/ domingo 27 de septiembre de 2020

Desde la Capital | Parloteo Político

Verbosidad es abundancia de palabras en una expresión. Locuaz es el que habla mucho o demasiado. El hablador no sólo habla mucho; se excede en impertinencias, molestias e indiscreciones. Palabrería es abundancia de palabras vanas, ociosas, inútiles, innecesarias y sin sustento. Palabrerío, del “que habla mucho”, es también quien hace promesas fáciles y no las cumple (paradójicamente, el que no tiene palabra). La definición de parlotear según la enciclopedia libre es, “hablar mucho sin sustancia. Algunas aves parlantes “emiten sonidos semejantes a la locución humana”. El indiscreto se identifica perfectamente con las primeras acepciones de “charlatán” y con las acepciones metafóricas de “cotorra” y loro.


Lamento decir que el espectáculo de políticos que protestan en cámaras por cuestiones triviales es, reflejo de desesperación en cúpulas partidistas y líderes estatales ante la imposibilidad de aumentar sus curules en las próximas elecciones de entidades federativas. Temen perder los ayuntamientos que ya gobiernan; después de 30 años perdieron Baja California. Estados como Chihuahua y Guanajuato tienen los más altos índices de inseguridad y violencia. Sus ejecutivos por medio de sectores antidemocráticos promueven la destitución del actual presidente, por no ceder a sus caprichos. Mientras en estados como Puebla donde ya son oposición, se dicen perseguidos; no deben olvidar que su pasado gobierno dejó corrupción, abuso de poder, saqueo, tráfico de influencias y otras; no piensan que la gente haya recobrado su seguridad.

De inicio, todos proponen democracia. Ellos agregan “cristiana”, unidos a la religión mayoritaria en un proyecto de volver al sistema colonial español; llevar a los gobernados por el camino del bien, pero divididos en clases sociales. Los bien portados y educados irán al gobierno y medios de producción. Pobres, indios y mestizos, de clase media para abajo, trabajaran sometidos a los primeros. Ellos les educarán en la religión y obediencia a las autoridades. Esto se replanteó en el cine Puebla, desde un 24 de febrero en los 70s. Ahí se fundó el corporativo DHIAC; de ahí surgió el plan para adueñarse del partido como si fuera cualquier franquicia empresarial.

El partido nació hace 80 años; como único contendiente del PRI, dueño absoluto del país. Así aprendieron y mejoraron mañas. El nuevo siglo los llevó a los Pinos. En 12 años, Fox y Calderón ejemplificaron ineficiencia, corrupción, falta de oficio político, insensibilidad social. Fox dejó desempleo y decadencia económica; Calderón nos heredó inseguridad, criminalidad y “daños colaterales” que aun padecemos. Ellos lo olvidaron; sus nuevos seguidores lo ignoran. Unidos al PRD pasaron a ser lo mismo, partido de grupos, tribus, corrientes y por más que lo intentan no se reunifican. Hoy como medida desesperada contemplan la posibilidad de aliarse en bola en las demás elecciones hasta tener mayoría en las cámaras y contrarrestar la propuesta del bienestar social colectivo del único presidente electo democráticamente en varias décadas.

Apenas el presidente anunció la limpia en Conagua centro de funcionarios ligados al PRIAN, la misma tarde del jueves renunciaron 6; a ellos se sumaron otros más. Misma medida dijo, se aplicará en los estados. Los otros siguen el juego a políticos de incitar a agricultores contra la guardia nacional, quienes por órdenes extraen agua de las presas de Chihuahua y Tamaulipas.

Verbosidad es abundancia de palabras en una expresión. Locuaz es el que habla mucho o demasiado. El hablador no sólo habla mucho; se excede en impertinencias, molestias e indiscreciones. Palabrería es abundancia de palabras vanas, ociosas, inútiles, innecesarias y sin sustento. Palabrerío, del “que habla mucho”, es también quien hace promesas fáciles y no las cumple (paradójicamente, el que no tiene palabra). La definición de parlotear según la enciclopedia libre es, “hablar mucho sin sustancia. Algunas aves parlantes “emiten sonidos semejantes a la locución humana”. El indiscreto se identifica perfectamente con las primeras acepciones de “charlatán” y con las acepciones metafóricas de “cotorra” y loro.


Lamento decir que el espectáculo de políticos que protestan en cámaras por cuestiones triviales es, reflejo de desesperación en cúpulas partidistas y líderes estatales ante la imposibilidad de aumentar sus curules en las próximas elecciones de entidades federativas. Temen perder los ayuntamientos que ya gobiernan; después de 30 años perdieron Baja California. Estados como Chihuahua y Guanajuato tienen los más altos índices de inseguridad y violencia. Sus ejecutivos por medio de sectores antidemocráticos promueven la destitución del actual presidente, por no ceder a sus caprichos. Mientras en estados como Puebla donde ya son oposición, se dicen perseguidos; no deben olvidar que su pasado gobierno dejó corrupción, abuso de poder, saqueo, tráfico de influencias y otras; no piensan que la gente haya recobrado su seguridad.

De inicio, todos proponen democracia. Ellos agregan “cristiana”, unidos a la religión mayoritaria en un proyecto de volver al sistema colonial español; llevar a los gobernados por el camino del bien, pero divididos en clases sociales. Los bien portados y educados irán al gobierno y medios de producción. Pobres, indios y mestizos, de clase media para abajo, trabajaran sometidos a los primeros. Ellos les educarán en la religión y obediencia a las autoridades. Esto se replanteó en el cine Puebla, desde un 24 de febrero en los 70s. Ahí se fundó el corporativo DHIAC; de ahí surgió el plan para adueñarse del partido como si fuera cualquier franquicia empresarial.

El partido nació hace 80 años; como único contendiente del PRI, dueño absoluto del país. Así aprendieron y mejoraron mañas. El nuevo siglo los llevó a los Pinos. En 12 años, Fox y Calderón ejemplificaron ineficiencia, corrupción, falta de oficio político, insensibilidad social. Fox dejó desempleo y decadencia económica; Calderón nos heredó inseguridad, criminalidad y “daños colaterales” que aun padecemos. Ellos lo olvidaron; sus nuevos seguidores lo ignoran. Unidos al PRD pasaron a ser lo mismo, partido de grupos, tribus, corrientes y por más que lo intentan no se reunifican. Hoy como medida desesperada contemplan la posibilidad de aliarse en bola en las demás elecciones hasta tener mayoría en las cámaras y contrarrestar la propuesta del bienestar social colectivo del único presidente electo democráticamente en varias décadas.

Apenas el presidente anunció la limpia en Conagua centro de funcionarios ligados al PRIAN, la misma tarde del jueves renunciaron 6; a ellos se sumaron otros más. Misma medida dijo, se aplicará en los estados. Los otros siguen el juego a políticos de incitar a agricultores contra la guardia nacional, quienes por órdenes extraen agua de las presas de Chihuahua y Tamaulipas.