/ martes 21 de enero de 2020

El legado de Elisa Griensen

Si fueron reales los hechos o no de Elisa Griensen, ella representa a muchas mujeres de una época y de una lucha. Ella, les guste o no, es parte de la historia de Parral y les guste o no existen varias obras de arte en su honor que ya son parte del patrimonio cultural y que aunque se tengan escondidas o se quieran quitar, el legado de los más vulnerables y los menos favorecidos por la historia como son las mujeres y niños continua en lo que un día ya no será un mundo de y creado por hombres, sino por cada ser vivo que lo habita.

La leyenda de Elisa Griensen, ya existe, llamémosle leyenda para no menospreciar el trabajo de los historiadores. Más allá de lo que esté documentado o no. Ella representa la lucha de muchas mujeres, son miles de Elisas Griensen a las que se les quitan meritos al devaluar su imagen. El tiempo borra los nombres de las tumbas porque son más importantes las acciones, los actos y consecuencias que continúan moviendo al mundo.

Me parece un acto bastante misógino la postura en contra de ella y de quitar el trabajo de artistas y escultores. El arte ya está realizado querer eliminarlo es parte también de mutilar la participación de las mujeres en la historia de nuestra ciudad. Estoy de acuerdo en que no solo en Parral sino en el mundo entero calles y plazas estarán llenas de impostores, pero cada quien y cada lugar tiene derecho a tener sus héroes, ya sea Mikey Mouse en Disneylandia o Elisa Griensen en Parral. Esto por un debate en un grupo de Facebook que supongo fue eliminado por estar en desacuerdo con los administradores del grupo. Me gusta el grupo de Parralenses Alrededor del Mundo que hay en Facebook pero no me gusta que borren los comentarios cuando estos no son de su agrado. Claro estoy de no pedir peras al olmo y que la libertad de expresión como Elisa Griensen son leyendas, así que es ridículo pelear por la verdad y que cada quien se mate por su verdad.

La historia es una ciencia que estudia hechos pero jamás nos da verdades absolutas. Cierto que nos ayuda a comprender en la medida de lo posible el pasado, presente y futuro. La verdad es una falacia. Los historiadores no meten las manos al fuego ni por Jesucristo que para eso tiene a los creyentes y personas de fe. Pero aquí pretenden con el estandarte de hacerle justicia a la historia y la verdad, negar la participación de una mujer en un acto heroico? Tomando en cuenta que la historia por lo general es escrita por HOMBRES y por los que GANAN las batallas y por lo tanto ELLOS escriben a su conveniencia lo que a cada uno le toco vivir en la feria. Es a veces muy tonto como se defiende la verdad, y personas que dan la vida por la verdad, cuando la verdad es tan inalcanzable como el conocimiento de Dios. Creo que los mejores historiadores están de acuerdo en la importancia de la investigación histórica como una manera de cercarse lo mejor posible a los hechos pero siempre con la debida desconfianza y la conciencia del vaivén que va entre lo objetivo y subjetivo. Porque entonces ¿Dónde quedaría la capacidad científica?

Aquí la cosa es muy simple si no existen los suficientes documentos para que avalen los hechos de Elisa Griensen, hay una solución sencilla para no quitarle su merito a todas las mujeres y niños que ella representa, que siempre son los más vulnerables, no se diga en la historia con tan poca y pobre participación en las que se les da crédito. Le llamamos leyenda y asunto arreglado. Porque no son solo los datos comprobados también la imaginación juega un papel importante a la hora de disfrutar el arte y la cultura. ¿Por qué tener en un rincón aquella escultura grande de Elisa Griensen? Aunque no tan grande como la del Pancho Villa gigante. ¿Por qué querer quitarla? Mas bien deberíamos cuidar nuestros Panchos Villas, Mineros, Buscadores de ilusiones, Benitos Juárez, Antonios Ortiz Mena, el busto de la profesora María Brisia R. de Ayala, Padre Pelayo, edificación de Miguel Hidalgo, estatua de Don Quijote de la Mancha, por nombrar las que se me vienen en mente, un gesto heroico de una maestra y sus niños afuera de la escuela 99, es mucho más significativo que la discusión con tintes políticos de si fue o no verdad.


