/ sábado 19 de marzo de 2022

Entre Voces | San José del Parral

Quien olvida la historia es reincidente de miles de errores que so podían haber quizá evitado. Celebramos hoy al patrono de la Ciudad, San José, cuyo templo patriarcal es una joya de arte por todos admirable, y quizá poca admirada por muchos. En este día de fiesta, quiero recordar tres sencillas cosas: el nombre original de la ciudad, algunas notas sobre el Templo y sobre todo las enseñanzas que nos deja este varón justo modelo para todo cristiano y padre de familia.

Navegando por Internet me encontré gratamente con la página del INAH, del gobierno de Chihuahua, llamada fondo colonial donde hace referencia a algunos datos del archivo histórico de Parral. El archivo está integrado por un total de 526 cajas y 8,934 expedientes de 1611 a 1841. Es como entrar en la máquina del tiempo, localizado ahí en la calle Riva Palacio, entre San Juan de Dios y el Palacio de Alvarado.

El nombre colonial de nuestra ciudad es: Real de Minas de San José del Parral. Fundada el 14 de julio de 1631 por el alférez español, Juan Rangel de Biezma, cuyos restos mortales descansan en el altar mayor del Templo de San José. “San Joseph del Parral”, lo descubrimos en el escudo que nos representa y que agrega la frase: “Sobre todo la fe”. Estos nombres y frases, describen muy bien a nuestra población creyente y confiada al patrocinio de un gran Santo, patrono de la Iglesia universal, modelo de santidad y fiel intercesor, que nos lleva siempre a su hijo Jesús, como lo contemplamos siempre que miramos hacia el cerro de la mina la Negrita, donde la población vio su nacimiento.

En tan breve espacio quiero solo mencionar algunos datos de nuestro hermoso templo colonial. “En 1633 se empezaron las obras para el templo parroquial, una iglesia de adobe de 50 varas de largo por 10 de ancho (41.90 x 8.38 mts.) que finalmente fue acabada hasta 1639.

La prosperidad de Parral en el siglo XVII fue tal que los Gobernadores de la Nueva Vizcaya abandonaron su capital oficial, Durango, para radicarse en el nuevo poblado desde 1632 hasta 1738. Los vecinos principales determinaron en 1672 que construirían una nueva parroquia digna de su población. Localizándola donde estaba la anterior. Las obras empezaron hasta 1678, que es la fecha inscrita en el arco frente al altar mayor. La dedicación fue en diciembre del 1686”. (diocesisdeparral.org.mx/san-jose/)

Y llegamos a lo mejor. Contemplar la figura de San José. Porque la grandeza de una persona trasciende en el tiempo, de manera especial en la fe y en el arte. Después de la Virgen María, es San José el santo más querido y apreciado por los cristianos. En la biblia, no tenemos ninguna palabra emitida por sus labios, pero lo que nos refiere nos da pie a descubrir su grandeza. Hombre justo y de fe. Con estas dos características podemos deducir que la calidad humana de José, humilde carpintero y responsable de su familia en sus migraciones y preocupado del bien de su familia. Respeta a María, al no querer ponerla en evidencia ante las leyes judías por su inesperado embarazo. Un hombre justo, resume todo el antiguo testamento. Es como un árbol plantado junto al río que da fruto a su tiempo. Y su fe, lo llevó a confiar en todo momento en Dios. ¡Qué gran ejemplo e intercesor tenemos! Todos los varones tenemos mucho que aprender de él y de manera especial los padres de familia. Qué hermoso sería poder decir, yo soy de San José del Parral.


Leonel Larios Medina | Sacerdote católico y licenciado en comunicación social

Quien olvida la historia es reincidente de miles de errores que so podían haber quizá evitado. Celebramos hoy al patrono de la Ciudad, San José, cuyo templo patriarcal es una joya de arte por todos admirable, y quizá poca admirada por muchos. En este día de fiesta, quiero recordar tres sencillas cosas: el nombre original de la ciudad, algunas notas sobre el Templo y sobre todo las enseñanzas que nos deja este varón justo modelo para todo cristiano y padre de familia.

Navegando por Internet me encontré gratamente con la página del INAH, del gobierno de Chihuahua, llamada fondo colonial donde hace referencia a algunos datos del archivo histórico de Parral. El archivo está integrado por un total de 526 cajas y 8,934 expedientes de 1611 a 1841. Es como entrar en la máquina del tiempo, localizado ahí en la calle Riva Palacio, entre San Juan de Dios y el Palacio de Alvarado.

El nombre colonial de nuestra ciudad es: Real de Minas de San José del Parral. Fundada el 14 de julio de 1631 por el alférez español, Juan Rangel de Biezma, cuyos restos mortales descansan en el altar mayor del Templo de San José. “San Joseph del Parral”, lo descubrimos en el escudo que nos representa y que agrega la frase: “Sobre todo la fe”. Estos nombres y frases, describen muy bien a nuestra población creyente y confiada al patrocinio de un gran Santo, patrono de la Iglesia universal, modelo de santidad y fiel intercesor, que nos lleva siempre a su hijo Jesús, como lo contemplamos siempre que miramos hacia el cerro de la mina la Negrita, donde la población vio su nacimiento.

En tan breve espacio quiero solo mencionar algunos datos de nuestro hermoso templo colonial. “En 1633 se empezaron las obras para el templo parroquial, una iglesia de adobe de 50 varas de largo por 10 de ancho (41.90 x 8.38 mts.) que finalmente fue acabada hasta 1639.

La prosperidad de Parral en el siglo XVII fue tal que los Gobernadores de la Nueva Vizcaya abandonaron su capital oficial, Durango, para radicarse en el nuevo poblado desde 1632 hasta 1738. Los vecinos principales determinaron en 1672 que construirían una nueva parroquia digna de su población. Localizándola donde estaba la anterior. Las obras empezaron hasta 1678, que es la fecha inscrita en el arco frente al altar mayor. La dedicación fue en diciembre del 1686”. (diocesisdeparral.org.mx/san-jose/)

Y llegamos a lo mejor. Contemplar la figura de San José. Porque la grandeza de una persona trasciende en el tiempo, de manera especial en la fe y en el arte. Después de la Virgen María, es San José el santo más querido y apreciado por los cristianos. En la biblia, no tenemos ninguna palabra emitida por sus labios, pero lo que nos refiere nos da pie a descubrir su grandeza. Hombre justo y de fe. Con estas dos características podemos deducir que la calidad humana de José, humilde carpintero y responsable de su familia en sus migraciones y preocupado del bien de su familia. Respeta a María, al no querer ponerla en evidencia ante las leyes judías por su inesperado embarazo. Un hombre justo, resume todo el antiguo testamento. Es como un árbol plantado junto al río que da fruto a su tiempo. Y su fe, lo llevó a confiar en todo momento en Dios. ¡Qué gran ejemplo e intercesor tenemos! Todos los varones tenemos mucho que aprender de él y de manera especial los padres de familia. Qué hermoso sería poder decir, yo soy de San José del Parral.


Leonel Larios Medina | Sacerdote católico y licenciado en comunicación social