/ miércoles 13 de julio de 2022

En sobremesa con Maxi | El silencio aprendido del COVID-19

Posiblemente al leer este artículo ya conozcas a alguna persona que se encuentra dentro de su habitación confinado por haber salido positivo al COVID-19 o tal vez seas tú quien esté en esa situación. Llevamos poco más de dos años envueltos en olas que a su paso como en el mar nos dejan algunos sustos, pero también se llevan en ellas personas valiosas e importantes, imagino que la humanidad da brincos intentando que solo sea noticia y no una receta médica la cual leer.

Pareciera tema de locura que para salvar la vida de cientos una vida debe estar dentro de una habitación de cuatro paredes con la esperanza de salir para recuperar el tiempo perdido, ver por las ventanas cuando llueve o escuchar la risa de los niños al estar caminando por la avenida al pasear a su mascota.

Lo que antes era divertido ahora se ha vuelto verdaderamente aburrido, los videos, las imágenes o canciones empiezan a limitarse porque ahora 1 hora de contenido se convirtió en horas y horas frente a la pantalla y los libros que se encuentran en casa dan el paso a encontrar una forma distinta de entretenimiento.

Al estar escribiendo me encuentro en esa situación aislado completamente de cualquier contacto cercano fuera del departamento, es verdad que los síntomas se presentan de diferente forma pero tienen algo en común, nos hacen detener nuestro ritmo, conectarnos al sofá o cama y te pide que guardes silencio mientras ataca nuestro cuerpo.

Que valiosa enseñanza está siendo esto del COVID-19, nuestras luchas comúnmente suelen ser personas con sus palabras o golpes, negociaciones interminables para lograr nuestro propósito o pensamientos, pero podemos ver a lo que nos estamos enfrentando.

La diferencia ahora es que tenemos que guardar nuestras armas porque han atacado nuestro hogar desde adentro, un virus que logró perpetrar nuestro sistema de seguridad y empezar una batalla campal buscando derrotarnos desde lo más profundo de nuestro ser.

Los soldados estuvieran listos o no deberán salir a defender su territorio y eliminar al enemigo sin dejar huella, todas las áreas del castillo deben ser fortalecidas porque si se deja alguna fuera podría ser puerta fácil para que ese territorio sea conquistado, sonidos en forma de tos salen de manera violenta por la fuerza en la que se pelea la batalla de la vida.

Muchos otros reinos están siendo atacados algunos ya con la victoria lograda, otros con marcas visibles que, aunque salieron avances, los misiles dejaron huella en sus paredes, pero hay otros reinos que lucharon con todas sus fuerzas, pero fueron derrotados.

Todo esto sucede mientras estamos acostados y me hizo reflexionar que hay batallas que requieren mi silencio, aun en ese momento logras percibir como el viento mueve tu cabello, en ese silencio comprendes que no te sientes del todo bien, en el exterior todo pareciera en calma, pero por dentro la batalla está a gota de sangre.

Hace tiempo leí lo siguiente: “No abras tu boca mientras estás peleando una batalla o antes de salir a una, hazlo en silencio para que tus enemigos no se enteren y no tomen ventajas sobre ti y así no salgas derrotado. Luego que te veas muy avanzado y casi con la cabeza de tus enemigos en tus manos; gritale a los vientos tu victoria, en pocas palabras: “No pronuncies tu victoria al principio, hazlo cuando tengas en tus manos a tus enemigos”.

Ese es el problema de mucha gente hoy en día, que tiene muy abierta la boca, y por abrir mucho la boca, terminan derrotados en el campo de batalla.


Maxi Joel Nevárez | Admón Gubernamental

Posiblemente al leer este artículo ya conozcas a alguna persona que se encuentra dentro de su habitación confinado por haber salido positivo al COVID-19 o tal vez seas tú quien esté en esa situación. Llevamos poco más de dos años envueltos en olas que a su paso como en el mar nos dejan algunos sustos, pero también se llevan en ellas personas valiosas e importantes, imagino que la humanidad da brincos intentando que solo sea noticia y no una receta médica la cual leer.

Pareciera tema de locura que para salvar la vida de cientos una vida debe estar dentro de una habitación de cuatro paredes con la esperanza de salir para recuperar el tiempo perdido, ver por las ventanas cuando llueve o escuchar la risa de los niños al estar caminando por la avenida al pasear a su mascota.

Lo que antes era divertido ahora se ha vuelto verdaderamente aburrido, los videos, las imágenes o canciones empiezan a limitarse porque ahora 1 hora de contenido se convirtió en horas y horas frente a la pantalla y los libros que se encuentran en casa dan el paso a encontrar una forma distinta de entretenimiento.

Al estar escribiendo me encuentro en esa situación aislado completamente de cualquier contacto cercano fuera del departamento, es verdad que los síntomas se presentan de diferente forma pero tienen algo en común, nos hacen detener nuestro ritmo, conectarnos al sofá o cama y te pide que guardes silencio mientras ataca nuestro cuerpo.

Que valiosa enseñanza está siendo esto del COVID-19, nuestras luchas comúnmente suelen ser personas con sus palabras o golpes, negociaciones interminables para lograr nuestro propósito o pensamientos, pero podemos ver a lo que nos estamos enfrentando.

La diferencia ahora es que tenemos que guardar nuestras armas porque han atacado nuestro hogar desde adentro, un virus que logró perpetrar nuestro sistema de seguridad y empezar una batalla campal buscando derrotarnos desde lo más profundo de nuestro ser.

Los soldados estuvieran listos o no deberán salir a defender su territorio y eliminar al enemigo sin dejar huella, todas las áreas del castillo deben ser fortalecidas porque si se deja alguna fuera podría ser puerta fácil para que ese territorio sea conquistado, sonidos en forma de tos salen de manera violenta por la fuerza en la que se pelea la batalla de la vida.

Muchos otros reinos están siendo atacados algunos ya con la victoria lograda, otros con marcas visibles que, aunque salieron avances, los misiles dejaron huella en sus paredes, pero hay otros reinos que lucharon con todas sus fuerzas, pero fueron derrotados.

Todo esto sucede mientras estamos acostados y me hizo reflexionar que hay batallas que requieren mi silencio, aun en ese momento logras percibir como el viento mueve tu cabello, en ese silencio comprendes que no te sientes del todo bien, en el exterior todo pareciera en calma, pero por dentro la batalla está a gota de sangre.

Hace tiempo leí lo siguiente: “No abras tu boca mientras estás peleando una batalla o antes de salir a una, hazlo en silencio para que tus enemigos no se enteren y no tomen ventajas sobre ti y así no salgas derrotado. Luego que te veas muy avanzado y casi con la cabeza de tus enemigos en tus manos; gritale a los vientos tu victoria, en pocas palabras: “No pronuncies tu victoria al principio, hazlo cuando tengas en tus manos a tus enemigos”.

Ese es el problema de mucha gente hoy en día, que tiene muy abierta la boca, y por abrir mucho la boca, terminan derrotados en el campo de batalla.


Maxi Joel Nevárez | Admón Gubernamental