/ miércoles 6 de abril de 2022

En sobremesa con Maxi | Coldplay un concierto mágico Parte 2

Las emociones se encuentran en su máxima expresión, personas entonando canciones por varias horas, el viento fresco recorre cada una de las butacas del gran estadio, confeti vuela entre los asistentes que están en la cancha, no cabe duda que estar frente a un show de esta magnitud generara un precedente por completo de quienes están viviendo tan impresionantes momentos.

De pronto se escucha: “Ah-oh-ah-oh-ah got me feeling drunk and high so high, so high Oh-ah-oh-ah-oh-ah i'm feeling drunk and high so high, so high Woo-ooo-ooo-woo”, los cuerpos llenos de energía explotan de emoción porque suena una de las melodías más esperadas y a pesar de que todas son buenas, esta sin duda alguna venía a quitarle el lugar de favorita a todas las demás.

Es momento de sentarnos por unos instantes, Chris Martin toma el piano como si solo existieran ellos dos en todo el lugar, los asistentes nos convertimos en las estrellas brillantes creando un universo dentro de la estructura que conforma el estadio, todos unidos al ritmo de una melodía espectacular somos fundidos en una sola alma.

Los amigos sonrien a los alrededores, otros más corean cada estrofa de las canciones, aquellos más extrovertidos que buscan salir en las pantallas, pareciera como si Coldplay estuviera llevándonos a otra dimensión fuera de la realidad.

¡Esperen un momento!, el estadio esta totalmente en obscuridad y solo logran verse las estrellas en lo alto de aquel espacio, ¡algo está sucediendo, no es verdad, ¿de verdad viene?!. Las pulseras ecológicas que nos han prestado han encendido de color amarillo, al sonido de: “Look at the stars, look how they shine for you, and everything you do yeah, they were all yellow”, tal vez podrían existir muchas palabras que definieran ese momento, pero no las hay. El concierto empieza a dar muestras de que está en su cumbre, el punto más alto en emotividad, todas las cosas se alinean en aquel espacio y empiezan a llenarse de energía positiva que hace correr las almas de lado a lado conectando con cada nota.

¡Espera!, Chris ha salido a cantar en lenguaje de señas para que todos aquellos que no pueden escuchar su voz, puedan sentir y vivir la experiencia como si estuvieran escuchando a todo volumen tan conmovedoras melodías, pienso., es tiempo de dejar a un lado los estereotipos y tomar a quien esta a tu lado para disfrutar del evento que se volverá inolvidable.

Los integrantes de la banda nos piden lo siguiente: “Si es posible, como un regalo para nosotros, salta y canta sin celulares”, cuando esto sucede, el estadio empieza a caer metafóricamente de la energía tan fuerte con la que se esta viviendo ese instante, fuegos artificiales recorren lo más alto del escenario, tomas de los hombros a personas desconocidas y te das cuenta que al final del día todos somos una gran comunidad de personas separadas en ocupaciones pero unidas por nuestros corazones.

Es momento de cerrar el telón, el show ha terminado, pero sin antes un olé, olé, olé, olé Coldplay, Coldplay.

El concierto terminó, pero me llevaré las imágenes, sonidos, aromas, texturas y todo aquello guardado para siempre en mi ser, tomé de la mano con fuerza y expresé lo que siento a quien amo. Compartí gritos y llantos de emoción con desconocidos que sin importar origen, condición o estatus, conectaban conmigo, no cabe duda que un concierto de Coldplay lo debes vivir por lo menos una vez en tu vida.

Lic. Maxi Joel Nevarez | Lic. Administración Gubernamental

Las emociones se encuentran en su máxima expresión, personas entonando canciones por varias horas, el viento fresco recorre cada una de las butacas del gran estadio, confeti vuela entre los asistentes que están en la cancha, no cabe duda que estar frente a un show de esta magnitud generara un precedente por completo de quienes están viviendo tan impresionantes momentos.

De pronto se escucha: “Ah-oh-ah-oh-ah got me feeling drunk and high so high, so high Oh-ah-oh-ah-oh-ah i'm feeling drunk and high so high, so high Woo-ooo-ooo-woo”, los cuerpos llenos de energía explotan de emoción porque suena una de las melodías más esperadas y a pesar de que todas son buenas, esta sin duda alguna venía a quitarle el lugar de favorita a todas las demás.

Es momento de sentarnos por unos instantes, Chris Martin toma el piano como si solo existieran ellos dos en todo el lugar, los asistentes nos convertimos en las estrellas brillantes creando un universo dentro de la estructura que conforma el estadio, todos unidos al ritmo de una melodía espectacular somos fundidos en una sola alma.

Los amigos sonrien a los alrededores, otros más corean cada estrofa de las canciones, aquellos más extrovertidos que buscan salir en las pantallas, pareciera como si Coldplay estuviera llevándonos a otra dimensión fuera de la realidad.

¡Esperen un momento!, el estadio esta totalmente en obscuridad y solo logran verse las estrellas en lo alto de aquel espacio, ¡algo está sucediendo, no es verdad, ¿de verdad viene?!. Las pulseras ecológicas que nos han prestado han encendido de color amarillo, al sonido de: “Look at the stars, look how they shine for you, and everything you do yeah, they were all yellow”, tal vez podrían existir muchas palabras que definieran ese momento, pero no las hay. El concierto empieza a dar muestras de que está en su cumbre, el punto más alto en emotividad, todas las cosas se alinean en aquel espacio y empiezan a llenarse de energía positiva que hace correr las almas de lado a lado conectando con cada nota.

¡Espera!, Chris ha salido a cantar en lenguaje de señas para que todos aquellos que no pueden escuchar su voz, puedan sentir y vivir la experiencia como si estuvieran escuchando a todo volumen tan conmovedoras melodías, pienso., es tiempo de dejar a un lado los estereotipos y tomar a quien esta a tu lado para disfrutar del evento que se volverá inolvidable.

Los integrantes de la banda nos piden lo siguiente: “Si es posible, como un regalo para nosotros, salta y canta sin celulares”, cuando esto sucede, el estadio empieza a caer metafóricamente de la energía tan fuerte con la que se esta viviendo ese instante, fuegos artificiales recorren lo más alto del escenario, tomas de los hombros a personas desconocidas y te das cuenta que al final del día todos somos una gran comunidad de personas separadas en ocupaciones pero unidas por nuestros corazones.

Es momento de cerrar el telón, el show ha terminado, pero sin antes un olé, olé, olé, olé Coldplay, Coldplay.

El concierto terminó, pero me llevaré las imágenes, sonidos, aromas, texturas y todo aquello guardado para siempre en mi ser, tomé de la mano con fuerza y expresé lo que siento a quien amo. Compartí gritos y llantos de emoción con desconocidos que sin importar origen, condición o estatus, conectaban conmigo, no cabe duda que un concierto de Coldplay lo debes vivir por lo menos una vez en tu vida.

Lic. Maxi Joel Nevarez | Lic. Administración Gubernamental