/ domingo 31 de octubre de 2021

Desde la capital | Sólo peje, no lagarto (II)

Continúa Alejandro Páez con su “ESPESO CALDO”. Lo ven como al peladito; habla mal español; usa zapatos empolvados y sacos mal cortados; es flojo, distraído en tonterías y “cero hit” le llaman. Uno de ellos escribió: “Hoy tendré un día a lo Obrador, no haré nada, hablaré de deportes, tomaré varias siestas y subiré a redes mis fotos comiendo. La risa, los comentarios, los aplausos; pero ese alguien se pierde en su propia fantasía y con ella los demás. La mayoría ya sabe que AMLO no descansa ni sábados ni domingos; trabaja de 14 a 16 horas diarias. Es ávido lector y ha escrito una veintena de libros; come donde le da hambre, casi siempre en fondas como tanto mexicano. No cuida su vestido y de loco tiene lo que Yo de astronauta.

El menos precio llega a los adjetivos y estos van cargándose de odio; el odio es bola de nieve insaciable. Le das de comer, rueda y pide más; entonces “Lily Téllez es ejemplo; le llamó violador serial y demostró ante sus seguidores en redes que, si pudiera lo tomaría y le abriría en canal frente a esa multitud enardecida que le habla, le grita y aplaude; más Lily, más. Pero ese odio no cambia la realidad. Jesús Sambrano se degradó a si mismo con tal de agradar a los que como él, menosprecian al Señor López; compara el rose imprudente entre alcaldes electos y policía con el “halconaso”; matanza de estudiantes, no importa que pase por encima de cuerpos de jóvenes reprimidos, cuyo legado juraba defender. Y lo hace para enardecer a la multitud enardecida que le aplaude y le dice: “más chucho, más. Eres el mejor, y no lo es y ese odio no cambia la realidad, no hace ver menos al Señor López; tampoco prueba que es un dictador. Descalifican día y noche sus obras. Así pasó con los segundos pisos. Luego los beneficiarios corrieron sus autos por la súper vía y lo olvidaron. Pero ganó el menos precio, como les gana ahora. Y al presidente que ven con el paño del odio, no lo ven las mayorías y mucho menos sirve para armar estrategias; porque no les hacen clic; no les funcionan.

No quieren respuestas, apuestan a ver quien genera el odio más profundo y el comentario más ofensivo, nada más. Claramente, los niveles de López Obrador no los esperaban los que más le odian. Independientemente de que ese brinco al primer lugar en el mes 34 de su gobierno, uno se pregunta, porqué si ahora están todos unidos contra AMLO, no logran bajarlo de la escalera. La respuesta abreviada es, el menosprecio, los adjetivos ingeniosos son aplaudidos que no cambian la realidad, ¿Cuál? Bueno, es su tarea buscarla y hallarla. Perdieron la realidad en el espeso caldo del odio que cocinan desde hace años; sin darse cuenta que, para probar que tan sucio es el caldo, le van dando tragos cada vez más largos.

(Aquí emiten el mismo odio: Viernes 18: la vagoneta VW gris ELJ-96-57 cruzó sin alto preventivo. Se detuvo en la 6ª. En mi bici subí la calle. Bajé por media calle; el gordo, cubre-boca azul, gorra guinda, parado junto a la puerta abierta de la vagoneta me observa de reojo. Ellos, toman desde su perspectiva; arman sus vídeos que ni con aliados valdrán).

Julio Morales Quiñones | Jubilado de Telecom / Activista Social

Continúa Alejandro Páez con su “ESPESO CALDO”. Lo ven como al peladito; habla mal español; usa zapatos empolvados y sacos mal cortados; es flojo, distraído en tonterías y “cero hit” le llaman. Uno de ellos escribió: “Hoy tendré un día a lo Obrador, no haré nada, hablaré de deportes, tomaré varias siestas y subiré a redes mis fotos comiendo. La risa, los comentarios, los aplausos; pero ese alguien se pierde en su propia fantasía y con ella los demás. La mayoría ya sabe que AMLO no descansa ni sábados ni domingos; trabaja de 14 a 16 horas diarias. Es ávido lector y ha escrito una veintena de libros; come donde le da hambre, casi siempre en fondas como tanto mexicano. No cuida su vestido y de loco tiene lo que Yo de astronauta.

El menos precio llega a los adjetivos y estos van cargándose de odio; el odio es bola de nieve insaciable. Le das de comer, rueda y pide más; entonces “Lily Téllez es ejemplo; le llamó violador serial y demostró ante sus seguidores en redes que, si pudiera lo tomaría y le abriría en canal frente a esa multitud enardecida que le habla, le grita y aplaude; más Lily, más. Pero ese odio no cambia la realidad. Jesús Sambrano se degradó a si mismo con tal de agradar a los que como él, menosprecian al Señor López; compara el rose imprudente entre alcaldes electos y policía con el “halconaso”; matanza de estudiantes, no importa que pase por encima de cuerpos de jóvenes reprimidos, cuyo legado juraba defender. Y lo hace para enardecer a la multitud enardecida que le aplaude y le dice: “más chucho, más. Eres el mejor, y no lo es y ese odio no cambia la realidad, no hace ver menos al Señor López; tampoco prueba que es un dictador. Descalifican día y noche sus obras. Así pasó con los segundos pisos. Luego los beneficiarios corrieron sus autos por la súper vía y lo olvidaron. Pero ganó el menos precio, como les gana ahora. Y al presidente que ven con el paño del odio, no lo ven las mayorías y mucho menos sirve para armar estrategias; porque no les hacen clic; no les funcionan.

No quieren respuestas, apuestan a ver quien genera el odio más profundo y el comentario más ofensivo, nada más. Claramente, los niveles de López Obrador no los esperaban los que más le odian. Independientemente de que ese brinco al primer lugar en el mes 34 de su gobierno, uno se pregunta, porqué si ahora están todos unidos contra AMLO, no logran bajarlo de la escalera. La respuesta abreviada es, el menosprecio, los adjetivos ingeniosos son aplaudidos que no cambian la realidad, ¿Cuál? Bueno, es su tarea buscarla y hallarla. Perdieron la realidad en el espeso caldo del odio que cocinan desde hace años; sin darse cuenta que, para probar que tan sucio es el caldo, le van dando tragos cada vez más largos.

(Aquí emiten el mismo odio: Viernes 18: la vagoneta VW gris ELJ-96-57 cruzó sin alto preventivo. Se detuvo en la 6ª. En mi bici subí la calle. Bajé por media calle; el gordo, cubre-boca azul, gorra guinda, parado junto a la puerta abierta de la vagoneta me observa de reojo. Ellos, toman desde su perspectiva; arman sus vídeos que ni con aliados valdrán).

Julio Morales Quiñones | Jubilado de Telecom / Activista Social