante la dificultad.

Hemos hecho este recuento según esta teoría de Hofsted para descubrir un retrato de nuestra sociedad y cultura mexicana, que ciertamente es pluricultural, pero en la actualidad la globalización tiende a crear hegemonías, dando un solo color a cada sociedad. Quiero profundizar la última de ellas, la indulgencia en la que salimos casi en grado de excelencia.

Cito textualmente la descripción del sitio web de esta organización basada en el modelo citado. México respecto a la Indulgencia es: Con un puntaje muy alto de 97, la cultura mexicana tiene una clara tendencia hacia la indulgencia. Las personas en sociedades clasificadas con un puntaje alto en Indulgencia generalmente muestran una disposición a realizar sus impulsos y deseos con respecto a disfrutar de la vida y divertirse. Poseen una actitud positiva y tienen tendencia al optimismo. Además, otorgan un mayor grado de importancia al tiempo libre, actúan como les place y gastan el dinero como lo desean.

Cualquier extranjero al leer este estudio ¿cree que obtiene una fotografía de nuestra cultura? Ser positivos y optimistas me parece bien, pero creo más bien que una mejor definición sería: “en México estamos fregados pero bien contentos”. No me gusta para nada escribirlo, pero tristemente la realidad parece reafirmarla. Y si pasamos al uso del tiempo libre, el actuar espontáneo y malgastar el dinero, creo que volvemos a reconocer que no estamos lejos de eso.

En conclusión, los estudios antropológicos y sociológicos que buscan hacer modelos con categorías para tratar de generalizar y encajonar a grandes sociedades tienen su sentido para estadísticas y pronósticos. Yo sigo creyendo en la capacidad de cambiar actitudes y espero que al menos ustedes, los que se atreven a leer todavía, puedan marcar la diferencia y esforzarse por ser mexicanos de veras. Chihuahuenses nobles y leales, capaces de perseguir sueños y dejar de ser del montón y no aparecer en modelos culturales como solo indulgentes.

Sacerdote católico y licenciado en Comunicación Social

En mis estudios en la Facultad de Ciencias Sociales me topé con un autor holandés de apellido Hofsted quien ha promovido un modelo primero de cinco y ahora ampliado a seis dimensiones para evaluar las culturas de los países, las seis categorías culturales son: distancia jerárquica (PDI), individualismo (IDV), masculinidad (MAS), control de la incertidumbre (UAI), orientación a largo plazo (LTO) y la indulgencia contra la contención (IVR).

Al hacer varios análisis de manera global, en muchos países del mundo los resultados son realmente sorprendentes, para conocer la manera de ser de las diversas culturas. Sabemos que los individuos dan cuenta de sus actos al ejercerlos con libertad, pero generamos cultura y ciertos patrones por los cuales se nos evalúa en lo colectivo. Aquí les presento los datos respecto a México. En PDI: 81. Es decir, aceptamos que otros nos manden y tendemos a la subordinación. En el IDV: 30, lo que significa que somos más colectivos. En el indicador MAS: 69, predomina lo masculino, el vivir para trabajar, y no valorar el vivir bien como medida de éxito. En UAI: 82, con gran incertidumbre y rígidos en códigos llegando a la intolerancia fácilmente. La quinta dimensión cultural según este modelo es la LTO y México tiene una calificación de 24, en su descripción se dice que amamos las tradiciones y somos lentos para innovar el futuro. Por último, la IVR, es de 97, que manifiesta una actitud positiva ante la dificultad.

Hemos hecho este recuento según esta teoría de Hofsted para descubrir un retrato de nuestra sociedad y cultura mexicana, que ciertamente es pluricultural, pero en la actualidad la globalización tiende a crear hegemonías, dando un solo color a cada sociedad. Quiero profundizar la última de ellas, la indulgencia en la que salimos casi en grado de excelencia.

Cito textualmente la descripción del sitio web de esta organización basada en el modelo citado. México respecto a la Indulgencia es: Con un puntaje muy alto de 97, la cultura mexicana tiene una clara tendencia hacia la indulgencia. Las personas en sociedades clasificadas con un puntaje alto en Indulgencia generalmente muestran una disposición a realizar sus impulsos y deseos con respecto a disfrutar de la vida y divertirse. Poseen una actitud positiva y tienen tendencia al optimismo. Además, otorgan un mayor grado de importancia al tiempo libre, actúan como les place y gastan el dinero como lo desean.

Cualquier extranjero al leer este estudio ¿cree que obtiene una fotografía de nuestra cultura? Ser positivos y optimistas me parece bien, pero creo más bien que una mejor definición sería: “en México estamos fregados pero bien contentos”. No me gusta para nada escribirlo, pero tristemente la realidad parece reafirmarla. Y si pasamos al uso del tiempo libre, el actuar espontáneo y malgastar el dinero, creo que volvemos a reconocer que no estamos lejos de eso.

En conclusión, los estudios antropológicos y sociológicos que buscan hacer modelos con categorías para tratar de generalizar y encajonar a grandes sociedades tienen su sentido para estadísticas y pronósticos. Yo sigo creyendo en la capacidad de cambiar actitudes y espero que al menos ustedes, los que se atreven a leer todavía, puedan marcar la diferencia y esforzarse por ser mexicanos de veras. Chihuahuenses nobles y leales, capaces de perseguir sueños y dejar de ser del montón y no aparecer en modelos culturales como solo indulgentes.

Sacerdote católico y licenciado en Comunicación Social