/ sábado 23 de noviembre de 2019

Dios siempre ha estado presente

Casi todos los días escuchamos las noticias de niños que pierden la vida, o de madres que abortan o simplemente los dejan abandonados como algo en cualquier lugar. Niños que quizás no eran deseados por sus padres en ese momento y que no tenían la culpa de haber nacido. Niños indefensos dependiendo de un milagro y de la misericordia de Dios para poder sobrevivir, Inclusive, algunos luchando por sobre vivir desde el vientre de su madre. Vientres que fue creado para dar vida, sean han convertido en el sepulcro de muchos, pues leemos con profunda tristeza y dolor noticias despenalizando el aborto.

Muchos niños se convierten en víctimas de sus propios padres. Padres que los maldicen, le dicen que su nacimiento fue un error, que nunca debieron nacer y que no sirven para nada. Lamentablemente esos niños y niñas crecen con una autoestima muy baja, llenos de complejo de inferioridad, sintiéndose inseguros de sí mismo y heridos emocionalmente. Niños y niñas que sufren por la ausencia de los padres. Y durante la ausencia de los padres, esos niños muchas veces son abusados, en muchos casos, por quienes debieron darles alguna educación. Niños maltratados, heridos emocionalmente y físicamente, y crecen con un profundo vacío dentro de ellos. Niños que luego son adultos, y que no encuentran un significado a su vida, y se lamentan todos los días preguntándose: ¿para que nací? Culpan a Dios y a todos de su dolor y sus fracasos. ¿Cual es la causa? Es porque no saben qué hacer ni adonde ir con su dolor para ser sanados y encontrar una razón a para vivir. Y que muy dentro de su ser solo desean un poco de afecto y esperanza, y al no encontrarlo en su hogar, en más de una ocasión se van a la calle a buscar ese afecto en los lugares equivocados, en los brazos equivocados, con las personas equivocadas y, muy lamentablemente, muchas veces la solución más fácil que encuentran es el suicidio. Muchos de ellos que logran “sobre vivir” después siendo adultos les es muy difícil poder llevar una vida normal y mantener una familia estable.

Lamentablemente hay gente que no puede olvidar los maltratados que recibieron. Maltratos verbales, emociónales y físicos. Aun hay muchos llorando y preguntándose ¿Por qué me ha tocado vivir todo eso? quizás usted sea una de las personas que a diario se hacen esta pregunta.
Pero, permítame decirle que aunque sus padres no le hayan querido. Aunque no le hayan deseado. O quizás ha sido maltratado, siempre a existido alguien que, desde antes que naciera, ya pensaba en usted. Estando en el vientre de su madre, le guardo no importando la debilidad de su cuerpo. Isaías 49:1 dice: “…Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria”

A la luz de este versículo, siempre hubo alguien que estuvo con usted y nunca le abandono, porque el pensaba en los propósitos por el cual le formo en el vientre. Ese alguien es el Dios eterno y amoroso que le dice “con amor eterno te he amado…” (Jer. 31:3)

Quizás sea una persona joven, o tal vez ya formó una familia, o se encuentra con una edad avanzada, pero que posiblemente aun siente dolor por lo mucho que sufrió, y el pasado doloroso le sigue persiguiendo como si fuera un fantasma. Pero Así le dice el Señor, su hacedor, el cual le formo desde el vientre y le ayudara, que, “Él viene a sanar a los quebrantados de corazón…” (Lucas 4:18).

Permítale estimado lector, este día, a Nuestro Salvador Jesucristo, sanar cualquier herida del pasado o del presente que este lastimando su vida. El sabe cuanto le han dolido esos golpes que ha recibido. Crea que la última palabra en su vida no las tienen las circunstancias difíciles por las cuales ha pasando. La última palabra en su vida la tiene Dios. Él nos dice por medio de su palabra: “Clama a mi que yo te responderé" (Jerias 33:3)

Por favor crea que ha llegado el momento de levantarse en el nombre de Jesús y de sacudir el polvo del dolor y el sufrimiento, y de proclamar victoria en su vida en el nombre de Jesús. Dios no le fallara. No huya de Él. ¿A donde podemos escondernos de la presencia de Dios?, simplemente, no hay lugar. Permítame decirle, con mucho respeto, que esas pruebas y sufrimientos que Dios permite muchas veces en la vida, las usa para moldearnos el carácter, y fortalecer las emociones. Las usa para quitarnos aquellas cosas que El no ha plantado en nuestra vida, y pone aquellas cosas que nos hacen falta. Todo con el fin de cumplir su propósito. Solo deje todo en las manos de Dios, y confíe que Él hará lo mejor para usted, no permitan que el pasado destruya su presente, ni arruine su futuro. Confíe en Dios, y el hará lo necesario.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un vaya al cielo.

