/ domingo 2 de mayo de 2021

Desde la capital | Poder sin escrupulos

Más de 25 años fui cliente de la departamental, de Parral a la capital. Entre Yo y mi cónyuge regularmente adquirimos ropa y artículos a liquidar en 30 días. De lo más añejo adquirido conservamos: 1 juego de comedor, una lavadora, 1 televisor, la bicicleta que aun pedaleo de mañana. Ella se hizo cliente independiente. Yo empecé a experimentar que el lugar era parte de la persecución y opté cerrar mi cuenta. En febrero de 2020; hicimos fila a la entrada por restricciones de la pandemia. Liquidé mi saldo y traté de cancelar la cuenta junto con la tarjeta; la empleada dijo que sólo dejara de adquirir mercancía y conservara la tarjeta. Me retiré y más adelante, con las tijeras que el empleado de un escritorio me facilitó camino a la salida, partí en dos la ficha de cliente y la arrojé al cesto de basura. Uno o dos días después, un sicario del taller del provocador mafioso, disfrazado de comisaría, dejó en la reja el mismo estado de cuenta, subrayado al pie: “Si Ud ya pagó, haga caso omiso”. Ocupamos el mismo domicilio hasta el mes de julio. Ni acudimos a la tienda ni Yo recibí notificación alguna.


El 24 de marzo y el 1° de julio de 2020 una mafia birló de mi cuenta Banamex mis depósitos por anticipo de apoyos de Bienestar Social. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (CONDUCEF) permanecía cerrada por pandemia y recurrí a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Patrimoniales de la Fiscalía General del Estado, que no pudo avanzar en mi querella interpuesta desde el 22 de julio. Por ello, la propia agente del ministerio público recomendó acudir a CONDUCEF. Acompañada de documentos recabados del Banco, formalicé la queja el 3 de agosto en la instancia conciliadora. El 31 del mismo mes, la autoridad financiera notificó al Representante de CONDUCEF su procedencia, y se me reintegró el importe escamoteado de mi cuenta. La autoridad competente no se ocupó de averiguar cómo y quien introdujo a mi domicilio la copia del último baucher, ni me mostraron las firmas de estos documentos originales con los que subrepticiamente hicieron ambos cobros.


A las llamadas telefónicas foráneas que recibí el jueves 22 y viernes 23 pasados, se sumaron las del sábado 24: local 6144611056; contesté “diga”, sin respuesta, pero cerca, arrancó motor chucky II, sin explosiones de aire comprimido. Decidí ignorar números desconocidos; me habían advertido procederían si no confirmo datos. Lunes 26, a las 14:53 me marcaron del 3319291716, esperé y nada ocurrió; la lada 331 corresponde a Guadalajara, Jal. Antes, el domingo 25 a las 15:58 me habían marcado del 6673143350, no respondí. Lada del Ejido el quemadito, Culiacancito, Culiacán y El Dorado. Sin. Al respecto; Wikipedia, enciclopedia libre narra el origen de coppel en 1939 por Enrique Coppel Tamayo con 5 mil pesos que heredó de una tía, en un pequeño local de Mazatlán Sinaloa; en 1941 abrió local en Culiacán; en 1990 tenía ya 402 puntos de venta, incluidas 153 zapaterías Canadá. Hoy es una de cien empresas más grandes del país; ventas superiores a Sears, palacio de hierro y Famsa. Su cede está en Culiacán Sin. Su beneficio neto MXN 15mil millones; 550mil empleados y tiene 40 sucursales en Argentina.


En mi tema anterior debí decir “Banda, no cártel de la charola” y Álvaro Delgado autor de “El Yunque; la ultraderecha en el poder”, no fue periodista de “La Jornada, sino de “Proceso”.


Más de 25 años fui cliente de la departamental, de Parral a la capital. Entre Yo y mi cónyuge regularmente adquirimos ropa y artículos a liquidar en 30 días. De lo más añejo adquirido conservamos: 1 juego de comedor, una lavadora, 1 televisor, la bicicleta que aun pedaleo de mañana. Ella se hizo cliente independiente. Yo empecé a experimentar que el lugar era parte de la persecución y opté cerrar mi cuenta. En febrero de 2020; hicimos fila a la entrada por restricciones de la pandemia. Liquidé mi saldo y traté de cancelar la cuenta junto con la tarjeta; la empleada dijo que sólo dejara de adquirir mercancía y conservara la tarjeta. Me retiré y más adelante, con las tijeras que el empleado de un escritorio me facilitó camino a la salida, partí en dos la ficha de cliente y la arrojé al cesto de basura. Uno o dos días después, un sicario del taller del provocador mafioso, disfrazado de comisaría, dejó en la reja el mismo estado de cuenta, subrayado al pie: “Si Ud ya pagó, haga caso omiso”. Ocupamos el mismo domicilio hasta el mes de julio. Ni acudimos a la tienda ni Yo recibí notificación alguna.


El 24 de marzo y el 1° de julio de 2020 una mafia birló de mi cuenta Banamex mis depósitos por anticipo de apoyos de Bienestar Social. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (CONDUCEF) permanecía cerrada por pandemia y recurrí a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Patrimoniales de la Fiscalía General del Estado, que no pudo avanzar en mi querella interpuesta desde el 22 de julio. Por ello, la propia agente del ministerio público recomendó acudir a CONDUCEF. Acompañada de documentos recabados del Banco, formalicé la queja el 3 de agosto en la instancia conciliadora. El 31 del mismo mes, la autoridad financiera notificó al Representante de CONDUCEF su procedencia, y se me reintegró el importe escamoteado de mi cuenta. La autoridad competente no se ocupó de averiguar cómo y quien introdujo a mi domicilio la copia del último baucher, ni me mostraron las firmas de estos documentos originales con los que subrepticiamente hicieron ambos cobros.


A las llamadas telefónicas foráneas que recibí el jueves 22 y viernes 23 pasados, se sumaron las del sábado 24: local 6144611056; contesté “diga”, sin respuesta, pero cerca, arrancó motor chucky II, sin explosiones de aire comprimido. Decidí ignorar números desconocidos; me habían advertido procederían si no confirmo datos. Lunes 26, a las 14:53 me marcaron del 3319291716, esperé y nada ocurrió; la lada 331 corresponde a Guadalajara, Jal. Antes, el domingo 25 a las 15:58 me habían marcado del 6673143350, no respondí. Lada del Ejido el quemadito, Culiacancito, Culiacán y El Dorado. Sin. Al respecto; Wikipedia, enciclopedia libre narra el origen de coppel en 1939 por Enrique Coppel Tamayo con 5 mil pesos que heredó de una tía, en un pequeño local de Mazatlán Sinaloa; en 1941 abrió local en Culiacán; en 1990 tenía ya 402 puntos de venta, incluidas 153 zapaterías Canadá. Hoy es una de cien empresas más grandes del país; ventas superiores a Sears, palacio de hierro y Famsa. Su cede está en Culiacán Sin. Su beneficio neto MXN 15mil millones; 550mil empleados y tiene 40 sucursales en Argentina.


En mi tema anterior debí decir “Banda, no cártel de la charola” y Álvaro Delgado autor de “El Yunque; la ultraderecha en el poder”, no fue periodista de “La Jornada, sino de “Proceso”.