/ miércoles 14 de julio de 2021

En sobremesa con Maxi | Las cargas del corazón son un peso para el alma

Yo soy de los que piensa que cada uno de nosotros lleva consigo una mochila simbólica desde que tenemos consciencia y vamos integrando a la misma lo que creemos necesario para el viaje, el peso será o no ligero dependiendo de la importancia del contenido, muchos cargan con las penas, dolores, rencores y frustraciones de su pasado y su caminar se torna lento, se detienen continuamente en el camino a reposar, y en un suspiro se les va la vida, y es que es como si llevaran el peso del mundo en sus hombros, ante tal pesar, revisan su mochila en búsqueda de algo que les sirva para descansar, recuperar energía y al observar que no hay nada que les sea de utilidad se deprimen, se culpan por no haber metido herramientas que les ayudarán durante su viaje e incluso culpan a otros ante su coraje y desesperación.

Otros van ligeros de equipaje, con solo lo necesario para el camino, se han librado de pesos innecesarios, saben de la amargura de la vida, de la perdida, del desamor, del llanto y del sufrimiento, pero no ingresan a la mochila el dolor, sino que lo resignifican e introducen un recuerdo de aceptación, experiencia, resiliencia y recuperación.

Te cuento, en principio yo era de los que cargaba solo con penas, tristezas y remordimientos, a tal grado de que me olvidé llevar conmigo un mapa que me sirviera para trazar una ruta adecuada y salir bien librado ante todas las situaciones de conflicto en mi vida, navegué como capitán sin timón, sin brújula y ninguna orientación, viendo como mi vida era arrastrada y sacudida por gigantescas olas, sintiéndome tragado por la inmensidad de la vida sin saber que hacer y claro que se podía esperar de alguien que ni siquiera sabia nadar y con el peso de mi mochila solo me hundía más y más.

Pero una vez que logré ver un rayo de calma dentro de tanta obscuridad y observar como se despejaba el cielo y daba paso a las estrellas en el firmamento, entendí que el contenido de mi mochila y de mi alma eran pesados, decidí echar un vistazo hacia dentro y logré darme cuenta que había cosas que solo me estaban robando espacio, otras que si me servían pero no lograba ver porque iba lleno de lo que realmente no necesitaba, cosas que estaban rotas y que solo me estaban lastimando, algunas otras que realmente si necesitaba pero que les había dejado de prestar la atención que se merecían. Comprendí que nunca es tarde para ir hacia adentro de nuestro corazon y ver de qué vamos cargados, observar y analizar el contenido de nuestras vidas, hay que recordar que el tiempo es algo que no vamos a poder recuperar jamás y el tiempo se gasta con vida, tu decides si será una buena vida, recuerda que por tener mucho sin disfrutar lo poco también te cansas, se feliz con lo poco para que sepas disfrutar de lo mucho pero sin pesos innecesarios, recuerda que entre más recorramos y menos estemos dispuestos a ver hacia dentro más nos perderemos y cansaremos al viajar, te invito a ir ligero de equipaje y libre al andar. Y como dijo Napoleón: ¡Nada te llevarás cuando te marches cuando se acerque el día de tu final!, así que según la carga de tu equipaje será la dicha o dolor al andar.

Maxi Joel Nevárez | Lic. Administración Gubernamental

Yo soy de los que piensa que cada uno de nosotros lleva consigo una mochila simbólica desde que tenemos consciencia y vamos integrando a la misma lo que creemos necesario para el viaje, el peso será o no ligero dependiendo de la importancia del contenido, muchos cargan con las penas, dolores, rencores y frustraciones de su pasado y su caminar se torna lento, se detienen continuamente en el camino a reposar, y en un suspiro se les va la vida, y es que es como si llevaran el peso del mundo en sus hombros, ante tal pesar, revisan su mochila en búsqueda de algo que les sirva para descansar, recuperar energía y al observar que no hay nada que les sea de utilidad se deprimen, se culpan por no haber metido herramientas que les ayudarán durante su viaje e incluso culpan a otros ante su coraje y desesperación.

Otros van ligeros de equipaje, con solo lo necesario para el camino, se han librado de pesos innecesarios, saben de la amargura de la vida, de la perdida, del desamor, del llanto y del sufrimiento, pero no ingresan a la mochila el dolor, sino que lo resignifican e introducen un recuerdo de aceptación, experiencia, resiliencia y recuperación.

Te cuento, en principio yo era de los que cargaba solo con penas, tristezas y remordimientos, a tal grado de que me olvidé llevar conmigo un mapa que me sirviera para trazar una ruta adecuada y salir bien librado ante todas las situaciones de conflicto en mi vida, navegué como capitán sin timón, sin brújula y ninguna orientación, viendo como mi vida era arrastrada y sacudida por gigantescas olas, sintiéndome tragado por la inmensidad de la vida sin saber que hacer y claro que se podía esperar de alguien que ni siquiera sabia nadar y con el peso de mi mochila solo me hundía más y más.

Pero una vez que logré ver un rayo de calma dentro de tanta obscuridad y observar como se despejaba el cielo y daba paso a las estrellas en el firmamento, entendí que el contenido de mi mochila y de mi alma eran pesados, decidí echar un vistazo hacia dentro y logré darme cuenta que había cosas que solo me estaban robando espacio, otras que si me servían pero no lograba ver porque iba lleno de lo que realmente no necesitaba, cosas que estaban rotas y que solo me estaban lastimando, algunas otras que realmente si necesitaba pero que les había dejado de prestar la atención que se merecían. Comprendí que nunca es tarde para ir hacia adentro de nuestro corazon y ver de qué vamos cargados, observar y analizar el contenido de nuestras vidas, hay que recordar que el tiempo es algo que no vamos a poder recuperar jamás y el tiempo se gasta con vida, tu decides si será una buena vida, recuerda que por tener mucho sin disfrutar lo poco también te cansas, se feliz con lo poco para que sepas disfrutar de lo mucho pero sin pesos innecesarios, recuerda que entre más recorramos y menos estemos dispuestos a ver hacia dentro más nos perderemos y cansaremos al viajar, te invito a ir ligero de equipaje y libre al andar. Y como dijo Napoleón: ¡Nada te llevarás cuando te marches cuando se acerque el día de tu final!, así que según la carga de tu equipaje será la dicha o dolor al andar.

Maxi Joel Nevárez | Lic. Administración Gubernamental