/ lunes 14 de septiembre de 2020

El Espectador | Los trapos sucios de la Sedena II

El secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, continúa con la limpia al interior de la dependencia como ordenó el Presidente. Pero todo parece indicar que no la tiene fácil, particularmente en el abasto de las Fábricas de Vestuario y Equipo (F.A.V.E), en donde diversas empresas relacionadas con Patricia Manón Romero Rodríguez y familiares cercanos acumularon millones de pesos en contratos con la administración peñista y parece que pretenden seguir bajo el mismo régimen de antes.

De eso le hablamos la semana pasada y eso generó una respuesta a esta columna del Coronel de Infantería Francisco Antonio Enríquez Rojas, director interino de comunicación social de la institución, que por razones de espacio, resumimos a continuación: “Referente a los lazos familiares que se pretenden evidenciar como una limitante para ser proveedor de la D.G. Fa.V.E., la legislación vigente no la señala como impedimento para participar en los procedimientos de contratación. Con fundamento en el artículo 50 párrafo VII de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público en la cual se señala que las dependencias y entidades se abstendrán de recibir proposiciones o adjudicar contrato alguno en las materias a que se refiere esta ley, con las personas siguientes: aquellas que presenten proposiciones en una misma partida de un bien o servicio en un procedimiento de contratación que se encuentren vinculados entre sí o por algún socio o asociado común”.

La Sedena asegura que dicha situación no se presenta en ninguno de los procedimientos de contratación: “Puesto que el rubro en el que operan cada una de las empresas antes señaladas es diferente, y sus actas constitutivas no comparten socios; por lo que ninguna de las empresas antes mencionadas está impedida para celebrar contrataciones con esta u otra dependencia de la Administración Pública”.

“Por lo que se refiere a las empresas Distribuciones y Proyectos y Operadora Safrat, la Dirección General de Fábricas de Vestuario y Equipo no ha celebrado contrataciones con ellas; no obstante, en el supuesto que así fuera, estas empresas no están impedidas por la Secretaría de la Función Pública para participar en licitaciones públicas”.

Continúa su justificación la Sedena: “Es importante mencionar que los procesos de adquisición por la D.G. Fa.V.E., se han conducido con estricto apego a la normatividad aplicable; en el primer semestre del presente año sometió a licitaciones públicas 96.05 por ciento del presupuesto asignado para el Programa de Producción 2020 y únicamente sometió a adjudicación directa el 1.24 por ciento, siempre cumpliendo con la normatividad aplicable”.

La Secretaría de la Defensa Nacional asegura que son transparentes, que no se favorece a ningún proveedor y que cuentan con los más altos estándares, de acuerdo con encuestas de opinión, en este rubro. Y le piden a este reportero no hacer conjeturas, mientras que él pensaba que estaba informando de algo que puede ensuciar el nombre de tan venerada institución.

Que así sea…

El secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, continúa con la limpia al interior de la dependencia como ordenó el Presidente. Pero todo parece indicar que no la tiene fácil, particularmente en el abasto de las Fábricas de Vestuario y Equipo (F.A.V.E), en donde diversas empresas relacionadas con Patricia Manón Romero Rodríguez y familiares cercanos acumularon millones de pesos en contratos con la administración peñista y parece que pretenden seguir bajo el mismo régimen de antes.

De eso le hablamos la semana pasada y eso generó una respuesta a esta columna del Coronel de Infantería Francisco Antonio Enríquez Rojas, director interino de comunicación social de la institución, que por razones de espacio, resumimos a continuación: “Referente a los lazos familiares que se pretenden evidenciar como una limitante para ser proveedor de la D.G. Fa.V.E., la legislación vigente no la señala como impedimento para participar en los procedimientos de contratación. Con fundamento en el artículo 50 párrafo VII de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público en la cual se señala que las dependencias y entidades se abstendrán de recibir proposiciones o adjudicar contrato alguno en las materias a que se refiere esta ley, con las personas siguientes: aquellas que presenten proposiciones en una misma partida de un bien o servicio en un procedimiento de contratación que se encuentren vinculados entre sí o por algún socio o asociado común”.

La Sedena asegura que dicha situación no se presenta en ninguno de los procedimientos de contratación: “Puesto que el rubro en el que operan cada una de las empresas antes señaladas es diferente, y sus actas constitutivas no comparten socios; por lo que ninguna de las empresas antes mencionadas está impedida para celebrar contrataciones con esta u otra dependencia de la Administración Pública”.

“Por lo que se refiere a las empresas Distribuciones y Proyectos y Operadora Safrat, la Dirección General de Fábricas de Vestuario y Equipo no ha celebrado contrataciones con ellas; no obstante, en el supuesto que así fuera, estas empresas no están impedidas por la Secretaría de la Función Pública para participar en licitaciones públicas”.

Continúa su justificación la Sedena: “Es importante mencionar que los procesos de adquisición por la D.G. Fa.V.E., se han conducido con estricto apego a la normatividad aplicable; en el primer semestre del presente año sometió a licitaciones públicas 96.05 por ciento del presupuesto asignado para el Programa de Producción 2020 y únicamente sometió a adjudicación directa el 1.24 por ciento, siempre cumpliendo con la normatividad aplicable”.

La Secretaría de la Defensa Nacional asegura que son transparentes, que no se favorece a ningún proveedor y que cuentan con los más altos estándares, de acuerdo con encuestas de opinión, en este rubro. Y le piden a este reportero no hacer conjeturas, mientras que él pensaba que estaba informando de algo que puede ensuciar el nombre de tan venerada institución.

Que así sea…