/ lunes 7 de enero de 2019

El agua que mece el silencio

“(...) El tema del libro se desarrolla en Líbano, durante la guerra contra Israel. Esa guerra o invasión, como muchos expertos le llaman, sucedió en el 2006, y desde el primer día, todos los aeropuertos, carreteras y puertos libaneses fueron bombardeados paralizando al país entero.

Mi hija había estado allí tan sólo dos días antes. La noción de que la guerra nos hubiera podido tocar tan de cerca me creó una suerte de empacho emocional que, desembocó en esta obra. Cuando leía las columnas de Carlos Montemayor hace algunos años, jamás imaginé que, como novela, existirían tantas coincidencias, y tampoco sospeche que en un futuro no muy lejano, el destino nos iba a unir de esta manera. Como él, siento a la literatura como una forma de apropiarse del mundo, la forma de crear arte, y al mismo tiempo ser contestatario. Para mí, la literatura es un espacio de profunda libertad cuando se ejerce honestamente, permitiendo mostrar las expresiones del espíritu, es decir, todas esas imágenes internas que fungen como motor del mundo ( ... ) Así fue como nació “El agua que mece el silencio”, de una sola imagen provocada por el terror de saber que mi hija pudo haber acabado atrapada en esa guerra ( ... ) ¿Cómo habría vivido la guerra siendo una niña, y estando sola al otro lado del mundo? ¿Cómo percibieron los niños de Líbano esta agresión bélica? ¿Y sus padres? ¿Cómo la perciben ahora los niños Sirios? ¿Por qué el silencio de la comunidad internacional se vuelve tan estruendoso ante estas injusticias? ( ... ) ¿Que puede hacer uno desde la literatura, desde la desesperanza e impotencia que significan las agresiones diarias en Medio Oriente, en Europa; entre Estados Unidos y México? Nombrar, levantar la voz, evitar el silencio, educarnos, educar a los nuestros, promover conciencia en todo momento y a todas horas. No soy una ilusa, sé que la violencia le es inherente al ser humano, y por ello, es difícil erradicar. Sé, que unas palabras impresas en papel, aparentemente no pueden hacer demasiado; pero si algo nos puede hacer daño es la pasividad y el silencio. Carlos Montemayor jamás calló, y su voz se sigue escuchando en todo momento (...) Conocí a Carlos por sus libros, por sus colaboraciones, por sus entrevistas, por su robusta participación en la vida cultural de nuestro país; Tiene voz y palabra para hacerse escuchar, es ejemplo para todos nosotros, ahora sigamos sus pasos. Por eso, es un honor recibir un reconocimiento que lleva su nombre.”

Nos levantamos al mismo tiempo para ovacionar de pie a Rose Mary Salum, por tan emotivo discurso de reflexión y agradecimiento; ganadora del Premio Interamericano de Literatura en su sexta edición; a quién agradecemos profunda y sinceramente su amistad, y también, habernos concedido su discurso en texto como primicia para esta columna - Tiempos & Espacios – del presente matutino. Le auguramos más éxitos en sus próximos proyectos, Maestra. ENHORABUENA. Así mismo agradecemos infinitamente a todos y cada uno de ustedes que hacen posible este tipo de eventos, y por su valiosa asistencia. A los amigos y familia del Maestro Carlos Montemayor, especialmente, a Victoria, Señora Susana, Pablo Espinosa, Enrique Servín, Ing. Mundo Chacón, Lic. Jesús Quiñones Jasso, don Toño Valdés, entre otros. De la misma manera a Iván Carlos Hernández,Renée Acosta, y Jessica Anaid Hernández -Poetas-. Lic. E. Guadalupe Martínez Bernal. A Yukari Morales (“Catástrofe”, de cariño), Al Lic. Martín Márquez, a los conferencistas y ponentes; Alexandro Guerrero (¡Excelente, Maestro!) y, Sergio Pérez Torres. A participantes y concertistas. Y en marco de esas jornadas culturales admirar la labor titánica del Escritor reconocido internacionalmente, poeta, maestro, paisano, vecino en nuestra niñez, e incondicional amigo radicado en la megalópolis, Federico Corral Vallejo organizador año con año del Encuentro de “Escritores Parralenses”. Un abrazo. Igual nuestro felicitciones a Gerardo Cárdenas, Eduardo Laphond, Nelson Solorio, Cuquis Sandoval, Anaid, George Sandoval, Raúl Méndez. Fue un placer haber participado a su lado “Poetas Malditos”. Nos vemos en la próxima edición con el favor del Creador. Un abrazo, familia. ¡Feliz Año!

