/ viernes 12 de agosto de 2022

El espectador | A quién le importa nuestra seguridad

Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador apuesta por entregar la seguridad a las Fuerzas Armadas, en detrimento de los cuerpos policiacos federales, estatales y municipales, existen ejemplos en el país en los que estas últimas policías, las llamadas de proximidad, han conseguido importantes resultados, lo que debería abrir la puerta para replantear la estrategia planteada desde Palacio Nacional. Ejemplo de lo anterior es lo que ocurre en la ciudad de Puebla, que gobierna Eduardo Rivera Pérez, donde los uniformados bajo el mando de la secretaria de Seguridad Ciudadana, María del Consuelo Cruz, lograron una disminución de 11 por ciento en la incidencia delictiva entre los meses de junio y julio del presente año.

Según lo reportó la propia Fiscalía General del Estado, que encabeza Gilberto Higuera Bernal, fueron a la baja delitos que afectan directamente a la ciudadanía, como el robo en transporte público colectivo, el robo a casa habitación, el robo a transeúnte en vía pública y el robo a negocio.

Otro ejemplo de estos resultados son los que se registran en el municipio de Querétaro, del también panista Luis Bernardo Nava, en el que los elementos policiacos lograron una baja de seis por ciento en los índices delictivos, más específicamente en el robo a vehículos, el robo a transeúntes, el robo a viviendas y en los homicidios dolosos.

En ambos casos, las respectivas secretarías de Seguridad mantienen operativos coordinados con las autoridades estatales, lo que también ha servido a ambos ediles para mantenerse entre los mejores evaluados del país, ocupando los lugares 18 y 22 respectivamente en los rankings, con índices que rondan el 50 por ciento de aprobación.

Esta misma estrategia, implementada en las dos capitales, pretende trasladarse a otros municipios y entidades gobernadas por el PAN, para fortalecer los cuerpos policiacos locales y prepararlos para enfrentar situaciones como las que se vivieron esta semana en el estado de Jalisco, en las que se vieron escenas de verdadero pánico entre los ciudadanos. El objetivo de los opositores es generar a la brevedad en sus ámbitos de competencia resultados en materia de combate a la delincuencia, esto frente a la fallida estrategia cuartotransformista de “abrazos no balazos”, que ha colocado a la inseguridad como la problemática más importante para los mexicanos, por sus graves efectos sociales y económicos.

La fórmula contempla también una oposición férrea a la militarización de la Guardia Nacional, con propuestas como una mejor coordinación de este cuerpo con las policías locales y, además, mejores condiciones laborales para los más de 115 mil elementos que el todavía cuerpo civil tiene desplegados en el país. En suma, para los integrantes de “Va por México” la solución no es la militarización, sino el fortalecimiento y empoderamiento de los cuerpos policiacos civiles que hoy en día, bajo la política de Morena, se encuentran prácticamente en el olvido.


Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador apuesta por entregar la seguridad a las Fuerzas Armadas, en detrimento de los cuerpos policiacos federales, estatales y municipales, existen ejemplos en el país en los que estas últimas policías, las llamadas de proximidad, han conseguido importantes resultados, lo que debería abrir la puerta para replantear la estrategia planteada desde Palacio Nacional. Ejemplo de lo anterior es lo que ocurre en la ciudad de Puebla, que gobierna Eduardo Rivera Pérez, donde los uniformados bajo el mando de la secretaria de Seguridad Ciudadana, María del Consuelo Cruz, lograron una disminución de 11 por ciento en la incidencia delictiva entre los meses de junio y julio del presente año.

Según lo reportó la propia Fiscalía General del Estado, que encabeza Gilberto Higuera Bernal, fueron a la baja delitos que afectan directamente a la ciudadanía, como el robo en transporte público colectivo, el robo a casa habitación, el robo a transeúnte en vía pública y el robo a negocio.

Otro ejemplo de estos resultados son los que se registran en el municipio de Querétaro, del también panista Luis Bernardo Nava, en el que los elementos policiacos lograron una baja de seis por ciento en los índices delictivos, más específicamente en el robo a vehículos, el robo a transeúntes, el robo a viviendas y en los homicidios dolosos.

En ambos casos, las respectivas secretarías de Seguridad mantienen operativos coordinados con las autoridades estatales, lo que también ha servido a ambos ediles para mantenerse entre los mejores evaluados del país, ocupando los lugares 18 y 22 respectivamente en los rankings, con índices que rondan el 50 por ciento de aprobación.

Esta misma estrategia, implementada en las dos capitales, pretende trasladarse a otros municipios y entidades gobernadas por el PAN, para fortalecer los cuerpos policiacos locales y prepararlos para enfrentar situaciones como las que se vivieron esta semana en el estado de Jalisco, en las que se vieron escenas de verdadero pánico entre los ciudadanos. El objetivo de los opositores es generar a la brevedad en sus ámbitos de competencia resultados en materia de combate a la delincuencia, esto frente a la fallida estrategia cuartotransformista de “abrazos no balazos”, que ha colocado a la inseguridad como la problemática más importante para los mexicanos, por sus graves efectos sociales y económicos.

La fórmula contempla también una oposición férrea a la militarización de la Guardia Nacional, con propuestas como una mejor coordinación de este cuerpo con las policías locales y, además, mejores condiciones laborales para los más de 115 mil elementos que el todavía cuerpo civil tiene desplegados en el país. En suma, para los integrantes de “Va por México” la solución no es la militarización, sino el fortalecimiento y empoderamiento de los cuerpos policiacos civiles que hoy en día, bajo la política de Morena, se encuentran prácticamente en el olvido.