/ miércoles 10 de agosto de 2022

En sobremesa con Maxi | El tiempo se detiene

Una ocasión al ir acompañando a un amigo por las avenidas de San Francisco en California Estados Unidos pude percatarme que mientras íbamos en el vehículo a una velocidad promedio lograba ver a las otras personas en sus vehículos no solo manejando si no también entretenidas en pensamientos, platicas en el altavoz de su dispositivo móvil, unos cuantos más discutiendo, había quienes con una mano tomaban el volante y con la otra su bebida favorita escuchando música.

A pesar de que todos íbamos sobre la misma vía también estábamos en distintas partes como si el tiempo en el vehículo fuera una gran cabina entre el lugar y el destino trazado, esas grandes avenidas para esa ciudad son un recorrido de diario donde puedes observar las mismas cosas haciendo poco visible lo que ha cambiado.

Que bien se siente traer nuestra música favorita mientras manejamos, lo divertido que se convierte el trayecto si vas acompañado de la persona que te hace reír o al menos te logra sacar un gesto emotivo en nuestro rostro pero que desafiante se vuelve el ir manejando mientras en nuestra mente se estarán formando las palabras que terminaran una relación.

En las ciudades pequeñas los tiempos de distancia son más cortos, pero para una ciudad como lo es San Francisco recorrer de norte a sur representa por lo menos 1 hora de distancia por la autopista, entonces te acostumbras a que no estarás en casa en unos minutos y eso le da tiempo al cerebro para realizarse muchas preguntas o destapar pensamientos añejos para tener algo en que entretenerse de lo contrario será un recorrido muy poco agradable.

Reflexionando en todo esto mi amigo me platicaba que se encontraba en vísperas de mudarse a su propio departamento donde tendría una gran vista a la bahía, le emocionaba tanto cuando me contaba su ubicación, lo equipado que estaría, pero sonreía con mayor fuerza cuando se imaginaba las tardes de invierno tomando una taza de chocolate caliente frente a la venta recostado en el sillón.

Al igual que el yo también me sentía emocionado porque lograría cumplir uno de sus sueños, pero mis ojos no dejaban de mirar hacia afuera viendo los otros vehículos fue una experiencia muy elocuente ya que me imaginaba yo también teniendo un departamento con una gran vista, pero la diferencia es que yo me veía a lado de la persona que compartiría su vida con la mía.

Terminando nuestro trayecto llegamos a comprar comida rápida, al entrar estaba una pareja tomada de la mano eligiendo cual café deseaban comprar, mi cerebro imaginó de igual manera que me gustaría ser esa pareja eligiendo su bebida favorita y bromeando sobre cual elegir, por momentos hace poco más de un año se había borrado esa imagen porque lo que antes era un sueño ahora estaba siendo hecho real.

Tal vez tú al leer este articulo te encontraste o encuentras en una situación similar, permíteme decirte que los sueños también se pueden hacer realidad, si la vida te ha puesto en este planeta ha sido con propósitos y con sueños, pero aún va más allá porque sucederán cosas extraordinarias que solo has visto en series o películas solo aprende a ver las cosas como deben ser y que todo dentro de ti fluya en esa dirección.

Guarda silencio y deja que la vida te sorprenda como lo hizo conmigo.


Maxi Joel Nevárez | Admón. Gubernamental

Una ocasión al ir acompañando a un amigo por las avenidas de San Francisco en California Estados Unidos pude percatarme que mientras íbamos en el vehículo a una velocidad promedio lograba ver a las otras personas en sus vehículos no solo manejando si no también entretenidas en pensamientos, platicas en el altavoz de su dispositivo móvil, unos cuantos más discutiendo, había quienes con una mano tomaban el volante y con la otra su bebida favorita escuchando música.

A pesar de que todos íbamos sobre la misma vía también estábamos en distintas partes como si el tiempo en el vehículo fuera una gran cabina entre el lugar y el destino trazado, esas grandes avenidas para esa ciudad son un recorrido de diario donde puedes observar las mismas cosas haciendo poco visible lo que ha cambiado.

Que bien se siente traer nuestra música favorita mientras manejamos, lo divertido que se convierte el trayecto si vas acompañado de la persona que te hace reír o al menos te logra sacar un gesto emotivo en nuestro rostro pero que desafiante se vuelve el ir manejando mientras en nuestra mente se estarán formando las palabras que terminaran una relación.

En las ciudades pequeñas los tiempos de distancia son más cortos, pero para una ciudad como lo es San Francisco recorrer de norte a sur representa por lo menos 1 hora de distancia por la autopista, entonces te acostumbras a que no estarás en casa en unos minutos y eso le da tiempo al cerebro para realizarse muchas preguntas o destapar pensamientos añejos para tener algo en que entretenerse de lo contrario será un recorrido muy poco agradable.

Reflexionando en todo esto mi amigo me platicaba que se encontraba en vísperas de mudarse a su propio departamento donde tendría una gran vista a la bahía, le emocionaba tanto cuando me contaba su ubicación, lo equipado que estaría, pero sonreía con mayor fuerza cuando se imaginaba las tardes de invierno tomando una taza de chocolate caliente frente a la venta recostado en el sillón.

Al igual que el yo también me sentía emocionado porque lograría cumplir uno de sus sueños, pero mis ojos no dejaban de mirar hacia afuera viendo los otros vehículos fue una experiencia muy elocuente ya que me imaginaba yo también teniendo un departamento con una gran vista, pero la diferencia es que yo me veía a lado de la persona que compartiría su vida con la mía.

Terminando nuestro trayecto llegamos a comprar comida rápida, al entrar estaba una pareja tomada de la mano eligiendo cual café deseaban comprar, mi cerebro imaginó de igual manera que me gustaría ser esa pareja eligiendo su bebida favorita y bromeando sobre cual elegir, por momentos hace poco más de un año se había borrado esa imagen porque lo que antes era un sueño ahora estaba siendo hecho real.

Tal vez tú al leer este articulo te encontraste o encuentras en una situación similar, permíteme decirte que los sueños también se pueden hacer realidad, si la vida te ha puesto en este planeta ha sido con propósitos y con sueños, pero aún va más allá porque sucederán cosas extraordinarias que solo has visto en series o películas solo aprende a ver las cosas como deben ser y que todo dentro de ti fluya en esa dirección.

Guarda silencio y deja que la vida te sorprenda como lo hizo conmigo.


Maxi Joel Nevárez | Admón. Gubernamental