/ jueves 27 de diciembre de 2018

Despidámonos de este año y agradezcamos por todo lo sucedido

Este año termina y uno nuevo comienza. Como siempre, los buenos deseos abundan pero al igual que en el cumpleaños, yo sugiero que se use ese día final del año para analizar nuestra vida en este último año. Probablemente recordemos, aunque sea vagamente, los deseos o intenciones que tuvimos el año pasado en el día último… ¿los cumpliste?, Si es así, ¡Felicidades!.

Si no, ¿pues qué pasó?, analízalo, piénsalo, es necesario porque año con año la vida pasa y si algo queremos hacer hay que hacerlo ahora, cada año que cierra en nuestras vidas es una excelente oportunidad para decir gracias, independientemente de cómo cataloguemos que ha sido el año transcurrido, siempre podremos encontrar infinitos motivos para agradecer, el primero de ellos es que estamos aquí, estamos vivos, sin importar la forma, sin importar qué tan duro haya sido, podemos tomar un respiro y decir sinceramente: ¡Gracias!, por las personas que de una u otra forma nos ayudaron y apoyaron en el transcurrir de este tiempo, gracias por las oportunidades que tomamos y por aquellas que dejamos pasar, gracias por esos seres que amamos y, aún cuando hayan decidido partir, siguen ocupando un lugar importante en nuestros corazones, gracias por la fuente de ingresos que nos permite mantenernos, gracias por los atardeceres que contienen la magia y la magnificencia de una obra perfecta, demos gracias por nuestros fracasos, que a través de ellos pudimos tomar la experiencia y tenemos la posibilidad de no volver a repetir alguna situación, esos que nos fortalecieron y nos ayudaron a crecer, esos que nos sacaron lágrimas y casi nos hacen doblegarnos, son los mismos por los que nos paramos más firmes hoy frente a la vida, todo es transitorio, tanto las cosas que consideramos buenas como las que no, y entender esto nos permite ver nuestra vida misma a través del cristal de la aceptación, que no tiene que ver con resignación, sino más bien con el hecho de hacernos conscientes de que las cosas son sencillamente como son, que podemos encontrar la paz en cualquier momento, independientemente de lo que nos ocurra, vivir las experiencias desde el amor y la disposición al crecimiento, sin resistirnos, fluyendo con la experiencia, demos gracias por nuestros éxitos, que van desde el reconocimiento de querer una vida más plena y contemplan un número infinito de posibilidades, abarcando todo lo que para cada uno de nosotros puede ser un éxito.

Muchas veces no sabemos reconocerlos o los consideramos muy pequeños, pero cada uno de nosotros tiene una vida llena de retos, de oportunidades, de obstáculos, por grandes o pequeños que parezcan, son nuestras batallas y salir airosos de ellas es un éxito. Inclusive algunas veces, lo que consideramos pérdidas en nuestras vidas, resultan las mayores de nuestras ganancias, mantener la palabra gracias, el sentimiento de gratitud en nuestra vida nos permitirá vivir en el presente, nos cargará de buenas energías, nadie puede dar gracias sinceras y sentirse mal al mismo tiempo, demos gracias por este año que cierra, por la oportunidad de crecer, de cambiar, de mejorar o de mantenernos como venimos estando, pero sobre todo por la oportunidad de vivirlo, que el año entrante podamos ver la magia de la vida a cada instante, que nuestro corazón esté abierto a las cosas bellas.

Deseo un feliz año a todos nuestros lectores que culminen este año con la satisfacción del deber cumplido. La vida no es algo que debamos descifrar, ni siquiera es algo que debamos entender, la vida nos ha sido dada como un regalo para vivirla, para aceptarla, para amarla, esta experiencia nos brinda la oportunidad de crecer en nuestro camino y de brindar amor; inaugura el año haciendo algo espectacular ,piensa en algo pequeño que te de miedo hacer y hazlo, aunque sea algo pequeño en apariencia, pero mientras para hacerlo hayas vencido un miedo te sentirás de maravilla, verás que eres capaz de eso y querrás hacer más.

