/ sábado 22 de mayo de 2021

Entre Voces | Esposos ateos

Chihuahua tiene como patrona a Santa Rita de Casia. Aunque en la piedad popular tristemente se desconoce lo heroicos que han sido hombres y mujeres declarados santos, regularmente los buscan para conseguir milagros y poco invierten en conocer sus vidas. Santa Rita fue una mujer excepcional, que más de una feminista podría inspirarse en ella. Fue una mujer que nunca se dio por vencida ante las adversidades de su tiempo.

No me detendré en su vida piadosa desde niña, pero quiero subrayar los frutos que dio esa formación cristiana por parte de su familia. Según la costumbre del tiempo en Italia del siglo XIV, sus papás la casaron con Paolo Mancini, que contrariamente a una vida religiosa era un ateo, pero su vida cambiaría al toparse con una gran mujer, con una grande fe.

Con relativa frecuencia me topo que la mayoría de fieles comprometidas en la Iglesia católica son mujeres. ¡Benditas mujeres! Ya desde la vida de Jesús aparecen como seguidoras, fieles discípulas. Pues muchas de ellas tienen como espina clavada en su corazón la poca fe de sus maridos. Muchos varones han sido formados con la idea que la religión es para mujeres y niños, como si fuera un pasatiempo más, mientras ellos se dedican a las cosas del mundo (a veces muy mundanas) y que ellas recen por todo lo rezable, incluyéndolos a ellos.

Esta indiferencia religiosa del varón daña mucho a la familia, pues se ha confirmado que cuando el papá es religioso e inculca esos valores a su familia, más del 80 por ciento de los integrantes de la familia siguen y practican la fe. El otro 20% significa que siempre hay ovejas negras o descarriadas que en nombre de la libertad quieren estar lejos de todo lo que se refiera a Dios. Pues estos datos ya de alguna manera se reflejaban en la sociedad de aquellos siglos. Santa Rita, no se cansó de pedir la conversión de su marido.

Para consuelo de esa alma sencilla y tenaz, por su testimonio de vida al amar a Dios con todo su corazón y a los más pobres, logró que Paolo se acercara más a Dios y poco antes de que lo asesinaran dio esos signos de fe. Lo mismo sus hijos que murieron siendo adolescentes por una enfermedad, daban cuenta de la cosecha de fe de esta mujer creyente. Fue así que viuda y sin hijos, pudo ingresar al convento de las agustinas, siendo de gran influencia en su entorno por su fe y sabiduría.

Aunque muchas mujeres piensen que no es tan importante la fe de sus novios y futuros esposos, les recomiendo que entre las virtudes que piden de un buen partido y compañero para sus vidas sea la fe en Dios. Y a los varones por su parte los invito a dejar de lado esa tonta idea reductiva que la religión no es para ellos. Dios es para todos. Orar, confesarse, comulgar, y si no eres católico, profesar y practicar tu fe siempre será importante para la familia que quieras formar. Los ateos confunden al mundo con sus ideas, los creyentes llenan de color y amor por donde pasan.

Chihuahua necesita muchas “Ritas” y muchos “Paolos” para hacer de nuestro estado un gran lugar para vivir y como se lee en el escudo de la capital del mundo, “sobre todo la fe”, será lo que nos lleve a un mundo más justo y humano. Que haya más esposos amorosos, fieles y creyentes, y se conviertan aquellos que presumen de ser esposos ateos.

Chihuahua tiene como patrona a Santa Rita de Casia. Aunque en la piedad popular tristemente se desconoce lo heroicos que han sido hombres y mujeres declarados santos, regularmente los buscan para conseguir milagros y poco invierten en conocer sus vidas. Santa Rita fue una mujer excepcional, que más de una feminista podría inspirarse en ella. Fue una mujer que nunca se dio por vencida ante las adversidades de su tiempo.

No me detendré en su vida piadosa desde niña, pero quiero subrayar los frutos que dio esa formación cristiana por parte de su familia. Según la costumbre del tiempo en Italia del siglo XIV, sus papás la casaron con Paolo Mancini, que contrariamente a una vida religiosa era un ateo, pero su vida cambiaría al toparse con una gran mujer, con una grande fe.

Con relativa frecuencia me topo que la mayoría de fieles comprometidas en la Iglesia católica son mujeres. ¡Benditas mujeres! Ya desde la vida de Jesús aparecen como seguidoras, fieles discípulas. Pues muchas de ellas tienen como espina clavada en su corazón la poca fe de sus maridos. Muchos varones han sido formados con la idea que la religión es para mujeres y niños, como si fuera un pasatiempo más, mientras ellos se dedican a las cosas del mundo (a veces muy mundanas) y que ellas recen por todo lo rezable, incluyéndolos a ellos.

Esta indiferencia religiosa del varón daña mucho a la familia, pues se ha confirmado que cuando el papá es religioso e inculca esos valores a su familia, más del 80 por ciento de los integrantes de la familia siguen y practican la fe. El otro 20% significa que siempre hay ovejas negras o descarriadas que en nombre de la libertad quieren estar lejos de todo lo que se refiera a Dios. Pues estos datos ya de alguna manera se reflejaban en la sociedad de aquellos siglos. Santa Rita, no se cansó de pedir la conversión de su marido.

Para consuelo de esa alma sencilla y tenaz, por su testimonio de vida al amar a Dios con todo su corazón y a los más pobres, logró que Paolo se acercara más a Dios y poco antes de que lo asesinaran dio esos signos de fe. Lo mismo sus hijos que murieron siendo adolescentes por una enfermedad, daban cuenta de la cosecha de fe de esta mujer creyente. Fue así que viuda y sin hijos, pudo ingresar al convento de las agustinas, siendo de gran influencia en su entorno por su fe y sabiduría.

Aunque muchas mujeres piensen que no es tan importante la fe de sus novios y futuros esposos, les recomiendo que entre las virtudes que piden de un buen partido y compañero para sus vidas sea la fe en Dios. Y a los varones por su parte los invito a dejar de lado esa tonta idea reductiva que la religión no es para ellos. Dios es para todos. Orar, confesarse, comulgar, y si no eres católico, profesar y practicar tu fe siempre será importante para la familia que quieras formar. Los ateos confunden al mundo con sus ideas, los creyentes llenan de color y amor por donde pasan.

Chihuahua necesita muchas “Ritas” y muchos “Paolos” para hacer de nuestro estado un gran lugar para vivir y como se lee en el escudo de la capital del mundo, “sobre todo la fe”, será lo que nos lleve a un mundo más justo y humano. Que haya más esposos amorosos, fieles y creyentes, y se conviertan aquellos que presumen de ser esposos ateos.