/ martes 17 de septiembre de 2019

El holocausto de nuestros días

El Holocausto sucedió en otro país, en una época un poco alejada a la nuestra. Fue un hecho histórico sangriento, cruel y demasiado triste que tuvo como base el racismo y es por eso que conviene recordar en estos días esta parte de la historia de la humanidad. Para aprender de los errores y buscar que no se vuelvan a cometer.

El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático, burocráticamente organizado y auspiciado por el estado de seis millones de judíos por parte del régimen nazi y sus colaboradores. Holocausto es una palabra de origen griego que significa “sacrificio por fuego”.

En 1933, la población de judíos en Europa sumaba más de nueve millones. La mayoría de los judíos europeos vivían en los países que la Alemania nazi ocuparía o sobre los que ejercería influencia durante la Segunda Guerra Mundial. Para 1945, los alemanes y sus colaboradores habían asesinado aproximadamente a dos de cada tres judíos europeos como parte de la “solución final”.

Los nazis consideraban que los judíos eran el mayor peligro para Alemania. Ellos fueron las principales víctimas del racismo nazi, pero también hubo otras víctimas, como los romaníes (gitanos), homosexuales, Testigos de Jeová y las personas con discapacidades mentales o físicas. Los nazis asesinaron a unos 200.000 romaníes. Además, como parte del programa de eutanasia, asesinaron a por lo menos 250.000 pacientes con discapacidades físicas o mentales, que eran principalmente alemanes y vivían en instituciones. En total, aproximadamente 6 millones de judíos y millones más murieron en el Holocausto. Tan solo ver fotos sobre este hecho sangriento debe estremecer hasta a los que tienen poca conciencia.

Desgraciadamente el racismo es un tema polémico y bastante actual en nuestro días, recordemos por ejemplo lo que sucedió hace un mes en la comunidad de El Paso donde la única razón para amatar a las personas fue su condición de raza, específicamente por ser mexicanos.

A los mexicanos que nos sentimos orgullos de nuestros valores y cultura no nos causa gracia ser discriminados y atacados. Sin embargo regresar los ataques con odio nos rebaja al mismo nivel de quienes atacan. Tampoco sirve de nada que al sentirnos discriminados busquemos otros más miserables para ejercer el mismo trato que nos dan. Por ejemplo discriminar nuestras comunidades indígenas tratándolas como subculturas o menospreciando a personas inmigrantes.

El holocausto en nuestros días lo comete la ideología y las políticas de Donald Trump pero también todos aquellos gobiernos en los que hay muerte y destrucción, la guerra del narcotráfico en nuestro país tampoco deja de ser un holocausto. Debemos encontrar el equilibrio en nuestras emociones para no sentirnos ni superiores ni inferiores a nadie y que la historia nos sirva para reflexionar y hacer conexiones para encontrar nuestro sentido existencial y nuestro lugar en el mundo donde podamos contribuir de alguna manera en la construcción de mejores seres humanos. Recordemos nuestra historia a los héroes mujeres y hombres que nos dieron patria, enmendemos nuestros errores y prosperemos en nuestros ideales.

¡VIVA MÈXICO!

El Holocausto sucedió en otro país, en una época un poco alejada a la nuestra. Fue un hecho histórico sangriento, cruel y demasiado triste que tuvo como base el racismo y es por eso que conviene recordar en estos días esta parte de la historia de la humanidad. Para aprender de los errores y buscar que no se vuelvan a cometer.

El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático, burocráticamente organizado y auspiciado por el estado de seis millones de judíos por parte del régimen nazi y sus colaboradores. Holocausto es una palabra de origen griego que significa “sacrificio por fuego”.

En 1933, la población de judíos en Europa sumaba más de nueve millones. La mayoría de los judíos europeos vivían en los países que la Alemania nazi ocuparía o sobre los que ejercería influencia durante la Segunda Guerra Mundial. Para 1945, los alemanes y sus colaboradores habían asesinado aproximadamente a dos de cada tres judíos europeos como parte de la “solución final”.

Los nazis consideraban que los judíos eran el mayor peligro para Alemania. Ellos fueron las principales víctimas del racismo nazi, pero también hubo otras víctimas, como los romaníes (gitanos), homosexuales, Testigos de Jeová y las personas con discapacidades mentales o físicas. Los nazis asesinaron a unos 200.000 romaníes. Además, como parte del programa de eutanasia, asesinaron a por lo menos 250.000 pacientes con discapacidades físicas o mentales, que eran principalmente alemanes y vivían en instituciones. En total, aproximadamente 6 millones de judíos y millones más murieron en el Holocausto. Tan solo ver fotos sobre este hecho sangriento debe estremecer hasta a los que tienen poca conciencia.

Desgraciadamente el racismo es un tema polémico y bastante actual en nuestro días, recordemos por ejemplo lo que sucedió hace un mes en la comunidad de El Paso donde la única razón para amatar a las personas fue su condición de raza, específicamente por ser mexicanos.

A los mexicanos que nos sentimos orgullos de nuestros valores y cultura no nos causa gracia ser discriminados y atacados. Sin embargo regresar los ataques con odio nos rebaja al mismo nivel de quienes atacan. Tampoco sirve de nada que al sentirnos discriminados busquemos otros más miserables para ejercer el mismo trato que nos dan. Por ejemplo discriminar nuestras comunidades indígenas tratándolas como subculturas o menospreciando a personas inmigrantes.

El holocausto en nuestros días lo comete la ideología y las políticas de Donald Trump pero también todos aquellos gobiernos en los que hay muerte y destrucción, la guerra del narcotráfico en nuestro país tampoco deja de ser un holocausto. Debemos encontrar el equilibrio en nuestras emociones para no sentirnos ni superiores ni inferiores a nadie y que la historia nos sirva para reflexionar y hacer conexiones para encontrar nuestro sentido existencial y nuestro lugar en el mundo donde podamos contribuir de alguna manera en la construcción de mejores seres humanos. Recordemos nuestra historia a los héroes mujeres y hombres que nos dieron patria, enmendemos nuestros errores y prosperemos en nuestros ideales.

¡VIVA MÈXICO!

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