Este año termina y uno nuevo comienza. Como siempre, los buenos deseos abundan pero al igual que en el cumpleaños, yo sugiero que se use ese día final del año para analizar nuestra vida en este último año. Probablemente recordemos, aunque sea vagamente, los deseos o intenciones que tuvimos el año pasado en el día último… ¿los cumpliste?, Si es así, ¡Felicidades!.

Si no, ¿pues qué pasó?, analízalo, piénsalo, es necesario porque año con año la vida pasa y si algo queremos hacer hay que hacerlo ahora, cada año que cierra en nuestras vidas es una excelente oportunidad para decir gracias, independientemente de cómo cataloguemos que ha sido el año transcurrido, siempre podremos encontrar infinitos motivos para agradecer, el primero de ellos es que estamos aquí, estamos vivos, sin importar la forma, sin importar qué tan duro haya sido, podemos tomar un respiro y decir sinceramente: ¡Gracias!, por las personas que de una u otra forma nos ayudaron y apoyaron en el transcurrir de este tiempo, gracias por las oportunidades que tomamos y por aquellas que dejamos pasar, gracias por esos seres que amamos y, aún cuando hayan decidido partir, siguen ocupando un lugar importante en nuestros corazones, gracias por la fuente de ingresos que nos permite mantenernos, gracias por los atardeceres que contienen la magia y la magnificencia de una obra perfecta, demos gracias por nuestros fracasos, que a través de ellos pudimos tomar la experiencia y tenemos la posibilidad de no volver a repetir alguna situación, esos que nos fortalecieron y nos ayudaron a crecer, esos que nos sacaron lágrimas y casi nos hacen doblegarnos, son los mismos por los que nos paramos más firmes hoy frente a la vida, todo es transitorio, tanto las cosas que consideramos buenas como las que no, y entender esto nos permite ver nuestra vida misma a través del cristal de la aceptación, que no tiene que ver con resignación, sino más bien con el hecho de hacernos conscientes de que las cosas son sencillamente como son, que podemos encontrar la paz en cualquier momento, independientemente de lo que nos ocurra, vivir las experiencias desde el amor y la disposición al crecimiento, sin resistirnos, fluyendo con la experiencia, demos gracias por nuestros éxitos, que van desde el reconocimiento de querer una vida más plena y contemplan un número infinito de posibilidades, abarcando todo lo que para cada uno de nosotros puede ser un éxito.

Muchas veces no sabemos reconocerlos o los consideramos muy pequeños, pero cada uno de nosotros tiene una vida llena de retos, de oportunidades, de obstáculos, por grandes o pequeños que parezcan, son nuestras batallas y salir airosos de ellas es un éxito. Inclusive algunas veces, lo que consideramos pérdidas en nuestras vidas, resultan las mayores de nuestras ganancias, mantener la palabra gracias, el sentimiento de gratitud en nuestra vida nos permitirá vivir en el presente, nos cargará de buenas energías, nadie puede dar gracias sinceras y sentirse mal al mismo tiempo, demos gracias por este año que cierra, por la oportunidad de crecer, de cambiar, de mejorar o de mantenernos como venimos estando, pero sobre todo por la oportunidad de vivirlo, que el año entrante podamos ver la magia de la vida a cada instante, que nuestro corazón esté abierto a las cosas bellas.

Deseo un feliz año a todos nuestros lectores que culminen este año con la satisfacción del deber cumplido. La vida no es algo que debamos descifrar, ni siquiera es algo que debamos entender, la vida nos ha sido dada como un regalo para vivirla, para aceptarla, para amarla, esta experiencia nos brinda la oportunidad de crecer en nuestro camino y de brindar amor; inaugura el año haciendo algo espectacular ,piensa en algo pequeño que te de miedo hacer y hazlo, aunque sea algo pequeño en apariencia, pero mientras para hacerlo hayas vencido un miedo te sentirás de maravilla, verás que eres capaz de eso y querrás hacer más.