/ miércoles 1 de junio de 2022

En sobremesa con Maxi | Miradas de Cambio...

Pensar en que las cosas pudieran ser distintas nos hace creer que llegaríamos a un lugar completamente contrario al que estamos, tener la conciencia plena de que todo debería estar colocado en un orden distinto genera una expectativa ajena a lo que realmente nos está sucediendo.

Al caminar por la avenida frecuentemente nos encontramos frente a nosotros a personas en sentido opuesto a la ruta que llevamos, si pudiéramos detener en cámara lenta ese momento podríamos observar sus gesticulaciones, sus ojos con la vista puesta el camino que llevan, otros con los audífonos escuchando la música que al parecer es su preferida, todos los pensamientos que están rondando dentro de la mente al caminar nos encierran en pequeñas capsulas del tiempo donde nadie puede entrar excepto nosotros mismos.

El ver a los ojos a una persona te permite conocer lo profundo de su ser, dolor, llanto, tristeza, alegría, melancolía, angustia o un sinfín de cosas que con solo verle fijamente te lo comunican. Tal vez pareciera una locura, pero no lo es, bien dicen que los ojos son las ventanas del alma, seguramente quien escribió esas palabras lo hizo consciente de lo poderoso que es el introducirnos con una mirada en otro ser humano.

Muchos de los pensamientos en los que estamos sumergidos se centran en la interrogante ¿Qué hubiera pasado si?... habría escogido otra carrera profesional, si hubiera aceptado esa oferta laboral o me hubiera comprometido con esa persona, por solo citar algunos ejemplos. Pasamos gran parte de nuestra vida diaria pensando en el futuro como si supiéramos realmente lo que sucedería y todo esto por miedo a vivir en el presente.

Recuerdo una ocasión cuando viajaba por carretera con un gran amigo, la distancia del viaje era tan extensa que la plática se tornaba en horas, esa vez conectábamos con una perspectiva de vida cada vez mas profunda. Una de tantas platicas que tuvimos me mencionaba acerca de nuestras vidas profesionales, en dónde nos encontrábamos y si realmente estaba siendo el lugar que tanto habíamos soñado cuando éramos apenas unos universitarios de nuevo ingreso, para ese momento teníamos puesta la canción “Rise” de Lost Frequencies con la siguiente letra:

“Ha sido un año duro, sintiéndome despierto, ahora todo el dolor, toda la suciedad, toda la vergüenza ahora nada más que puertas cerradas, no me voy a derrumbar. Ver que la duda es una droga fuerte, se mete en el torrente sanguíneo pierdes la esperanza, pierdes el alma, pierdes todo y luché toda mi vida para saber que no me romperá, ¡de ninguna manera!, no hay manera de que me detenga ahora voy a hacer mi camino a través de las nubes, yo me levantaré voy a romperme los dientes y soportar el dolor, voy a escalar esta montaña una vez más yo me levantaré”.

Mientras esa platicaba estaba sucediendo sentía como si la música quisiera decirme algo, como si todo estuviera conspirando a mi favor para que encontrara en lo más profundo de mi alma el motivo por el cual me encontraba en ese lugar, al final la plática cambió de rumbo pero mis pensamientos se habían quedados anclados en dejar de concentrarme tanto en lo que no fue y darle paso a lo que es y será, seguramente lo que me espera serán retos inimaginables pero también serán conquistas como nunca antes, no pierdo la esperanza que lo que vendrá siempre será mejor a lo que se fue y que la mirada este en el presente no en el pasado.


Maxi Joel Nevárez Ramírez | Administración Gubernamental

Pensar en que las cosas pudieran ser distintas nos hace creer que llegaríamos a un lugar completamente contrario al que estamos, tener la conciencia plena de que todo debería estar colocado en un orden distinto genera una expectativa ajena a lo que realmente nos está sucediendo.

Al caminar por la avenida frecuentemente nos encontramos frente a nosotros a personas en sentido opuesto a la ruta que llevamos, si pudiéramos detener en cámara lenta ese momento podríamos observar sus gesticulaciones, sus ojos con la vista puesta el camino que llevan, otros con los audífonos escuchando la música que al parecer es su preferida, todos los pensamientos que están rondando dentro de la mente al caminar nos encierran en pequeñas capsulas del tiempo donde nadie puede entrar excepto nosotros mismos.

El ver a los ojos a una persona te permite conocer lo profundo de su ser, dolor, llanto, tristeza, alegría, melancolía, angustia o un sinfín de cosas que con solo verle fijamente te lo comunican. Tal vez pareciera una locura, pero no lo es, bien dicen que los ojos son las ventanas del alma, seguramente quien escribió esas palabras lo hizo consciente de lo poderoso que es el introducirnos con una mirada en otro ser humano.

Muchos de los pensamientos en los que estamos sumergidos se centran en la interrogante ¿Qué hubiera pasado si?... habría escogido otra carrera profesional, si hubiera aceptado esa oferta laboral o me hubiera comprometido con esa persona, por solo citar algunos ejemplos. Pasamos gran parte de nuestra vida diaria pensando en el futuro como si supiéramos realmente lo que sucedería y todo esto por miedo a vivir en el presente.

Recuerdo una ocasión cuando viajaba por carretera con un gran amigo, la distancia del viaje era tan extensa que la plática se tornaba en horas, esa vez conectábamos con una perspectiva de vida cada vez mas profunda. Una de tantas platicas que tuvimos me mencionaba acerca de nuestras vidas profesionales, en dónde nos encontrábamos y si realmente estaba siendo el lugar que tanto habíamos soñado cuando éramos apenas unos universitarios de nuevo ingreso, para ese momento teníamos puesta la canción “Rise” de Lost Frequencies con la siguiente letra:

“Ha sido un año duro, sintiéndome despierto, ahora todo el dolor, toda la suciedad, toda la vergüenza ahora nada más que puertas cerradas, no me voy a derrumbar. Ver que la duda es una droga fuerte, se mete en el torrente sanguíneo pierdes la esperanza, pierdes el alma, pierdes todo y luché toda mi vida para saber que no me romperá, ¡de ninguna manera!, no hay manera de que me detenga ahora voy a hacer mi camino a través de las nubes, yo me levantaré voy a romperme los dientes y soportar el dolor, voy a escalar esta montaña una vez más yo me levantaré”.

Mientras esa platicaba estaba sucediendo sentía como si la música quisiera decirme algo, como si todo estuviera conspirando a mi favor para que encontrara en lo más profundo de mi alma el motivo por el cual me encontraba en ese lugar, al final la plática cambió de rumbo pero mis pensamientos se habían quedados anclados en dejar de concentrarme tanto en lo que no fue y darle paso a lo que es y será, seguramente lo que me espera serán retos inimaginables pero también serán conquistas como nunca antes, no pierdo la esperanza que lo que vendrá siempre será mejor a lo que se fue y que la mirada este en el presente no en el pasado.


Maxi Joel Nevárez Ramírez | Administración Gubernamental