Casa de Oración Pacto de Paz

Casi todos los días escuchamos las noticias de niños que pierden la vida, o de madres que abortan o simplemente los dejan abandonados como algo en cualquier lugar. Niños que quizás no eran deseados por sus padres en ese momento y que no tenían la culpa de haber nacido. Niños indefensos dependiendo de un milagro y de la misericordia de Dios para poder sobrevivir, Inclusive, algunos luchando por sobre vivir desde el vientre de su madre. Vientres que fue creado para dar vida, sean han convertido en el sepulcro de muchos, pues leemos con profunda tristeza y dolor noticias despenalizando el aborto.

Muchos niños se convierten en víctimas de sus propios padres. Padres que los maldicen, le dicen que su nacimiento fue un error, que nunca debieron nacer y que no sirven para nada. Lamentablemente esos niños y niñas crecen con una autoestima muy baja, llenos de complejo de inferioridad, sintiéndose inseguros de sí mismo y heridos emocionalmente. Niños y niñas que sufren por la ausencia de los padres. Y durante la ausencia de los padres, esos niños muchas veces son abusados, en muchos casos, por quienes debieron darles alguna educación. Niños maltratados, heridos emocionalmente y físicamente, y crecen con un profundo vacío dentro de ellos. Niños que luego son adultos, y que no encuentran un significado a su vida, y se lamentan todos los días preguntándose: ¿para que nací? Culpan a Dios y a todos de su dolor y sus fracasos. ¿Cual es la causa? Es porque no saben qué hacer ni adonde ir con su dolor para ser sanados y encontrar una razón a para vivir. Y que muy dentro de su ser solo desean un poco de afecto y esperanza, y al no encontrarlo en su hogar, en más de una ocasión se van a la calle a buscar ese afecto en los lugares equivocados, en los brazos equivocados, con las personas equivocadas y, muy lamentablemente, muchas veces la solución más fácil que encuentran es el suicidio. Muchos de ellos que logran “sobre vivir” después siendo adultos les es muy difícil poder llevar una vida normal y mantener una familia estable.

Lamentablemente hay gente que no puede olvidar los maltratados que recibieron. Maltratos verbales, emociónales y físicos. Aun hay muchos llorando y preguntándose ¿Por qué me ha tocado vivir todo eso? quizás usted sea una de las personas que a diario se hacen esta pregunta.
Pero, permítame decirle que aunque sus padres no le hayan querido. Aunque no le hayan deseado. O quizás ha sido maltratado, siempre a existido alguien que, desde antes que naciera, ya pensaba en usted. Estando en el vientre de su madre, le guardo no importando la debilidad de su cuerpo. Isaías 49:1 dice: “…Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria”

A la luz de este versículo, siempre hubo alguien que estuvo con usted y nunca le abandono, porque el pensaba en los propósitos por el cual le formo en el vientre. Ese alguien es el Dios eterno y amoroso que le dice “con amor eterno te he amado…” (Jer. 31:3)

Quizás sea una persona joven, o tal vez ya formó una familia, o se encuentra con una edad avanzada, pero que posiblemente aun siente dolor por lo mucho que sufrió, y el pasado doloroso le sigue persiguiendo como si fuera un fantasma. Pero Así le dice el Señor, su hacedor, el cual le formo desde el vientre y le ayudara, que, “Él viene a sanar a los quebrantados de corazón…” (Lucas 4:18).

Permítale estimado lector, este día, a Nuestro Salvador Jesucristo, sanar cualquier herida del pasado o del presente que este lastimando su vida. El sabe cuanto le han dolido esos golpes que ha recibido. Crea que la última palabra en su vida no las tienen las circunstancias difíciles por las cuales ha pasando. La última palabra en su vida la tiene Dios. Él nos dice por medio de su palabra: “Clama a mi que yo te responderé" (Jerias 33:3)

Por favor crea que ha llegado el momento de levantarse en el nombre de Jesús y de sacudir el polvo del dolor y el sufrimiento, y de proclamar victoria en su vida en el nombre de Jesús. Dios no le fallara. No huya de Él. ¿A donde podemos escondernos de la presencia de Dios?, simplemente, no hay lugar. Permítame decirle, con mucho respeto, que esas pruebas y sufrimientos que Dios permite muchas veces en la vida, las usa para moldearnos el carácter, y fortalecer las emociones. Las usa para quitarnos aquellas cosas que El no ha plantado en nuestra vida, y pone aquellas cosas que nos hacen falta. Todo con el fin de cumplir su propósito. Solo deje todo en las manos de Dios, y confíe que Él hará lo mejor para usted, no permitan que el pasado destruya su presente, ni arruine su futuro. Confíe en Dios, y el hará lo necesario.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un vaya al cielo.

Casa de Oración Pacto de Paz