/ sábado 13 de noviembre de 2021

Entre voces | Medios para un Buen Fin

En el siglo XVI, un escritor italiano llamado Nicolás Maquiavelo, en su obra “El príncipe” cap. XVIII hay un texto donde se deduce la famosa frase que se le atribuye “el fin justifica los medios”, aunque no aparece textualmente, la conclusión de su escrito deduce lo mismo. Consecuencias de esta manera de pensar son las “mentiras piadosas”, el “sí robé, pero poquito”, y otras más que tratan de justificar la mala acción, con buenas intenciones.

La ética, en sus principios generales, dice que la voluntad tiende al bien, a la bondad. Hablar de tendencia, es pensar en el fin e intencionalidad de la acción. Por tanto, el ser humano actúa, en su sano juicio, buscando lo que para él es un bien deseable en sí. A esto podemos llamar la bondad esencial que hay en todos. El problema radica en los medios utilizados para alcanzar los fines. Así que vayamos a los medios.

En Filosofía se dice que la causa final es la primera en intención, y la última en realización. La causa eficiente será aquella que iniciará el camino hacia el fin. Así descubrimos que, para llegar de la “A a la Z”, se necesitan varias letras en un orden lógico establecido. Las letras que están en medio son necesarias. El problema está en el vicio de pensar que hacer cosas malas se justifican por la buena intención. ¿Cómo se resuelve la cuestión? Sin entrar en debates o más detalles, el problema radica en que en el proceso de la acción buena (agente, medio, fin), nunca se puede tolerar el mal. Podemos decir que cada medio, se convierte en un “fin intermedio”. Al elegir el medio éticamente malo, ya vicié el acto. Si elijo mentir, ya no está la verdad, y será una falsa piedad. Si robo, aunque sea poquito, será gradual la culpa por las circunstancias, pero no cambian el acto malo en bueno.

Un medio, malo, hace mala la acción. Por tanto, la pregunta para alcanzar un fin bueno, será ¿qué medio honesto y bueno puedo utilizar para conseguirlo? El maquillaje, termina ocultando la realidad de un grano, pero no lo sana. Si quiero quitarme un grano, el proceso será de higiene, curativo, alimenticio. Lo que pasa es que las prisas y apariencias, nos llevan a buscar soluciones rápidas.

Apliquemos esto también al tema de estos días: “El Buen Fin”. ¿Para quién es bueno? ¿Los medios de comunicación, las ofertas son verdaderas? Es una estrategia económica, de reactivación del mercado. El fin es bueno. ¿El único medio es endeudarse? La oferta de meses sin intereses, ¿es una ayuda a cubrir una necesidad real? ¿No será mejor poner una semana de formación en el ahorro? Creo que los mejores medios, son los pocos promovidos. Queremos seguir con la costumbre del cartoncito para ir a la tienda, o usar la tarjeta de lo que no tenemos, que solo así tendremos algo, aunque sangremos para pagarlo.

Se me ocurre pensar en una semana de los “Medios buenos”. Ya para empezar el título es poco atractivo y nada comercial. Así que creo, no tendrá éxito así. Te invito a que, si quieres comprar algo, que sea fruto de una reflexión. Comparar precios, esperar el mejor momento y pregúntate si realmente lo necesitas. El mundo se llena de lo superfluo y cada vez más pobres solo ven esta publicidad que parece insulto para el desempleado o el que tiene hambre. Espero que este escrito sea un buen medio para un buen fin.

Pbro. Lic. Leonel Larios Medina | Sacerdote católico y licenciado en comunicación social.

En el siglo XVI, un escritor italiano llamado Nicolás Maquiavelo, en su obra “El príncipe” cap. XVIII hay un texto donde se deduce la famosa frase que se le atribuye “el fin justifica los medios”, aunque no aparece textualmente, la conclusión de su escrito deduce lo mismo. Consecuencias de esta manera de pensar son las “mentiras piadosas”, el “sí robé, pero poquito”, y otras más que tratan de justificar la mala acción, con buenas intenciones.

La ética, en sus principios generales, dice que la voluntad tiende al bien, a la bondad. Hablar de tendencia, es pensar en el fin e intencionalidad de la acción. Por tanto, el ser humano actúa, en su sano juicio, buscando lo que para él es un bien deseable en sí. A esto podemos llamar la bondad esencial que hay en todos. El problema radica en los medios utilizados para alcanzar los fines. Así que vayamos a los medios.

En Filosofía se dice que la causa final es la primera en intención, y la última en realización. La causa eficiente será aquella que iniciará el camino hacia el fin. Así descubrimos que, para llegar de la “A a la Z”, se necesitan varias letras en un orden lógico establecido. Las letras que están en medio son necesarias. El problema está en el vicio de pensar que hacer cosas malas se justifican por la buena intención. ¿Cómo se resuelve la cuestión? Sin entrar en debates o más detalles, el problema radica en que en el proceso de la acción buena (agente, medio, fin), nunca se puede tolerar el mal. Podemos decir que cada medio, se convierte en un “fin intermedio”. Al elegir el medio éticamente malo, ya vicié el acto. Si elijo mentir, ya no está la verdad, y será una falsa piedad. Si robo, aunque sea poquito, será gradual la culpa por las circunstancias, pero no cambian el acto malo en bueno.

Un medio, malo, hace mala la acción. Por tanto, la pregunta para alcanzar un fin bueno, será ¿qué medio honesto y bueno puedo utilizar para conseguirlo? El maquillaje, termina ocultando la realidad de un grano, pero no lo sana. Si quiero quitarme un grano, el proceso será de higiene, curativo, alimenticio. Lo que pasa es que las prisas y apariencias, nos llevan a buscar soluciones rápidas.

Apliquemos esto también al tema de estos días: “El Buen Fin”. ¿Para quién es bueno? ¿Los medios de comunicación, las ofertas son verdaderas? Es una estrategia económica, de reactivación del mercado. El fin es bueno. ¿El único medio es endeudarse? La oferta de meses sin intereses, ¿es una ayuda a cubrir una necesidad real? ¿No será mejor poner una semana de formación en el ahorro? Creo que los mejores medios, son los pocos promovidos. Queremos seguir con la costumbre del cartoncito para ir a la tienda, o usar la tarjeta de lo que no tenemos, que solo así tendremos algo, aunque sangremos para pagarlo.

Se me ocurre pensar en una semana de los “Medios buenos”. Ya para empezar el título es poco atractivo y nada comercial. Así que creo, no tendrá éxito así. Te invito a que, si quieres comprar algo, que sea fruto de una reflexión. Comparar precios, esperar el mejor momento y pregúntate si realmente lo necesitas. El mundo se llena de lo superfluo y cada vez más pobres solo ven esta publicidad que parece insulto para el desempleado o el que tiene hambre. Espero que este escrito sea un buen medio para un buen fin.

Pbro. Lic. Leonel Larios Medina | Sacerdote católico y licenciado en comunicación social.