/ viernes 8 de mayo de 2020

El amor de madre: un sentimiento incondicional e inquebrantable

Ya falta poco para el Día de la las Madres, fecha que le rinde homenaje a aquella mujer dedicada, esa persona especial que nos dio la vida y que estaría dispuesta a dar la suya por nosotros; de niños creemos que mamá todo lo puede, que no siente cansancio, que no sufre; esa imagen que guardamos de ella con el tiempo no coincide con la que vemos cuando pasan los años, entonces descubrimos que mamá también sufre, se cansa, está triste, no tiene fuerza, calla ocultando el dolor. Una mamá es aquel ser que con la caricia tierna de su mano cansada y el sana que sana colita de rana...todo cambia de color y el dolor desaparece, la tristeza se disuelve, la nostalgia se va y la alegría toma su lugar.

Una madre es mucho más que la persona que nos da la vida; una madre nos alberga en sus brazos cuando nos sentimos tristes o cansados, nos cuida, nos protege de todo mal, nos alienta cuanto pensamos que ya nada vale la pena.

La vemos como un héroe que sobrevive a grandes tragedias, llevándonos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la vida siempre del lado más bello, de niños no entendemos sus lágrimas; de adultos nos preocupan o no las comprendemos, así como nosotros necesitamos tantas veces de la protección de esos brazos fuertes, de la comprensión de nuestros gestos o de nuestros silencios, de nuestro dolor… ella también nos necesita, por eso debemos detenernos y observarla, abrazarla y hacer que sienta que estamos allí que nos importa, que es valiosa y de esta forma regresaremos a ella el más hermoso sentimiento que nos enseñó: el sentimiento que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el que nos hace luchar por nuestros sueños e ideales, pero por sobre todo nos enseña a dar sin pedir nada a cambio, una madre nos cuida, nos protege de todo mal, nos alienta cuanto pensamos que ya nada vale la pena, nos aconseja, aunque muchas veces no podamos hacer caso a lo que dice; nos llena el corazón con exceso de amor incondicional, una madre sufre a escondidas cuando hemos sido defraudados, pero sin embargo, se muestra fuerte y entera ante nuestros ojos, para ayudarnos a salir adelante, una madre se llena de orgullo cuando conseguimos triunfar en la vida y se enfurece cuando alguien intenta lastimarnos, es capaz de secarnos las lágrimas esbozando una sonrisa tranquilizante, mientras por dentro su alma llora desconsoladamente.

Quienes contamos todavía con su presencia démosle gracias al cielo por esta gran dicha; si tu madre ya no se encuentra a tu lado, honra su memoria siendo una buena persona, el papel de la maternidad es trascendente en la vida de todo ser humano, tanto para bien como para mal en el desarrollo físico como en el psíquico, intelectual, espiritual y moral.

Gracias Mamá (Margarita Ribota de Sánchez) por lo que me enseñaste y el amor que me inculcaste, porque cuando todo se ponía difícil ahí estabas tú a mi lado diciéndome que todo saldría bien, le doy gracias a Dios por la madre que me ha regalado, porque ella con su luz, me enseñó a ser lo que soy hoy día; mis logros son tus logros mamá.

Desde esta columna quiero felicitar a todas las mamás que leen esta columna semanal, en este día quiero saludar a todas aquellas mujeres que decidieron cambiar sus vidas por darle una a sus hijos; gracias por todos los sacrificios y esfuerzos que hicieron por nosotros, que tengan un lindo día queridas madres, (Sra. Juanita Muñiz Chaidez, Sra. Jaqueline Sánchez, Patty y Paola Ontiveros, Sra. Karen González, Doña Margarita Rodríguez Holguín, Sra. Rocio Moreno)

Ya falta poco para el Día de la las Madres, fecha que le rinde homenaje a aquella mujer dedicada, esa persona especial que nos dio la vida y que estaría dispuesta a dar la suya por nosotros; de niños creemos que mamá todo lo puede, que no siente cansancio, que no sufre; esa imagen que guardamos de ella con el tiempo no coincide con la que vemos cuando pasan los años, entonces descubrimos que mamá también sufre, se cansa, está triste, no tiene fuerza, calla ocultando el dolor. Una mamá es aquel ser que con la caricia tierna de su mano cansada y el sana que sana colita de rana...todo cambia de color y el dolor desaparece, la tristeza se disuelve, la nostalgia se va y la alegría toma su lugar.

Una madre es mucho más que la persona que nos da la vida; una madre nos alberga en sus brazos cuando nos sentimos tristes o cansados, nos cuida, nos protege de todo mal, nos alienta cuanto pensamos que ya nada vale la pena.

La vemos como un héroe que sobrevive a grandes tragedias, llevándonos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la vida siempre del lado más bello, de niños no entendemos sus lágrimas; de adultos nos preocupan o no las comprendemos, así como nosotros necesitamos tantas veces de la protección de esos brazos fuertes, de la comprensión de nuestros gestos o de nuestros silencios, de nuestro dolor… ella también nos necesita, por eso debemos detenernos y observarla, abrazarla y hacer que sienta que estamos allí que nos importa, que es valiosa y de esta forma regresaremos a ella el más hermoso sentimiento que nos enseñó: el sentimiento que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el que nos hace luchar por nuestros sueños e ideales, pero por sobre todo nos enseña a dar sin pedir nada a cambio, una madre nos cuida, nos protege de todo mal, nos alienta cuanto pensamos que ya nada vale la pena, nos aconseja, aunque muchas veces no podamos hacer caso a lo que dice; nos llena el corazón con exceso de amor incondicional, una madre sufre a escondidas cuando hemos sido defraudados, pero sin embargo, se muestra fuerte y entera ante nuestros ojos, para ayudarnos a salir adelante, una madre se llena de orgullo cuando conseguimos triunfar en la vida y se enfurece cuando alguien intenta lastimarnos, es capaz de secarnos las lágrimas esbozando una sonrisa tranquilizante, mientras por dentro su alma llora desconsoladamente.

Quienes contamos todavía con su presencia démosle gracias al cielo por esta gran dicha; si tu madre ya no se encuentra a tu lado, honra su memoria siendo una buena persona, el papel de la maternidad es trascendente en la vida de todo ser humano, tanto para bien como para mal en el desarrollo físico como en el psíquico, intelectual, espiritual y moral.

Gracias Mamá (Margarita Ribota de Sánchez) por lo que me enseñaste y el amor que me inculcaste, porque cuando todo se ponía difícil ahí estabas tú a mi lado diciéndome que todo saldría bien, le doy gracias a Dios por la madre que me ha regalado, porque ella con su luz, me enseñó a ser lo que soy hoy día; mis logros son tus logros mamá.

Desde esta columna quiero felicitar a todas las mamás que leen esta columna semanal, en este día quiero saludar a todas aquellas mujeres que decidieron cambiar sus vidas por darle una a sus hijos; gracias por todos los sacrificios y esfuerzos que hicieron por nosotros, que tengan un lindo día queridas madres, (Sra. Juanita Muñiz Chaidez, Sra. Jaqueline Sánchez, Patty y Paola Ontiveros, Sra. Karen González, Doña Margarita Rodríguez Holguín, Sra. Rocio Moreno)