/ miércoles 27 de noviembre de 2019

Día Naranja

El pasado 25 de noviembre conmemoramos el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, diversas actividades se programan en los diferentes espacios públicos, privados y hasta familiares, con el objetivo de hacer conciencia en todas y cada una de las personas, para eliminar este grave problema que tienen sus orígenes desde tiempos inmemoriales y que aun en pleno siglo XXI, sigue lastimando de muy diversas formas la dignidad y la integridad de las mujeres.

Escuchar los testimonios de diversas mujeres, en el cual describen de manera detallada la forma, los métodos, los espacios y la barbarie, con la que han sido violentadas a través del tiempo, hace que se forme un nudo en la garganta, las emociones experimentan un contra sentido y la reflexión necesariamente se hace presente, y es justamente lo que se busca con este tipo de conmemoraciones como el llamado “Día Naranja”.

Pero la simple reflexión puede convertirse en un espacio vacío y nada más, es la acción la que lleva a un cambio, durante siglos el hombre no solo ha tratado de conquistar el mundo en cada una de sus aristas, su espíritu de macho conquistador lo ha llevado a cometer graves equivocaciones como someter a la mujer a sus deseos y a sus dominios, tomándola como un objeto más, que está a su servicio y a su disposición, ignorando por completo que la mujer es tan igual y tan diferente como las circunstancias lo ameriten.

La mujer ha tenido que luchar en circunstancias muy desiguales; su inteligencia, su capacidad, su dignidad y sus propias condiciones, han sido denostadas por los constructos sociales creados por el hombre, por tradición y por otras causas han sido etiquetadas con roles específicos, los cuales han limitado drásticamente su campo de acción, su desarrollo y su autorrealización.

Las leyes, las normas y los reglamentos suelen estar cargados de buenas intenciones, por lo general escritos por el hombre, la mujer ha tenido que luchar muy intensamente para que su voz y su palabra sean incluidos en esos textos y en el cumplimiento de los mismos, la lucha no ha sido sencilla, afortunadamente se ha logrado tener avances significativos, ahora es posible escuchar y leer términos como la paridad de género, entre otros, sin embargo los esfuerzos no son suficientes aun.

La realidad nos presenta todos los días diversos escenarios que nos estremecen, la mujer sigue siendo violentada de diferentes formas; asesinada por su simple condición de ser mujer, violada, humillada, denostada, acosada, golpeada, insultada, sometida y tantas formas más de violencia, sin embargo, detrás de la cortina en la que se mueve esta agitada sociedad, se suele esconder esta desgarradora realidad.

Es por ello que este “Día Naranja” debe servir para hacer un análisis profundo, que nos permita fortalecer aquellos esfuerzos que han sido positivos y cambiar aquellas malas prácticas que continuamos realizando para violentar a la mujer, es necesario que todos aportemos nuestro esfuerzo y capacidad para lograr en este sentido una sociedad más horizontal, que nos lleve a mejores estadios de vida, teniendo como premisa insoslayable que todos como seres humanos somos iguales. Después de todo ¿quién le dijo al hombre que era superior?, ¿quién le dijo a la mujer que era inferior?, la única realidad es que simplemente somos diferentes como personas en ideas, pero siempre iguales en dignidad.

Se eligió el color NARANJA porque “este color representa el futuro brillante y optimista libre de violencia contra las mujeres y niñas. ¡Que la mujer no deje de alzar la voz y que el hombre escuche y entienda que no tiene ningún derecho a ejercer violencia sobre la mujer!

leon7dg@hotmail.com

El pasado 25 de noviembre conmemoramos el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, diversas actividades se programan en los diferentes espacios públicos, privados y hasta familiares, con el objetivo de hacer conciencia en todas y cada una de las personas, para eliminar este grave problema que tienen sus orígenes desde tiempos inmemoriales y que aun en pleno siglo XXI, sigue lastimando de muy diversas formas la dignidad y la integridad de las mujeres.

Escuchar los testimonios de diversas mujeres, en el cual describen de manera detallada la forma, los métodos, los espacios y la barbarie, con la que han sido violentadas a través del tiempo, hace que se forme un nudo en la garganta, las emociones experimentan un contra sentido y la reflexión necesariamente se hace presente, y es justamente lo que se busca con este tipo de conmemoraciones como el llamado “Día Naranja”.

Pero la simple reflexión puede convertirse en un espacio vacío y nada más, es la acción la que lleva a un cambio, durante siglos el hombre no solo ha tratado de conquistar el mundo en cada una de sus aristas, su espíritu de macho conquistador lo ha llevado a cometer graves equivocaciones como someter a la mujer a sus deseos y a sus dominios, tomándola como un objeto más, que está a su servicio y a su disposición, ignorando por completo que la mujer es tan igual y tan diferente como las circunstancias lo ameriten.

La mujer ha tenido que luchar en circunstancias muy desiguales; su inteligencia, su capacidad, su dignidad y sus propias condiciones, han sido denostadas por los constructos sociales creados por el hombre, por tradición y por otras causas han sido etiquetadas con roles específicos, los cuales han limitado drásticamente su campo de acción, su desarrollo y su autorrealización.

Las leyes, las normas y los reglamentos suelen estar cargados de buenas intenciones, por lo general escritos por el hombre, la mujer ha tenido que luchar muy intensamente para que su voz y su palabra sean incluidos en esos textos y en el cumplimiento de los mismos, la lucha no ha sido sencilla, afortunadamente se ha logrado tener avances significativos, ahora es posible escuchar y leer términos como la paridad de género, entre otros, sin embargo los esfuerzos no son suficientes aun.

La realidad nos presenta todos los días diversos escenarios que nos estremecen, la mujer sigue siendo violentada de diferentes formas; asesinada por su simple condición de ser mujer, violada, humillada, denostada, acosada, golpeada, insultada, sometida y tantas formas más de violencia, sin embargo, detrás de la cortina en la que se mueve esta agitada sociedad, se suele esconder esta desgarradora realidad.

Es por ello que este “Día Naranja” debe servir para hacer un análisis profundo, que nos permita fortalecer aquellos esfuerzos que han sido positivos y cambiar aquellas malas prácticas que continuamos realizando para violentar a la mujer, es necesario que todos aportemos nuestro esfuerzo y capacidad para lograr en este sentido una sociedad más horizontal, que nos lleve a mejores estadios de vida, teniendo como premisa insoslayable que todos como seres humanos somos iguales. Después de todo ¿quién le dijo al hombre que era superior?, ¿quién le dijo a la mujer que era inferior?, la única realidad es que simplemente somos diferentes como personas en ideas, pero siempre iguales en dignidad.

Se eligió el color NARANJA porque “este color representa el futuro brillante y optimista libre de violencia contra las mujeres y niñas. ¡Que la mujer no deje de alzar la voz y que el hombre escuche y entienda que no tiene ningún derecho a ejercer violencia sobre la mujer!

leon7dg@hotmail.com