/ miércoles 8 de junio de 2022

En sobremesa con Maxi | Ruinas reconstruidas de colores

Vivir dentro de los escombros de una sociedad hace que adolescentes y jóvenes mueran lentamente asfixiados con el peso de todos aquellos pensamientos que se construyen de odio, discriminación y total falta de empatía.

Salimos con asombro a las calles a darnos cuenta de lo que en realidad está sucediendo dentro de los hogares; jóvenes heridos en el alma con palabras penetrantes que buscan destruir la integridad por los que piensan diferente. Sentimientos encontrados en los callejones de la ciudad de hombres y mujeres intentando ser felices por al menos unos instantes en la oscuridad de la noche.

Dolor silencioso que acalla dentro del corazón al no poder salir libremente por temor a ser avergonzado, almas gritando ser liberadas de su esclavitud impuesta por la misma protección para no ser herida de muerte.

Recordar tan sólo a quienes ya no se encuentran de la faz de la tierra que murieron soñando que podrían andar por la calle tomados de la mano sin que ninguna otra cosa existiera, simplemente dos seres humanos mostrando su afecto hacia el otro con sinceridad.

Estructuras mentales siendo constantemente destruidas porque se decidió pintar de colores y dejar a un lado las paredes grises que al nacer pintaron los pensamientos externos sin dar opción a cambiar de diseño.

Leí recientemente por internet la historia de un hombre de 90 años en los Estados Unidos “Yo soy libre”, escribió Kenneth Felts en una de sus últimas publicaciones en Facebook, refiriéndose a su homosexualidad, describe que era algo que no había querido contar por diversas razones. ¿Qué significa cuando te dicen que estás fuera del armario y liberado? Le preguntaron y su respuesta fue: ¿Libre de qué? ¿Libre de quién? escribió el Felts en su publicación.

El artículo menciona que todo comenzó después de contarle a su hija Rebeca Mayes sobre Phillip, el hombre del cual se había enamorado en la década de 1950, describe que era algo que no tenía planeado y que simplemente surgió. “Después de un largo día escribiendo, mi mente estaba preocupada y de alguna manera dije algo acerca de cómo deseaba nunca haber dejado a Phillip”, mencionó Felts.

Podría continuar con una larga lista de historias de personas que han tenido que hacer a un lado su corazón con tal de poder sobrevivir a la sociedad y sus ataques continuos. Nos creemos ser las mejores personas con las éticas o profesiones. Un estudio reciente ha encontrado que el 98% de las personas piensan que son mejores que el 50% de la gente.

Sé que por años han existido diversos debates acerca del tema y la intención de este artículo no es provocar controversia, es muy fácil poder opinar acerca de la vida de las demás personas pero que difícil se vuelve el darnos cuenta que esa persona también está atravesando por cosas que son diferentes a las que nosotros estamos viviendo, pero tal parece es más interesante su vida que la de nosotros mismos.

Mi canción favorita las últimas semanas menciona lo siguiente y con esto cierro: “De que me sirve preocuparme vaya afán de arruinarme el día, nada gano en lamentarme si aquí estamos vivos todavía y si de pronto se complica pues fuga para majahuita, estresarme perjudica y recuerdo que somos instantes un ratito nada más, seres fugaces que llegan y se van. Solo quiero relajarme ya me harte de la melancolía me concentro en lo importante programarme en busca de alegría.” Somos Instantes de Caloncho.

Lic. Maxi Joel Nevárez | Admón. Gubernamental

Vivir dentro de los escombros de una sociedad hace que adolescentes y jóvenes mueran lentamente asfixiados con el peso de todos aquellos pensamientos que se construyen de odio, discriminación y total falta de empatía.

Salimos con asombro a las calles a darnos cuenta de lo que en realidad está sucediendo dentro de los hogares; jóvenes heridos en el alma con palabras penetrantes que buscan destruir la integridad por los que piensan diferente. Sentimientos encontrados en los callejones de la ciudad de hombres y mujeres intentando ser felices por al menos unos instantes en la oscuridad de la noche.

Dolor silencioso que acalla dentro del corazón al no poder salir libremente por temor a ser avergonzado, almas gritando ser liberadas de su esclavitud impuesta por la misma protección para no ser herida de muerte.

Recordar tan sólo a quienes ya no se encuentran de la faz de la tierra que murieron soñando que podrían andar por la calle tomados de la mano sin que ninguna otra cosa existiera, simplemente dos seres humanos mostrando su afecto hacia el otro con sinceridad.

Estructuras mentales siendo constantemente destruidas porque se decidió pintar de colores y dejar a un lado las paredes grises que al nacer pintaron los pensamientos externos sin dar opción a cambiar de diseño.

Leí recientemente por internet la historia de un hombre de 90 años en los Estados Unidos “Yo soy libre”, escribió Kenneth Felts en una de sus últimas publicaciones en Facebook, refiriéndose a su homosexualidad, describe que era algo que no había querido contar por diversas razones. ¿Qué significa cuando te dicen que estás fuera del armario y liberado? Le preguntaron y su respuesta fue: ¿Libre de qué? ¿Libre de quién? escribió el Felts en su publicación.

El artículo menciona que todo comenzó después de contarle a su hija Rebeca Mayes sobre Phillip, el hombre del cual se había enamorado en la década de 1950, describe que era algo que no tenía planeado y que simplemente surgió. “Después de un largo día escribiendo, mi mente estaba preocupada y de alguna manera dije algo acerca de cómo deseaba nunca haber dejado a Phillip”, mencionó Felts.

Podría continuar con una larga lista de historias de personas que han tenido que hacer a un lado su corazón con tal de poder sobrevivir a la sociedad y sus ataques continuos. Nos creemos ser las mejores personas con las éticas o profesiones. Un estudio reciente ha encontrado que el 98% de las personas piensan que son mejores que el 50% de la gente.

Sé que por años han existido diversos debates acerca del tema y la intención de este artículo no es provocar controversia, es muy fácil poder opinar acerca de la vida de las demás personas pero que difícil se vuelve el darnos cuenta que esa persona también está atravesando por cosas que son diferentes a las que nosotros estamos viviendo, pero tal parece es más interesante su vida que la de nosotros mismos.

Mi canción favorita las últimas semanas menciona lo siguiente y con esto cierro: “De que me sirve preocuparme vaya afán de arruinarme el día, nada gano en lamentarme si aquí estamos vivos todavía y si de pronto se complica pues fuga para majahuita, estresarme perjudica y recuerdo que somos instantes un ratito nada más, seres fugaces que llegan y se van. Solo quiero relajarme ya me harte de la melancolía me concentro en lo importante programarme en busca de alegría.” Somos Instantes de Caloncho.

Lic. Maxi Joel Nevárez | Admón. Gubernamental