“(...) El tema del libro se desarrolla en Líbano, durante la guerra contra Israel. Esa guerra o invasión, como muchos expertos le llaman, sucedió en el 2006, y desde el primer día, todos los aeropuertos, carreteras y puertos libaneses fueron bombardeados paralizando al país entero.

Mi hija había estado allí tan sólo dos días antes. La noción de que la guerra nos hubiera podido tocar tan de cerca me creó una suerte de empacho emocional que, desembocó en esta obra. Cuando leía las columnas de Carlos Montemayor hace algunos años, jamás imaginé que, como novela, existirían tantas coincidencias, y tampoco sospeche que en un futuro no muy lejano, el destino nos iba a unir de esta manera. Como él, siento a la literatura como una forma de apropiarse del mundo, la forma de crear arte, y al mismo tiempo ser contestatario. Para mí, la literatura es un espacio de profunda libertad cuando se ejerce honestamente, permitiendo mostrar las expresiones del espíritu, es decir, todas esas imágenes internas que fungen como motor del mundo ( ... ) Así fue como nació “El agua que mece el silencio”, de una sola imagen provocada por el terror de saber que mi hija pudo haber acabado atrapada en esa guerra ( ... ) ¿Cómo habría vivido la guerra siendo una niña, y estando sola al otro lado del mundo? ¿Cómo percibieron los niños de Líbano esta agresión bélica? ¿Y sus padres? ¿Cómo la perciben ahora los niños Sirios? ¿Por qué el silencio de la comunidad internacional se vuelve tan estruendoso ante estas injusticias? ( ... ) ¿Que puede hacer uno desde la literatura, desde la desesperanza e impotencia que significan las agresiones diarias en Medio Oriente, en Europa; entre Estados Unidos y México? Nombrar, levantar la voz, evitar el silencio, educarnos, educar a los nuestros, promover conciencia en todo momento y a todas horas. No soy una ilusa, sé que la violencia le es inherente al ser humano, y por ello, es difícil erradicar. Sé, que unas palabras impresas en papel, aparentemente no pueden hacer demasiado; pero si algo nos puede hacer daño es la pasividad y el silencio. Carlos Montemayor jamás calló, y su voz se sigue escuchando en todo momento (...) Conocí a Carlos por sus libros, por sus colaboraciones, por sus entrevistas, por su robusta participación en la vida cultural de nuestro país; Tiene voz y palabra para hacerse escuchar, es ejemplo para todos nosotros, ahora sigamos sus pasos. Por eso, es un honor recibir un reconocimiento que lleva su nombre.”

Nos levantamos al mismo tiempo para ovacionar de pie a Rose Mary Salum, por tan emotivo discurso de reflexión y agradecimiento; ganadora del Premio Interamericano de Literatura en su sexta edición; a quién agradecemos profunda y sinceramente su amistad, y también, habernos concedido su discurso en texto como primicia para esta columna - Tiempos & Espacios – del presente matutino. Le auguramos más éxitos en sus próximos proyectos, Maestra. ENHORABUENA. Así mismo agradecemos infinitamente a todos y cada uno de ustedes que hacen posible este tipo de eventos, y por su valiosa asistencia. A los amigos y familia del Maestro Carlos Montemayor, especialmente, a Victoria, Señora Susana, Pablo Espinosa, Enrique Servín, Ing. Mundo Chacón, Lic. Jesús Quiñones Jasso, don Toño Valdés, entre otros. De la misma manera a Iván Carlos Hernández,Renée Acosta, y Jessica Anaid Hernández -Poetas-. Lic. E. Guadalupe Martínez Bernal. A Yukari Morales (“Catástrofe”, de cariño), Al Lic. Martín Márquez, a los conferencistas y ponentes; Alexandro Guerrero (¡Excelente, Maestro!) y, Sergio Pérez Torres. A participantes y concertistas. Y en marco de esas jornadas culturales admirar la labor titánica del Escritor reconocido internacionalmente, poeta, maestro, paisano, vecino en nuestra niñez, e incondicional amigo radicado en la megalópolis, Federico Corral Vallejo organizador año con año del Encuentro de “Escritores Parralenses”. Un abrazo. Igual nuestro felicitciones a Gerardo Cárdenas, Eduardo Laphond, Nelson Solorio, Cuquis Sandoval, Anaid, George Sandoval, Raúl Méndez. Fue un placer haber participado a su lado “Poetas Malditos”. Nos vemos en la próxima edición con el favor del Creador. Un abrazo, familia. ¡Feliz Año!