Si fueron reales los hechos o no de Elisa Griensen, ella representa a muchas mujeres de una época y de una lucha. Ella, les guste o no, es parte de la historia de Parral y les guste o no existen varias obras de arte en su honor que ya son parte del patrimonio cultural y que aunque se tengan escondidas o se quieran quitar, el legado de los más vulnerables y los menos favorecidos por la historia como son las mujeres y niños continua en lo que un día ya no será un mundo de y creado por hombres, sino por cada ser vivo que lo habita.

La leyenda de Elisa Griensen, ya existe, llamémosle leyenda para no menospreciar el trabajo de los historiadores. Más allá de lo que esté documentado o no. Ella representa la lucha de muchas mujeres, son miles de Elisas Griensen a las que se les quitan meritos al devaluar su imagen. El tiempo borra los nombres de las tumbas porque son más importantes las acciones, los actos y consecuencias que continúan moviendo al mundo.

Me parece un acto bastante misógino la postura en contra de ella y de quitar el trabajo de artistas y escultores. El arte ya está realizado querer eliminarlo es parte también de mutilar la participación de las mujeres en la historia de nuestra ciudad. Estoy de acuerdo en que no solo en Parral sino en el mundo entero calles y plazas estarán llenas de impostores, pero cada quien y cada lugar tiene derecho a tener sus héroes, ya sea Mikey Mouse en Disneylandia o Elisa Griensen en Parral. Esto por un debate en un grupo de Facebook que supongo fue eliminado por estar en desacuerdo con los administradores del grupo. Me gusta el grupo de Parralenses Alrededor del Mundo que hay en Facebook pero no me gusta que borren los comentarios cuando estos no son de su agrado. Claro estoy de no pedir peras al olmo y que la libertad de expresión como Elisa Griensen son leyendas, así que es ridículo pelear por la verdad y que cada quien se mate por su verdad.

La historia es una ciencia que estudia hechos pero jamás nos da verdades absolutas. Cierto que nos ayuda a comprender en la medida de lo posible el pasado, presente y futuro. La verdad es una falacia. Los historiadores no meten las manos al fuego ni por Jesucristo que para eso tiene a los creyentes y personas de fe. Pero aquí pretenden con el estandarte de hacerle justicia a la historia y la verdad, negar la participación de una mujer en un acto heroico? Tomando en cuenta que la historia por lo general es escrita por HOMBRES y por los que GANAN las batallas y por lo tanto ELLOS escriben a su conveniencia lo que a cada uno le toco vivir en la feria. Es a veces muy tonto como se defiende la verdad, y personas que dan la vida por la verdad, cuando la verdad es tan inalcanzable como el conocimiento de Dios. Creo que los mejores historiadores están de acuerdo en la importancia de la investigación histórica como una manera de cercarse lo mejor posible a los hechos pero siempre con la debida desconfianza y la conciencia del vaivén que va entre lo objetivo y subjetivo. Porque entonces ¿Dónde quedaría la capacidad científica?

Aquí la cosa es muy simple si no existen los suficientes documentos para que avalen los hechos de Elisa Griensen, hay una solución sencilla para no quitarle su merito a todas las mujeres y niños que ella representa, que siempre son los más vulnerables, no se diga en la historia con tan poca y pobre participación en las que se les da crédito. Le llamamos leyenda y asunto arreglado. Porque no son solo los datos comprobados también la imaginación juega un papel importante a la hora de disfrutar el arte y la cultura. ¿Por qué tener en un rincón aquella escultura grande de Elisa Griensen? Aunque no tan grande como la del Pancho Villa gigante. ¿Por qué querer quitarla? Mas bien deberíamos cuidar nuestros Panchos Villas, Mineros, Buscadores de ilusiones, Benitos Juárez, Antonios Ortiz Mena, el busto de la profesora María Brisia R. de Ayala, Padre Pelayo, edificación de Miguel Hidalgo, estatua de Don Quijote de la Mancha, por nombrar las que se me vienen en mente, un gesto heroico de una maestra y sus niños afuera de la escuela 99, es mucho más significativo que la discusión con tintes políticos de si fue o no verdad.


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