/ miércoles 8 de diciembre de 2021

En Sobremesa con Maxi | ¡No Pierdas la Esperanza!

Se acercan las vísperas de las fiestas navideñas, observamos poco a poco como los hogares se llenan de luz al colocar su decoración con alegría.

La esperanza recorre las calles por doquier a pesar de que a menudo escuchamos noticias adversas referente a la económica o pandemia, aún así, tenemos la idea de que será una época donde reviviremos el verdadero valor de nuestra fraternidad.

Desconocemos cuál será el rumbo que tomará toda la existencia humana el siguiente año, ya que a finales del 2020 nuestra mente estaba puesta en que encontrasen una vacuna contra COVID-19, la cual pudiera darnos la oportunidad de recuperar un poco la normalidad que teníamos antes de que nos fuéramos a casa sin saber cuándo sería el momento de volver a salir.

Ahora estamos viviendo momentos muy diferentes, pero de igual importancia, volvemos a escuchar que debemos redoblar esfuerzos de lo contrario regresamos a los confinamientos de los que tanto nos a costado salir, aún más a quienes perdieron sus empleos, pero también en especial a aquellos que perdieron a algún ser querido en ese proceso.

Existe un proverbio que dice lo siguiente: “Fíjate en el sendero de tus pies, y todos tus caminos serán establecidos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal”. Este proverbio nos enseña que no debemos perder el objetivo de vista y ser muy cuidadosos por donde vamos caminando, permaneciendo atentos a lo que pudiéramos enfrentar al caminar por él, con esto lograremos llegar a buen puerto porque estaremos confiados en que vamos prestando atención sin desviarnos de lo que estamos viviendo.

Pasamos mucho tiempo distraídos en las malas noticias sin darnos cuenta que están llegando aquellas que son buenas aún a pesar de ver todo pies arriba, perdemos de vista las cosas más importantes que tenemos en casa como lo es la sonrisa de un pequeño al ilusionarse porque pronto llegarán los regalos debajo del árbol, vemos a los adultos mayores agradecer al cielo por despertar un día más. Olvidamos que existen aquellos que siendo inocentes se encuentran dentro de una celda anhelando cumplir su sentencia para poder salir, no percibimos las luchas que adolescentes y jóvenes están viviendo en silencio con ansiedad o depresión.

Recuerdo a un pequeñito de 5 años a las afueras del hospital deseando abrazar a su padre que poco tiempo antes había sufrido un accidente, observar en su rostro el anhelo por querer ver de nuevo a su papá no tenía explicación, no existía la manera en que pudiera acceder a hacerlo porque no permiten entrar a niños al área de terapia intensiva, la esperanza surgió cuando un desconocido llegó hasta ese lugar, pidió permiso a la madre y tomó al pequeño en sus brazos para que pudiera observar desde una pequeña ventana en la parte alta de ese lugar, el pequeño con alegría ve a su padre postrado conectado a máquinas y ante tal escena podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo podría haber esperanza en un pequeño al ver a su padre dentro de un hospital?.

No tendría la forma de explicarlo, pero el niño de la historia sabía que su padre saldría de nuevo de ese lugar, no pierdas la esperanza de que mejores tiempos vendrán, pudieras estar postrado en una cama, recluso en algún centro de rehabilitación, separado de tu familia por mentalidades distintas o inclusive estar desde otra parte del mundo, no pierdas la esperanza, los milagros ocurren todos los días.

Maxi Joel Nevárez Ramírez | Administrador Gubernamental

Se acercan las vísperas de las fiestas navideñas, observamos poco a poco como los hogares se llenan de luz al colocar su decoración con alegría.

La esperanza recorre las calles por doquier a pesar de que a menudo escuchamos noticias adversas referente a la económica o pandemia, aún así, tenemos la idea de que será una época donde reviviremos el verdadero valor de nuestra fraternidad.

Desconocemos cuál será el rumbo que tomará toda la existencia humana el siguiente año, ya que a finales del 2020 nuestra mente estaba puesta en que encontrasen una vacuna contra COVID-19, la cual pudiera darnos la oportunidad de recuperar un poco la normalidad que teníamos antes de que nos fuéramos a casa sin saber cuándo sería el momento de volver a salir.

Ahora estamos viviendo momentos muy diferentes, pero de igual importancia, volvemos a escuchar que debemos redoblar esfuerzos de lo contrario regresamos a los confinamientos de los que tanto nos a costado salir, aún más a quienes perdieron sus empleos, pero también en especial a aquellos que perdieron a algún ser querido en ese proceso.

Existe un proverbio que dice lo siguiente: “Fíjate en el sendero de tus pies, y todos tus caminos serán establecidos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal”. Este proverbio nos enseña que no debemos perder el objetivo de vista y ser muy cuidadosos por donde vamos caminando, permaneciendo atentos a lo que pudiéramos enfrentar al caminar por él, con esto lograremos llegar a buen puerto porque estaremos confiados en que vamos prestando atención sin desviarnos de lo que estamos viviendo.

Pasamos mucho tiempo distraídos en las malas noticias sin darnos cuenta que están llegando aquellas que son buenas aún a pesar de ver todo pies arriba, perdemos de vista las cosas más importantes que tenemos en casa como lo es la sonrisa de un pequeño al ilusionarse porque pronto llegarán los regalos debajo del árbol, vemos a los adultos mayores agradecer al cielo por despertar un día más. Olvidamos que existen aquellos que siendo inocentes se encuentran dentro de una celda anhelando cumplir su sentencia para poder salir, no percibimos las luchas que adolescentes y jóvenes están viviendo en silencio con ansiedad o depresión.

Recuerdo a un pequeñito de 5 años a las afueras del hospital deseando abrazar a su padre que poco tiempo antes había sufrido un accidente, observar en su rostro el anhelo por querer ver de nuevo a su papá no tenía explicación, no existía la manera en que pudiera acceder a hacerlo porque no permiten entrar a niños al área de terapia intensiva, la esperanza surgió cuando un desconocido llegó hasta ese lugar, pidió permiso a la madre y tomó al pequeño en sus brazos para que pudiera observar desde una pequeña ventana en la parte alta de ese lugar, el pequeño con alegría ve a su padre postrado conectado a máquinas y ante tal escena podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo podría haber esperanza en un pequeño al ver a su padre dentro de un hospital?.

No tendría la forma de explicarlo, pero el niño de la historia sabía que su padre saldría de nuevo de ese lugar, no pierdas la esperanza de que mejores tiempos vendrán, pudieras estar postrado en una cama, recluso en algún centro de rehabilitación, separado de tu familia por mentalidades distintas o inclusive estar desde otra parte del mundo, no pierdas la esperanza, los milagros ocurren todos los días.

Maxi Joel Nevárez Ramírez | Administrador Gubernamental