/ lunes 16 de mayo de 2022

El Espectador | Baker Hughes no es una empresa política

“Si me permites platico un poco de la experiencia que tuvimos a partir de finales de enero, y parto por decir: Baker Hughes, por vocación, no somos una empresa política, somos apolíticos, la verdad es que no tendemos a aparecer en la prensa más allá de artículos técnicos, o presentaciones en eventos de industria”, dice Bob Perez, vicepresidente para México y América del Sur de esta empresa muy ligada a la industria petrolera desde hace décadas.

Baker Hughes fluye en cuatro núcleos de negocios, uno es el de los servicios petroleros, perforación de pozos en agua y tierra. Otro negocio es el de maquinaria, que fabrica compresores, turbinas (Hay una relación muy fuerte de propiedad intelectual entre General Electric y Baker Hughes, en este campo). El tercero son equipos de exploración y producción. Y el último grupo es el de digital solutions, monitoreo y control de procesos, manejo de activos. Todos esos grupos operan en México, con más de mil 200 empleados en este país.

Nos encontramos en Polanco meses después de que protagonizaron un escándalo en México, que involucraba a la familia del presidente Andrés Manuel López Obrador. \u0009

“Salió este reportaje, si mal no recuerdo de memoria el 28 de enero, salió un reportaje que lo que conectaba era a un presidente de Baker Hughes que le renta una casa en Houston al hijo del Presidente y el incremento de negocios de Baker Hughes de México”, recuerda Perez.

Se sugería que había algo chueco, y ese tipo de situaciones se toman muy en serio en una empresa con presencia global.

“Se empezó un proceso de investigación interna y se empezó un proceso en el que contratamos una empresa que se llama The McConnellen Group, de Austin, Texas, que se dedica a corporate compliance, y ellos hicieron una investigación en paralelo. Y qué fue esa investigación, bueno, teníamos la computadora del ex empleado, porque el individuo que mencionaban era una persona que salió de la empresa en diciembre del 19, y si mal no recuerdo, esta casa fue rentada en el tercer trimestre del 19, unos meses antes, y es porque se reubicó el caballero y estaba rentando su casa”.

Se hizo la investigación entrevistando gente relevante en la empresa que tiene que ver con el mercado mexicano, que tienen que ver con lo que se alegaba. El hombre involucrado era presidente de Baker Hughes en Canadá. La investigación interna y externa tomó como tres semanas. Revisaron su computadora, todos sus archivos. Sí apareció cierta información relevante a estas alegaciones en la máquina. Pero se ratificó que el señor nunca tuvo nada que ver con el mercado mexicano.

“Yo lo sé de primera mano porque estoy como líder en la región desde enero del 19. Nunca tuvo nada que ver con las transacciones que hemos tenido con Pemex. Sí había una copia en la computadora del lease application, firmada por la dama que es ahora la esposa (Carolyn Adams), porque en ese momento entiendo que era la novia. El hijo del Presidente no apareció en esa aplicación”.

Asegura que nunca tuvieron mientras duraban las investigaciones un contacto con Petróleos Mexicanos. Pidieron una reunión hasta que tenían los resultados. “Nos tomó el tiempo que nos tomó, primero porque no anticipamos que esto iba a salir. Segundo, teníamos no sólo que hacer una revisión interna, sino pedirle además a un tercero que ratificara lo que estábamos encontrando, que lo certificara, que emitiera su opinión independiente. Y esa información queríamos ponerla a disposición de Pemex. Lo que confirmamos es que no hay ninguna conexión… este señor quería rentar su casa, él no tiene nada que ver con nuestro mercado mexicano, nada que ver con nuestros contratos mexicanos, no tuvo ningún contrato con Pemex, no hay conexión de todos los puntos que el reportaje quería conectar”.

“Si me permites platico un poco de la experiencia que tuvimos a partir de finales de enero, y parto por decir: Baker Hughes, por vocación, no somos una empresa política, somos apolíticos, la verdad es que no tendemos a aparecer en la prensa más allá de artículos técnicos, o presentaciones en eventos de industria”, dice Bob Perez, vicepresidente para México y América del Sur de esta empresa muy ligada a la industria petrolera desde hace décadas.

Baker Hughes fluye en cuatro núcleos de negocios, uno es el de los servicios petroleros, perforación de pozos en agua y tierra. Otro negocio es el de maquinaria, que fabrica compresores, turbinas (Hay una relación muy fuerte de propiedad intelectual entre General Electric y Baker Hughes, en este campo). El tercero son equipos de exploración y producción. Y el último grupo es el de digital solutions, monitoreo y control de procesos, manejo de activos. Todos esos grupos operan en México, con más de mil 200 empleados en este país.

Nos encontramos en Polanco meses después de que protagonizaron un escándalo en México, que involucraba a la familia del presidente Andrés Manuel López Obrador. \u0009

“Salió este reportaje, si mal no recuerdo de memoria el 28 de enero, salió un reportaje que lo que conectaba era a un presidente de Baker Hughes que le renta una casa en Houston al hijo del Presidente y el incremento de negocios de Baker Hughes de México”, recuerda Perez.

Se sugería que había algo chueco, y ese tipo de situaciones se toman muy en serio en una empresa con presencia global.

“Se empezó un proceso de investigación interna y se empezó un proceso en el que contratamos una empresa que se llama The McConnellen Group, de Austin, Texas, que se dedica a corporate compliance, y ellos hicieron una investigación en paralelo. Y qué fue esa investigación, bueno, teníamos la computadora del ex empleado, porque el individuo que mencionaban era una persona que salió de la empresa en diciembre del 19, y si mal no recuerdo, esta casa fue rentada en el tercer trimestre del 19, unos meses antes, y es porque se reubicó el caballero y estaba rentando su casa”.

Se hizo la investigación entrevistando gente relevante en la empresa que tiene que ver con el mercado mexicano, que tienen que ver con lo que se alegaba. El hombre involucrado era presidente de Baker Hughes en Canadá. La investigación interna y externa tomó como tres semanas. Revisaron su computadora, todos sus archivos. Sí apareció cierta información relevante a estas alegaciones en la máquina. Pero se ratificó que el señor nunca tuvo nada que ver con el mercado mexicano.

“Yo lo sé de primera mano porque estoy como líder en la región desde enero del 19. Nunca tuvo nada que ver con las transacciones que hemos tenido con Pemex. Sí había una copia en la computadora del lease application, firmada por la dama que es ahora la esposa (Carolyn Adams), porque en ese momento entiendo que era la novia. El hijo del Presidente no apareció en esa aplicación”.

Asegura que nunca tuvieron mientras duraban las investigaciones un contacto con Petróleos Mexicanos. Pidieron una reunión hasta que tenían los resultados. “Nos tomó el tiempo que nos tomó, primero porque no anticipamos que esto iba a salir. Segundo, teníamos no sólo que hacer una revisión interna, sino pedirle además a un tercero que ratificara lo que estábamos encontrando, que lo certificara, que emitiera su opinión independiente. Y esa información queríamos ponerla a disposición de Pemex. Lo que confirmamos es que no hay ninguna conexión… este señor quería rentar su casa, él no tiene nada que ver con nuestro mercado mexicano, nada que ver con nuestros contratos mexicanos, no tuvo ningún contrato con Pemex, no hay conexión de todos los puntos que el reportaje quería conectar”.